Vol. 27 - Num. 108

A la Pediatría desde el Arte

Virgen de la leche/Madonna Litta. Leonardo da Vinci, 1490-1491

Daniel Ruiz Ruiz de Larramendia, Lucía Aznar Graciaa

aPediatra. CS Tudela Este. Tudela. Navarra. España.

Correspondencia: D Ruiz. Correo electrónico: druizruiz@alumni.unav.es

Cómo citar este artículo: Ruiz Ruiz de Larramendi D, Aznar Gracia L. Virgen de la leche/Madonna Litta. Leonardo da Vinci, 1490-1491 . Rev Pediatr Aten Primaria. 2025;27:[en prensa].

Publicado en Internet: 13-10-2025 - Número de visitas: 506

Virgen de la leche/Madonna Litta. Leonardo da Vinci, 1490-1491

Virgen de la leche/Madonna Litta. Leonardo da Vinci, 1490-1491

Temple sobre tela. 42 cm × 33 cm. Museo del Hermitage. San Petersburgo.

A lo largo de la historia del arte, una de las imágenes más repetidas es la de la Virgen de la Leche. Pintores como Leonardo da Vinci, Rogier van der Weyden o Murillo representaron a la Virgen María amamantando al Niño Jesús. Aunque nacieron como imágenes religiosas, hoy también podemos verlas como un reflejo universal del cuidado de los niños.

En épocas en las que la mortalidad infantil era muy alta, la lactancia materna era literalmente la diferencia entre la vida y la muerte. El pecho no solo alimentaba; también ofrecía protección, calor y vínculo afectivo. Para una sociedad en gran parte analfabeta, estas pinturas funcionaban casi como un recordatorio visual: la salud de la infancia empieza en el regazo materno.

Si lo miramos desde la Pediatría de Atención Primaria, el mensaje sigue siendo actual. Promocionar la lactancia, acompañar a las familias y reforzar el apego siguen siendo tareas esenciales. La ternura que transmiten estas obras nos recuerda que, más allá de diagnósticos y tratamientos, nuestra labor también pasa por cuidar la parte emocional y fortalecer el vínculo entre madre, padre e hijo.

En definitiva, la Virgen de la Leche une pasado y presente. Es un recordatorio de que la base de la salud infantil siempre ha sido la misma: una nutrición adecuada, un entorno seguro y un cuidado lleno de afecto. Y eso, siglos después, sigue siendo el corazón de la Pediatría.