Vol. 21 - Num. 81
Notas clínicas
Celia Fabra Garridoa, Marta Dorado Criadob, Alida Alcolea Sánchezc
aMIR-Pediatría. Hospital Universitario La Paz. Madrid. España.
bMIR-Pediatría. Hospital Infantil Universitario La Paz. Madrid. España.
cServicio de Urgencias. Hospital Infantil Universitario La Paz. Madrid. España.
Cómo citar este artículo: Fabra Garrido C, Dorado Criado M, Alcolea Sánchez A. Pulpitis de las piscinas asociada a exantema por parvovirus. Rev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:37-9.
Publicado en Internet: 11-02-2019 - Número de visitas: 63529
Resumen
La entidad denominada pulpitis de las piscinas es un proceso benigno, relativamente frecuente, debido al incremento de las actividades deportivas en las piscinas. Presentamos el caso de un niño de nueve años con lesiones bilaterales en los pulpejos de ambas manos de cinco días de evolución.
Palabras clave
● Dermatitis palmar juvenil ● PulpitisLa pulpitis de las piscinas, también denominada dermatitis palmar juvenil de las piscinas, constituye un motivo infrecuente de consulta y se dispone de escasas descripciones en la bibliografía científica1. Se trata de un proceso cutáneo benigno y autolimitado, que se ha descrito casi exclusivamente en niños, y que se relaciona con la realización de actividades frecuentes y prolongadas en piscinas2,3.
Niño de nueve años, sin antecedentes de interés, que acude a Urgencias por enrojecimiento pruriginoso de todos los pulpejos de ambas manos de cinco días de evolución, coincidiendo con el inicio de las vacaciones de verano. Afebril. No reconoce episodios similares previos. Sus hermanos actualmente presentan un exantema reticular compatible con eritema infeccioso.
En la exploración física se aprecian máculas eritematovioláceas simétricas en la totalidad de las falanges distales de las manos, bien delimitadas y sin descamación (Fig. 1). Asocia eritema palmar y exantema reticular en superficies extensoras de extremidades tanto superiores como inferiores (Fig. 2). El resto de la exploración no muestra hallazgos.
Como pruebas complementarias se solicitan serologías para citomegalovirus, virus de Epstein-Barr y parvovirus B19; este último resulta positivo (IgM e IgG positivo).
Sin embargo, la distribución y las características de las lesiones de los pulpejos no se relacionan con el megaloeritema. La aparición de estas lesiones, coincidiendo con el desarrollo de actividades lúdicas prolongadas en la piscina, sugieren el diagnóstico de dermatitis palmar juvenil asociada a eritema infeccioso.
Se informa a la familia de la benignidad y la naturaleza autolimitada de la pulpitis y se recomienda limitar las actividades relacionadas con el baño hasta la mejoría clínica. A los pocos días de haber interrumpido las actividades acuáticas se resuelven las lesiones.
La pulpitis de las piscinas o dermatitis palmar juvenil de las piscinas se caracteriza por ser una dermatitis irritativa de contacto producida por el roce o fricción repetida de los dedos húmedos con las superficies rugosas y ásperas de las piscinas4. Su incidencia real es desconocida.
Varios factores explican la mayor incidencia de este tipo de lesiones en la edad infantil5. La mayor fragilidad cutánea en la infancia, junto con el mayor número de actividades que los niños realizan en las piscinas, hacen más probable la fricción de palmas y plantas con el suelo y los bordillos de estas. Otro factor implicado es la hiperhidratación de la capa córnea de la piel, secundaria al baño prolongado. La irritación por productos químicos, como desinfectantes, presentes en el agua de las piscinas o los juguetes hinchables de plástico, no tiene un papel etiológico claramente establecido.
Clínicamente se caracteriza por la aparición de máculas o placas eritematovioláceas, no infiltradas y brillantes, que se distribuyen de forma simétrica en los pulpejos de los dedos5. Con menos frecuencia se puede afectar el resto de la palma de las manos en sus áreas más prominentes o las plantas de los pies. Es frecuente que los niños tengan antecedentes de dermatitis atópica4.
Su presentación clínica característica, asociada a la historia de actividad reciente prolongada en la piscina, hace que el diagnóstico sea sencillo, sin que sea preciso realizar ninguna prueba complementaria3.
El principal diagnóstico diferencial habría que establecerlo con la dermatitis plantar juvenil clásica y con la hidradenitis palmoplantar idiopática, por su asociación con la actividad física intensa y ambiente húmedo.
En todos los casos publicados en la literatura médica, así como en el aquí presentado, la interrupción de las actividades acuáticas conduce a la resolución espontánea de las lesiones sin secuelas.
En resumen, la pulpitis de las piscinas es una entidad relativamente poco conocida, de diagnóstico clínico sencillo. Resulta importante conocer esta entidad para informar de su benignidad tanto al paciente como a sus familiares y favorecer su resolución con sencillos consejos.
Las autoras declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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