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Vol. 11 - Num. 17

Comunicaciones orales

C-7. Lactante con pubarquia

A Aldana Tabuencaa, Antonio de Arriba Muñozb, M.ª Mercedes Domínguez Cajalc, N García Sánchezd

aMIR-Pediatría. Hospital Infantil Universitario Miguel Servet, CS Delicias Sur. Zaragoza. España.
bServicio de Endocrinología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
cPediatra. Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica. Hospital Miguel Servet. Zaragoza. España.
dPediatra. CS Delicias Sur. Zaragoza. España.

Cómo citar este artículo: Aldana Tabuenca A, de Arriba Muñoz A, Domínguez Cajal MM, García Sánchez N. C-7. Lactante con pubarquia. Rev Pediatr Aten Primaria. 2009;11:Supl 17:e9.

Publicado en Internet: 31-12-2009 - Número de visitas: 9007

Caso clínico. Niño de 6 meses de raza negra procedente de Guinea Ecuatorial, embarazo controlado en su país de origen. Parto en España, vaginal, eutócico, a término sin incidencias. Recibió gammaglobulina y vacuna VHB postparto por desconocimiento de las serologías maternas. En el screening neonatal 17-beta-hidroxi-progesterona fue normal. Lactancia materna, buen desarrollo ponderoestatural y psicomotor. En la revisión de 6 meses llama la atención la presencia de vello púbico lacio y discreto en el escroto, siendo los genitales externos de tamaño, coloración y morfología normales. Ante este hallazgo se interroga de nuevo investigando toma de medicamentos, uso de jabones, cremas, descubriéndose que se le estaba aplicando en la zona genital, diariamente, desde hace 2 meses, una pomada compuesta por nistatina, neomicina y triamcinolona, nombre comercial Positon® Al parecer ningún facultativo había prescrito el producto. Se le indicó dejar de utilizar la crema. La radiografía de mano a los 9 meses muestra una edad ósea acorde a la cronológica. La evolución fue satisfactoria, el vello desapareció por completo a los 3 meses de la retirada. Dada la alta sospecha del papel de la aplicación tópica de este producto en la aparición de la pubarquia, el paciente no fue sometido a estudios más completos. Se hizo una declaración de efecto adverso medicamentoso mediante el envío de tarjeta amarilla a farmacovigilancia.

Discusión. Creemos interesante la comunicación de este caso, dado que existen en el mercado productos que las familias acceden a comprar sin prescripción, a pesar de figurar en su ficha “venta con receta médica”, y usar cometiendo errores en su aplicación, con efectos indeseables como ha sido el caso de nuestro paciente. Siempre es necesario, y estamos obligados por ley, notificar los efectos secundarios medicamentosos a las autoridades sanitarias para que sean vigilados, aunque no se tenga seguridad absoluta de la relación causal del efecto.

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