Andrés Rosa Guillamóna, Pedro José Carrillo Lópeza, Eliseo García Cantóa
aDepartamento de Educación Física. Facultad de Educación. Universidad de Murcia. Murcia. España.
Correspondencia: E García. Correo electrónico: eliseo.garcia@um.es
Cómo citar este artículo: Rosa Guillamón A, Carrillo López PJ, García Cantó E. Relación del desayuno con el nivel de actividad física y variables antropométricas en escolares de primaria. Rev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:e91-e100.
Publicado en Internet: 25-07-2019 - Número de visitas: 13262
Resumen
Fundamentos: el objetivo fue analizar la relación del desayuno con el nivel de actividad física y variables antropométricas en escolares de Educación Primaria.
Métodos: estudio transversal (n = 248; 10,25 ± 1,45 años). Los ítems del desayuno fueron extraídos mediante el test de adhesión a la dieta mediterránea KIDMED. La actividad física (AF) se evaluó a través del Physical Activity Questionnaire in Spanish Children (PAQ-C) y para el cálculo del índice de masa corporal (IMC) se empleó el índice de Quetelet.
Resultados: el 10,5% de los escolares no desayuna habitualmente, obteniendo estos escolares mayores promedios en edad (p <0,013), talla (p <0,005) y menor nivel de AF (p <0,001). Se observó una tendencia significativa a una mayor puntuación en el IMC para aquellos que desayunan bollería industrial (p <0,058). Tanto varones como mujeres obtuvieron porcentajes similares en consumir este tipo de alimento (77,6 frente a 80,9%). Los varones obtuvieron una mayor prevalencia en desayunar que las mujeres (p <0,021). En mujeres, aquellas que desayunan habitualmente presentaron significativamente menor edad (p <0,022), talla (p <0,034) y mayor nivel de AF (p <0,006). El análisis de regresión logística reflejó que la ingesta de desayuno (p <0,015), tomar un lácteo (p <0,001) y cereal (p <0,005) se asocia con un nivel mayor de AF.
Conclusiones: sobre la base de estos resultados, se pone de manifiesto que los profesionales de la salud pública y educativa en cooperación con los padres deben priorizar las acciones que motiven a los escolares de Educación Primaria a mantener un hábito del desayuno saludable.
Palabras clave
● Actividad física ● Antropometría ● Desayuno ● NiñosLa nutrición es el factor extrínseco más determinante en el crecimiento del individuo durante la infancia1. A nivel fisiológico, el organismo necesita energía y nutrientes2, especialmente después de largas horas de ayuno3 ya que el descenso gradual de los niveles de insulina y glucosa –entre otros cambios metabólicos– durante un ayuno prolongado puede originar una respuesta de fatiga mental y física4.
La primera comida del día rompe este ayuno, por lo que se denomina desayuno, identificada como la ingesta con mayor captación de nutrientes por parte del organismo5. Por tanto, su consumo puede ser fundamental para poder desarrollar actividades físicas y mentales de forma adecuada durante la jornada escolar6. Sin embargo, los nuevos estilos de vida han dado lugar a cambios en el modelo tradicional de distribución de la ingesta de nutrientes, modificando en cierto modo el hábito del desayuno, esta práctica reiterada puede derivar en un desequilibrio alimentario7,8.
Existe una gran cantidad de datos procedentes de seis encuestas dietéticas nacionales referidas a recomendaciones de un patrón alimentario en el desayuno9, sin embargo, existe una falta de orientación científica sobre lo que se considera una calidad del desayuno rica en nutrientes10. Parece razonable pensar que, para que esta sea una comida saludable, deben incorporarse alimentos con el mejor perfil nutricional posible para así acercar la dieta global a un patrón más saludable11. Algunos estudios sugieren que una composición balanceada del desayuno debe proporcionar al menos entre el 20-25% de las necesidades energéticas diarias12, contener un alimento de cada grupo alimenticio y ser ingerido en porciones adecuadas de acuerdo con el peso, la talla y el sexo5.
Las recomendaciones dietéticas en España sugieren que el desayuno saludable es claramente mejorable13. Asimismo, se ha reflejado que las diferencias entre escolares no radican tanto en la composición del desayuno sino en la realización u omisión de esta comida3. Las edades con mayor tasa de desayuno se producen para escolares de siete a nueve años14; produciéndose a posteriori un progresivo descenso de la calidad del desayuno a medida que aumenta la edad15.
Algunos estudios reflejan que las mujeres tienen un mayor hábito en la presencia del desayuno en todos los grupos de edad14, sin embargo, otros estudios hacen referencia a índices de calidad más elevados en el desayuno por parte los varones16 y otros no pueden afirmar que el género tenga relación alguna con el mismo17. Esta controversia se prolonga en los promedios de ausencia del desayuno; variando desde cifras del 6,514 al 75% en escolares portugueses18. El desayuno, al igual que las demás comidas que se realizan a lo largo del día, obedecen en muchas ocasiones a factores culturales que generan y desembocan en hábitos alimenticios no coincidentes con un estilo de vida saludable7,19.
Hay numerosos estudios que han relacionado la realización de un desayuno adecuado con mayor rendimiento académico11 y mayor bienestar mental20. A su vez, se ha relacionado con la prevención de enfermedades crónicas en la vida adulta (diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares)6, prevención de diabetes tipo 22 y un menor riesgo de sobrecarga ponderal21.
Este es uno de los aspectos más estudiados en relación con el desayuno22. En un estudio con niños chipriotas, los que tomaban desayuno regularmente presentaron menores índice de masa corporal (IMC), circunferencia de cintura, porcentaje de grasa corporal y niveles de glucosa en ayunas en comparación con escolares que se saltan el desayuno23, ya que la omisión del desayuno, sumada al prolongado estado de ayuno nocturno genera mayores niveles de insulina circulante en respuesta al consumo de alimentos a posteriori, lo que puede conducir a un mayor depósito de grasa y ganancia de peso7. En un estudio intercultural, se halló una potente asociación entre estas variables independientemente de las diferencias socioeconómicas y culturales entre los distintos países24. No obstante, en distintos estudios de corte transversal no se hallaron relaciones significativas entre el desayuno y la composición corporal25.
Otro de los aspectos vinculantes al desayuno ha sido el nivel de la actividad física, reconocida como un factor importante de hábitos de vida saludable8,26. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), en las “Guías Alimentarias”, recomienda realizar mínimo una hora de deporte (caminar 10 000 pasos durante el día)13 como parte de una dieta saludable. Algunos estudios aluden a que la omisión del desayuno está asociada a bajos niveles de actividad física27. Sin embargo, estudios de corte transversal y longitudinal con medición objetiva de la actividad física (AF) no mostraron ninguna relación entre desayunar con el nivel de actividad AF25.
En base a estos precedentes, se observa que en la actualidad la literatura científica no es concluyente respecto a las relaciones que el desayuno puede tener con respecto a otros hábitos de vida saludable en etapas vitales28. En este sentido, este estudio fue diseñado para analizar la relación del desayuno con el nivel de actividad física y variables antropométricas en escolares de Educación Primaria.
Se diseñó un estudio descriptivo de corte transversal ex post facto con una muestra de escolares pertenecientes a dos centros educativos públicos de Educación Primaria (8-12 años) ubicados en una zona urbana de una ciudad de la Región de Murcia (España). En reuniones previas realizadas con los representantes de los centros educativos se les informó del protocolo del estudio y se solicitó el consentimiento informado para que los escolares pudieran participar. Asimismo, se solicitó el consentimiento informado a los padres de los participantes. Se excluyeron del estudio a aquellos alumnos que no trajeron el consentimiento informado.
Los participantes fueron 248 estudiantes (107 varones (43,1%) y 141 mujeres (56,9%), media ± desviación estándar: 10,25 ± 1,45 años) seleccionados de manera aleatoria. Se tuvo en cuenta la protección de datos personales, con el fin de salvaguardar los derechos, la seguridad y el bienestar de los encuestados. Todos los estudiantes participaron de manera voluntaria respetando el acuerdo de ética de la investigación de Helsinki (2013).
El peso y talla se midieron utilizándose una balanza electrónica (TANITA TBF 300A, EE. UU.) y tallímetro (SECA A800, EE. UU.) con precisión de 100 g y 1 mm respectivamente, y se siguió el protocolo de la Sociedad Internacional para el Avance de la Cineantropometría con personal certificado de nivel I, obteniéndose el diagnóstico del estado nutricional por el índice de masa corporal.
Los ítems referidos al desayuno fueron extraídos del test de Adhesión a la Dieta Mediterránea KIDMED29. Son cuatro preguntas dicotómicas que se deben responder de manera afirmativa/negativa (sí/no). Estas hacen referencia a la presencia o no del desayuno, al ingerir algún lácteo, cereal o bollería industrial durante el desayuno de manera habitual.
Para la valoración de la actividad física se ha utilizado el cuestionario de actividad física para niños de 8-14 años (PAQ-C). Este cuestionario valora la actividad física que el niño realizó en los últimos siete días. Los resultados de este cuestionario se han hallado mediante una media30.
La normalidad y homocedasticidad de las distribuciones se obtuvo a través de los estadísticos Kolmogorov Smirnov y Levene respectivamente. Al observar una distribución normal en parte de las distribuciones de los valores registrados, se ha optado por un análisis paramétrico. Se calculó el valor de p (mediante la prueba T para muestras independientes) para comprobar la existencia de diferencias estadísticamente significativas. Se ha empleado el test de χ2 de Pearson con análisis de residuos para las variables categóricas. El análisis se realizó para el total de la muestra y segmentando por sexo. Además, se llevó a cabo un análisis de regresión logística para evaluar la asociación existente entre cada ítem del desayuno con las variables antropométricas y el nivel de AF. Para obtener los resultados se utilizó el paquete estadístico SPSS versión 24.0.
De los 248 escolares (43,1% varones), un 10,5% no toma el desayuno habitualmente: estos escolares obtuvieron mayores promedios en edad (p <0,013), talla (p <0,005), menor nivel de AF (p <0,001) y una tendencia significativa a un mayor peso (p <0,056). En mujeres, las que consumen desayuno, presentan significativamente menor edad (p <0,022), talla (p <0,034) y mayor nivel de AF (p <0,006). Por su parte, los varones obtienen una mayor prevalencia en desayunar que las chicas (93,5 frente a 86,5%; p <0,021) (Tabla 1).
Tabla 1. Análisis de la presencia o no del desayuno según la edad, talla, peso, IMC y AF | ||||
---|---|---|---|---|
Presencia de desayuno (media ± DE) | No presencia de desayuno (n = 222; 89,5%) | p | ||
Total de la muestra | (N = 222; 89,5%) | (N = 26; 10,5%) | ||
Edad (años) | 10,17 ± 1,43 | 10,92 ± 1,46 | 0,013* | |
Talla (cm) | 144,93 ± 10,45 | 150,96 ± 9,39 | 0,005* | |
Peso (kg) | 41,14 ± 11,13 | 45,51 ± 9,80 | 0,056 | |
IMC | 19,26 ± 3,73 | 19,78 ± 4,18 | 0,467 | |
AF total | 2,31 ± 0,51 | 1,95 ± 0,43 | 0,001** | |
Varones | (N = 100; 93,5%)* | (N = 7; 6,5%) | ||
Edad (años) | 10,24 ± 1,39 | 10,85 ± 1,95 | 0,273 | |
Talla (cm) | 144,91 ± 9,68 | 151,71 ± 11,44 | 0,078 | |
Peso (kg) | 40,66 ± 9,58 | 46,28 ± 10,92 | 0,140 | |
IMC | 19,22 ± 3,52 | 19,95 ± 3,24 | 0,597 | |
AF total | 2,32 ± 0,49 | 2,00 ± 0,24 | 0,092 | |
Mujeres | (N = 122; 86,5%) | (N = 19; 13,5%) | ||
Edad (años) | 10,11 ± 1,47 | 10,94 ± 1,31 | 0,022* | |
Talla (cm) | 144,95 ± 11,07 | 150,68 ± 8,87 | 0,034* | |
Peso (kg) | 41,54 ± 12,28 | 45,23 ± 9,67 | 0,213 | |
IMC | 19,29 ± 3,91 | 19,76 ± 3,02 | 0,614 | |
AF total | 2,29 ± 0,52 | 1,93 ± 0,48 | 0,006* |
El total de la muestra (p <0,001) y las mujeres (p <0,001) que toman al menos un lácteo en el desayuno presentan valores más elevados de AF. Las mujeres que no consumen un lácteo presentan significativamente mayor edad (p <0,022). A su vez, los varones que no consumen un lácteo presentan una tendencia significativa a menor nivel de AF (p <0,053) (Tabla 2).
Tabla 2. Comparación de la presencia o no de un lácteo en el desayuno según la edad, talla, peso, IMC y AF | ||||
---|---|---|---|---|
Desayuna un lácteo (media ± DE) | No desayuna un lácteo (media ± DE) | p | ||
Total de la muestra | (N = 210; 84,7%) | (N = 38; 15,3%) | ||
Edad (años) | 10,20 ± 1,45 | 10,50 ± 1,46 | 0,251 | |
Talla (cm) | 145,25 ± 10,51 | 147,31 ± 10,30 | 0,265 | |
Peso (kg) | 41,60 ± 11,06 | 41,59 ± 11,20 | 0,994 | |
IMC | 19,46 ± 3,52 | 18,53 ± 4,35 | 0,149 | |
AF total | 2,32 ± 0,50 | 1,98 ± 0,49 | 0,001** | |
Varones | (N = 90; 84,1%) | (N = 17; 15,9%) | ||
Edad (años) | 10,33 ± 1,43 | 10,00 ± 1,45 | 0,382 | |
Talla (cm) | 145,45 ± 10,06 | 144,82 ± 9,18 | 0,810 | |
Peso (kg) | 41,64 ± 10,05 | 37,77 ± 7,12 | 0,133 | |
IMC | 19,52 ± 3,56 | 17,95 ± 2,84 | 0,089 | |
AF total | 2,34 ± 0,47 | 2,09 ± 0,51 | 0,053 | |
Mujeres | (N = 120; 85,1%) | (N = 21; 14,9%) | ||
Edad (años) | 10,10 ± 1,47 | 10,90 ± 1,37 | 0,022* | |
Talla (cm) | 145,10 ± 10,48 | 149,33 ± 10,92 | 0,103 | |
Peso (kg) | 41,57 ± 11,80 | 44,68 ± 13,01 | 0,275 | |
IMC | 19,41 ± 3,50 | 19,00 ± 5,29 | 0,644 | |
AF total | 2,31 ± 0,52 | 1,88 ± 0,46 | 0,001** |
Atendiendo al total de la muestra (p <0,003) y los varones (p <0,017) que toman un cereal o derivado en el desayuno existen diferencias significativas en el nivel de AF. Asimismo, las mujeres presentan una tendencia significativa a un menor nivel de AF si no desayunan un cereal (p <0,054) (Tabla 3).
Tabla 3. Comparación de la presencia o no de un cereal o derivado en el desayuno según variables antropométricas y nivel de AF | ||||
---|---|---|---|---|
Desayuna un cereal (media ± DE) | No desayuna un cereal (media ± DE) | p | ||
Total de la muestra | (N = 193; 77,8%) | (N = 55; 22,2%) | ||
Edad (años) | 10,19 ± 1,45 | 10,45 ± 1,45 | 0,239 | |
Talla (cm) | 145,47 ± 10,54 | 145,9 ± 10,39 | 0,786 | |
Peso (kg) | 41,32 ± 10,56 | 42,58 ± 11,95 | 0,458 | |
IMC | 19,18 ± 3,50 | 19,78 ± 4,18 | 0,290 | |
AF total | 2,32 ± 0,51 | 2,09 ± 0,48 | 0,003* | |
Varones | (N = 83; 77,6%) | (N = 24; 22,4%) | ||
Edad (años) | 10,15 ± 1,46 | 10,70 ± 1,26 | 0,077 | |
Talla (cm) | 144,83 ± 9,84 | 147,16 ± 10,07 | 0,311 | |
Peso (kg) | 40,81 ± 9,80 | 41,78 ± 9,58 | 0,668 | |
IMC | 19,27 ± 3,26 | 19,26 ± 4,26 | 0,989 | |
AF total | 2,36 ± 0,46 | 2,10 ± 0,52 | 0,017* | |
Mujeres | (N = 110; 78%) | (N = 31; 22%) | ||
Edad (años) | 10,21 ± 1,46 | 10,25 ± 1,56 | 0,895 | |
Talla (cm) | 145,83 ± 11,06 | 144,93 ± 10,69 | 0,646 | |
Peso (kg) | 41,71 ± 11,54 | 43,20 ± 13,63 | 0,543 | |
IMC | 19,12 ± 3,69 | 20,18 ± 4,14 | 0,171 | |
AF total | 2,29 ± 0,54 | 2,08 ± 0,45 | 0,054 |
Al comparar la presencia o no de bollería industrial en el desayuno (Tabla 4) se observa una tendencia significativa a mayor puntuación en el IMC (p <0,058) para aquellos que consumen este alimento en el desayuno. Se observa un elevado promedio tanto en varones como mujeres en consumir este tipo de alimento (77,6 frente a 80,9%).
Tabla 4. Análisis de la presencia o no de bollería industrial en el desayuno según variables antropométricas y nivel de AF | ||||
---|---|---|---|---|
Desayuna bollería industrial (media ± DE) | No desayuna bollería industrial (media ± DE) (n = 197; 79,4%) | p | ||
Total de la muestra | (N = 51; 20,6%) | (N = 197; 79,4%) | ||
Edad (años) | 10,29 ± 1,48 | 10,07 ± 1,35 | 0,347 | |
Talla (cm) | 145,62 ± 10,36 | 145,33 ± 11,08 | 0,858 | |
Peso (kg) | 41,92 ± 11,04 | 40,39 ± 11,15 | 0,380 | |
IMC | 19,52 ± 3,57 | 18,52 ± 3,94 | 0,058 | |
AF total | 2,29 ± 0,50 | 2,21 ± 0,53 | 0,324 | |
Varones | (N = 28; 22,4%) | (N = 79; 77,6%) | ||
Edad (años) | 10,32 ± 1,44 | 10,10 ± 1,42 | 0,549 | |
Talla (cm) | 145,72 ± 9,50 | 144,08 ± 11,25 | 0,477 | |
Peso (kg) | 41,70 ± 9,68 | 38,70 ± 9,70 | 0,184 | |
IMC | 19,52 ± 3,63 | 18,42 ± 2,86 | 0,174 | |
AF total | 2,31 ± 0,46 | 2,28 ± 0,55 | 0,775 | |
Mujeres | (N = 27; 19,1%) | (N = 114; 80,9%) | ||
Edad (años) | 10,27 ± 1,51 | 10,03 ± 1,31 | 0,460 | |
Talla (cm) | 145,56 ± 10,98 | 146,44 ± 11,02 | 0,708 | |
Peso (kg) | 42,07 ± 11,98 | 41,89 ± 12,28 | 0,943 | |
IMC | 19,53 ± 3,54 | 18,61 ± 4,76 | 0,260 | |
AF total | 2,27 ± 0,53 | 2,14 ± 0,52 | 0,273 |
Finalmente, en la Tabla 5 se presentan los resultados de la prueba de regresión logística realizada para evaluar la variable dependiente consumo de desayuno. La ingesta de desayuno (odds ratio [OR]= 3,3; intervalo de confianza del 95% [IC 95]: 1,2 a 8,7; p <0,015), tomar un lácteo (OR = 4,9; IC 95: 2,0 a 11,6; p <0,001) y cereal (OR = 2,69; IC 95: 1,3 a 5,3; p <0,005) se asocia con un nivel mayor de AF.
Tabla 5. Asociación entre el consumo de desayuno con variables antropométricas y la actividad física (AF) en escolares de educación primaria | ||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Sí / desayuna | Sí / desayuna un lácteo | Sí / desayuna cereal | Sí / desayuna bollería | |||||||||
OR | IC 95% | p | OR | IC 95% | p | OR | IC 95% | p | OR | IC 95% | p | |
Edad (años) | 2,160 | 0,838-5,569 | 0,111 | 0v,757 | 0,354-1,599 | 0,465 | 0,970 | 0,516-1,822 | 0,924 | 0,716 | 0,376-1,362 | 0,308 |
Sexo (hombre) | 0,943 | 0,591-1,504 | 0,805 | 1,017 | 0,683-1,515 | 0,936 | 0,811 | 0,581-1,133 | 0,220 | 1,296 | 0,912-1,841 | 0,148 |
Sexo (mujer) | 0,449 | 0,182-1,112 | 0,084 | 1,079 | 0,538-2,164 | 0,830 | 1,026 | 0,561-1,876 | 0,934 | 1,212 | 0,658-2,266 | 0,527 |
Talla (cm) | 0,894 | 0,718-1,113 | 0,317 | 1,043 | 0,908-1,207 | 0,560 | 1,000 | 0,880-1,136 | 0,996 | 1,058 | 0,918-1,220 | 0,433 |
Peso (kg) | 1,141 | 0,800-1,627 | 0,466 | 0,904 | 0,714-1,139 | 0,392 | 1,070 | 0,871-1,313 | 0,519 | 0,855 | 0,676-1,082 | 0,193 |
IMC | 0,766 | 0,337-1,737 | 0,523 | 1,392 | 0,821-2,346 | 0,215 | 0,841 | 0,540-1,309 | 0,442 | 1,525 | 0,897-2,595 | 0,111 |
AF Total | 3,328 | 1,264-8,764 | 0,015* | 4,915 | 2,071-11,639 | 0,001** | 2,696 | 1,358-5,353 | 0,005* | 1,585 | 0,812-3,097 | 0,177 |
El objetivo de este estudio fue analizar la relación del desayuno con el nivel de actividad física y variables antropométricas en escolares de Educación Primaria. El análisis de regresión logística binaria reveló que la ingesta del desayuno, tomar un lácteo o tomar un cereal se relaciona con un mayor nivel de AF (Tabla 5). Estos resultados coinciden con otros estudios20,27 que reflejan una conexión entre el desayuno con la percepción del alumno de sentirse energizado y en forma31. Esto puede ser debido a que, después de un ayuno nocturno, el desayuno eleva inmediatamente el nivel de energía del cuerpo y, en su mayoría, restaura el nivel de glucosa en la sangre a la normalidad, aumentado las reservas de glucógeno muscular y hepático17. Dado que niveles bajos de carbohidratos provocan un bajo rendimiento y una rápida fatiga durante las actividades físicas, desayunar puede proporcionar más energía necesaria para realizar más actividad física durante el día20. Asimismo, el consumo frecuente del desayuno se ha asociado con parámetros que hacen referencia a una actividad física de carácter vigoroso, como es la capacidad cardiorrespiratoria27 independientemente de posibles factores de confusión como la edad, el IMC, la raza, los síntomas depresivos o la calidad del sueño32. No obstante, en otros estudios no encontraron relaciones significativas entre el desayuno y la actividad física28. Estas diferencias pueden ser en parte debido a la diferente metodología utilizada en las investigaciones para evaluar el nivel de actividad física (acelerometría frente a cuestionario).
Otro de los hallazgos principales del estudio pone de manifiesto un elevado promedio de escolares (10,5%) que van a los centros educativos en ayunas; siendo mayor en los varones que en las mujeres (93,5% vs. 86,5%), obteniendo estos escolares mayores promedios en edad, talla, peso y menor nivel de AF (Tabla 1). Estos resultados podrían sugerir que los escolares de mayor edad y con conductas adheridas a un estilo de vida sedentario presentan un mayor hábito de saltarse el desayuno. Estos resultados son similares a los obtenidos en otros estudios en escolares que no realizan el desayuno27. Se ha atribuido que la falta de desayuno causa diferencias metabólicas y hormonales en las respuestas a los alimentos que se consumen más tarde en la mañana, así como diferencias en el apetito subjetivo y un intento compensatorio en la ingesta de energía5. Se ha sugerido que comer por la mañana es más satisfactorio y, por lo tanto, puede reducir el consumo total de energía durante el día21,22. Sin embargo, estos escolares que desayunan pueden tener una ingesta diaria de energía más alta que aquellos que no desayunan27. La traducción a la práctica en el campo de la educación para la salud es la importancia del consumo del desayuno y un patrón de alimentación saludable en la infancia, ya que el consumo regular del desayuno está relacionado con un estado de peso saludable en escolares, independientemente del género33.
A pesar de estos beneficios, se ha reflejado que, con el aumento de la edad, aumenta el número de escolares que no desayunan, observándose también una tendencia a reducir el contenido y la calidad de este que tiene su cúspide a los 14 y 18 años34. La autonomía que van adquiriendo con la edad puede ser un condicionante para omitir el desayuno en casa3. Esto puede ser debido a que las preferencias alimenticias cambian con el cambio madurativo15. Se ha descrito que, en etapas cercanas a la adolescencia, la presión social por intentar adaptarse a los estereotipos estéticos puede favorecer la adopción de hábitos que contribuyen al control del peso, pudiendo omitir el desayuno como medida de restricción de la ingesta calórica4. A su vez, algunos estudios atribuyen que los hábitos inadecuados del contexto familiar actúan como reflejo de los hábitos del escolar7. En este sentido, se ha descrito que tanto la falta de apetito por la mañana como la falta de tiempo para prepararse por la mañana o la prisa para ir a la escuela son algunas de las razones más comunes para omitir el desayuno35.
Sin embargo, en otros estudios no encontraron relaciones significativas entre el desayuno y la composición corporal o el género34. No obstante, en nuestro estudio los escolares con mayor índice de masa corporal tienen un mayor consumo de bollería industrial en el desayuno; tanto varones como mujeres obtienen porcentajes similares (77,6 frente a 80,9%) (Tabla 4). Algunos estudios lo han denominado el “desayuno dulce”, que llega a alcanzar la elevada cifra del 40,0% de escolares que lo consumen36 y presentan, por el contrario, un bajo consumo el agua, las proteínas, fibra dietética, grasa total, ácidos grasos poliinsaturados, betacaroteno y vitaminas E y D16. En contraste con otras ingestas, se ha descrito que desayunar forma parte de un patrón dietético saludable; existen numerosas evidencias que avalan los beneficios nutricionales y sanitarios asociados a un desayuno suficiente, variado y de calidad11. En este sentido, parece existir un reconocimiento universal de que el desayuno debe desempeñar un papel importante para lograr un perfil nutricional óptimo37,38.
En futuras investigaciones, se sugiere superar determinadas limitaciones como la circunscripción de un área territorial limitada o el pequeño tamaño de la muestra e incluir en ellos no solo a estudiantes de primaria, sino también, y especialmente, a adolescentes. Tanto el tipo de desayuno como el nivel de actividad física se han determinado en base a criterios cuantitativos de autorreporte; existen otros métodos de valoración nutricional y física más objetivos. Una de las fortalezas del estudio fue la valoración de tres indicadores potenciales de hábitos de vida saludable en edades tempranas, por lo que permite a los distintos agentes educativos conocer las necesidades en el ámbito de la salud de los escolares para, de esta manera, diseñar programas educativos orientados su desarrollo y a generar hábitos saludables a lo largo de su periodo vital.
Sobre la base de los resultados obtenidos, se concluye que la presencia del desayuno y su calidad se asocian a escolares más jóvenes y con conductas adheridas hacia hábitos de vida saludables, como es la realización de una mayor actividad física. El elevado porcentaje (10,5%) de escolares que no toma el desayuno habitualmente antes de ir a los centros escolares pone de manifiesto que los profesionales de la salud pública y educativa en cooperación con los padres deben priorizar las acciones que motiven a los escolares de educación primaria a mantener el hábito del desayuno.
Agradecer a los directores de los centros educativos por habernos facilitado el acceso con el fin de realizar el presente estudio, así como a los participantes de dichos centros por su colaboración.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
AF: actividad física · IC 95: intervalo de confianza del 95% · IMC: índice de masa corporal · OR: odds ratio · PAQ-C: Physical Activity Questionnaire in Spanish Children · SENC: Sociedad Española de Nutrición Comunitaria.
Comentarios
Este artículo aún no tiene comentarios.