Vol. 26 - Num. 33
Casos clínicos. Dermatología
María Tríguez Garcíaa, Cristina Martínez del Pozoa, Nuria Zamora Gonzálezb, María Núñez Casadoa, Leticia Tríguez Garcíac
aCS Eras del Bosque. Palencia. España.
bPediatra. CS Venta de Baños. Palencia. España.
cHospital Clínico Universitario de Valladolid. Valladolid. España.
Cómo citar este artículo: Tríguez García M, Martínez del Pozo C, Zamora González N, Núñez Casado M, Tríguez García L. Dermatitis periorificial . Rev Pediatr Aten Primaria. Supl. 2024;(33):e31-e32.
Publicado en Internet: 16-05-2024 - Número de visitas: 2810
La dermatitis periorificial se caracteriza por presentar lesiones que se ubican alrededor de los orificios de la cara (ojos, nariz y boca). Puede ser uni o bilateral.
Paciente de 11 años, con dermatitis periorificial recurrente en la zona facial (Figura 1). Ocasionalmente, administran corticoide tópico cuando hay picor y eritema. Acude a consulta por brote grave de dermatitis, con picor intenso.
Se pauta tratamiento con doxiciclina oral 1 comprimido al día, metronidazol tópico por las mañanas y primecrolimus tópico por las noches, durante 1 mes.
Tras acabar el tratamiento presenta un eritema residual posinflamatorio (Figura 2).
Se pauta tratamiento con crema hidratante facial para pieles atópicas por la mañana y continuar con primecrolimus por la noche.
La dermatitis periorificial es un trastorno inflamatorio y crónico de la piel caracterizado por la aparición de pápulas eritematosas (elevaciones rojas), pústulas y vesículas en las zonas cercanas a la boca. En el 90% de los casos aparece en mujeres de entre 20 y 45 años de edad.
De etiología desconocida, se cree que el origen es multifactorial. Frecuentemente, se puede asociar al uso ocasional de cremas o inhaladores de corticoides, cosméticos y/o dentífricos. Existe también cierta relación con factores externos, tales como la radiación ultravioleta, el calor, el viento, el estrés emocional, la toma de anticonceptivos o la sobreinfección por algún microorganismo (bacterias fusiformes, Demodex folliculorum, Candida sp.).
En primer lugar, hay que descartar factores causales externos, que deberían evitarse (principalmente uso de corticoides y cosméticos). Las lesiones tardan semanas en desaparecer, aunque el tratamiento sea el adecuado. Ocasionalmente, se emplean antibióticos orales (macrólidos o tetraciclinas) o tópicos (metronidazol, macrólidos o tetraciclinas); antinflamatorios tópicos (inhibidores de la calcineurina) o incluso isotretinoína oral en casos rebeldes. De forma muy excepcional, pueden emplearse sistemas terapéuticos basados en la luz (terapia fotodinámica y/o láser).
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
Los autores han remitido un formulario de consentimiento de los padres/tutores para publicar información de su hijo/a.
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