Vol. 26 - Num. 101
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Publicado en Internet: 22-03-2024 - Número de visitas: 1943
Edificio de la Sección Retiro del Instituto-Escuela
En 1907, un año después de recibir Santiago Ramón y Cajal su Premio Nobel, recibe el encargo de dirigir la recién creada Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE). Con la ayuda de su secretario, José de Castillejo, va a encargarse de coordinar un abanico de instituciones que iban aflorando, en una especie de reacción en cadena, tras la fundación de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) en 1876. El principal promotor de esta fue Francisco Giner de los Ríos, catedrático universitario que había sido represaliado en 1875, al igual que otros eminentes profesores, por oponerse a las exigencias del ministro Orovio que coartaban la libertad de cátedra.
El principal objetivo de la ILE era el ejercicio de la enseñanza sin injerencias políticas o religiosas, con el fin de promover una educación integral que permitiera un cambio hacia una sociedad de hombres y mujeres libres, participativos y tolerantes.
La ILE se creó como una institución privada que iría trabajando poco a poco por sus objetivos. Con el impulso de la JAE pronto se extendió al ámbito público como mancha de aceite, para generar una renovación espectacular de la educación en España: lo que se ha venido en llamar Edad de Plata de la Educación en España.
Por un lado, se facilitaban becas para estancias en el extranjero de investigadores destacados, por otra parte, se fueron creando instituciones para apoyar los cambios educativos en todos los niveles. Surgieron así el Instituto Nacional de Ciencias (integraba a los Laboratorios Científicos, el Museo de Ciencias y de Antropología y el Jardín Botánico); la Residencia de Estudiantes, la Residencia de Señoritas y, en 1918, el Instituto-Escuela. Este se iba a centrar en la Educación Secundaria, enfocada en los principios pedagógicos renovadores y, además, en la formación de futuros maestros que al acabar su bachillerato podían recibir otros 2 años de formación específica pedagógica.
Laboratorio de Biología de la Sección Retiro del Instituto-Escuela
Los principios docentes, compartidos con la ILE, apostaban por una educación integral, basada en la interacción con la naturaleza, el ejercicio al aire libre, los trabajos manuales, agrícolas o de jardinería, las excursiones formativas, las artes plásticas, la música, los idiomas, la preferencia por la observación y experimentación frente a la memorización de los libros de texto.
Como resultado de tal conjunción de esfuerzos de personajes singulares como Giner, Sanz del Río, Moret, Castillejo, Cajal, Cossío, Santullano, María de Maeztu y muchos otros, se formó una generación de maestros de Primaria y Secundaria que habría de mejorar espectacularmente el nivel educativo de la población española. Se fomentaba también la formación investigadora en los niveles superiores.
Todo ello se truncó a partir de 1939, en que se volvió al modelo educativo tradicional y adoctrinador, con una persecución y depuración de tan grandes personajes que habían osado apostar por una mejor sociedad a través de la formación de sus miembros.
Algunos vestigios pervivieron en institutos oficia-les o en algunos centros privados que se crearon, gracias a la labor de profesores formados en el Instituto-Escuela. De hecho, la Ley de Educación de 1970 reproducía muchos de los principios pe-dagógicos de la ILE y el Instituto-Escuela.
Enrique Rodríguez-Salinas Pérez
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