Vol. 23 - Num. 30
Seminarios
Isabel Reig Rincón de Arellanoa, Pilar Ortiz Rosb
aAlergóloga. Pediatra. Consultorio Auxiliar de Paterna La Coma. Valencia. Grupo de Vías Respiratorias de la AEPap .
bCS Dos de Mayo. Móstoles. Madrid. Grupo de Vías Respiratorias de la AEPap.
Cómo citar este artículo: Reig Rincón de Arellano I, Ortiz Ros P. Tratamiento de fondo del asma. Actualización de las guías. Rev Pediatr Aten Primaria. Supl. 2021(30):32-8.
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Resumen
El asma es la enfermedad respiratoria crónica más frecuente en la edad infantojuvenil.
Supone un problema de gran transcendencia en salud pública porque limita la calidad de vida de un elevado número de niños y de sus familias y consume numerosos recursos sanitarios.
La variabilidad es su principal característica: variabilidad entre pacientes y variabilidad en un mismo paciente a lo largo de su vida. Esta variabilidad supone un reto a la hora de enfrentarse con el tratamiento, cuyo objetivo es mantener al paciente asintomático o con el menor número de síntomas posibles, manteniendo su calidad de vida, así como conseguir una función pulmonar normal.
Es preciso diseñar una estrategia de tratamiento para conseguir estos objetivos, individualizando el tratamiento en función de las características vitales del niño y de la evolución de su enfermedad, teniendo en cuenta la evidencia científica.
El objetivo de este trabajo es, partiendo de las ultimas actualizaciones de las dos Guías Clínicas sobre el asma más importantes en nuestro medio GEMA y GINA, protocolizar el tratamiento de fondo del asma y tener una herramienta útil que nos sirva en la consulta para tomar decisiones.
El asma es una enfermedad crónica de alta prevalencia en la edad pediátrica, de curso variable y poco predecible con periodos estables y exacerbaciones a lo largo de la vida del niño y adolescente.
El tratamiento del asma debe ser individualizado en función de la gravedad y la respuesta obtenida. El tratamiento farmacológico de mantenimiento del asma bronquial intenta disminuir la inflamación de las vías respiratorias, para así controlar los síntomas, reducir el número de exacerbaciones y conservar la función pulmonar futura. Su principal objetivo es mantener al niño asintomático o con el mínimo de síntomas o exacerbaciones que le permitan tener una buena calidad de vida.
El uso de las Guías de Práctica Clínica permite tomar decisiones en función de la evidencia científica actual. Para la evaluación de la calidad de la evidencia hemos seguido la propuesta de la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA) en su versión 5.01 y de la Global Initiative for Asthma (GINA) versión 20202 (Tabla 1).
Tabla 1. Clasificación de la calidad de la evidencia1 | |
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A | Revisiones sistemáticas de ensayos clínicos aleatorizados con o sin metaanálisis; y ensayos clínicos aleatorizados con bajo riesgo de sesgo. La evidencia proviene de un número sustancial de estudios bien diseñados con resultados consistentes |
B | Revisiones sistemáticas de ensayos clínicos aleatorizados con o sin metaanálisis; y ensayos clínicos aleatorizados con moderado riesgo de sesgo. La evidencia proviene de un número limitado de estudios o resultados inconsistentes |
C | La evidencia proviene de estudios no aleatorizados, observacionales o no controlados |
D | Experiencia clínica o literatura científica que no puede incluirse en la categoría C |
El tratamiento farmacológico incluye medicación de control (uso diario y a largo plazo) y de alivio o de rescate, si hay síntomas, según las necesidades3 y se basa en lo siguiente:
Se recomienda iniciar el tratamiento tan pronto como sea posible, después de establecer el diagnóstico del asma4. El tratamiento depende de la valoración previa de la gravedad y del grado de control.
El asma se ha clasificado habitualmente en función de la gravedad (nivel de evidencia D) en:
La gravedad del asma implica tanto la intensidad del proceso como la respuesta al tratamiento. La clasificación de la gravedad es diferente según se haga en el momento del diagnóstico o posteriormente, una vez conseguido el control (nivel de evidencia D). Si se realiza en el momento del diagnóstico, depende de la frecuencia e intensidad de los síntomas (número de crisis, intervalos entre ellas, síntomas intercrisis, tolerancia al ejercicio, necesidad de broncodilatadores de rescate y valores de la exploración funcional) valorando las últimas 4 semanas (Tabla 2). En los niños pequeños se clasifica en función exclusivamente de los síntomas.
Tabla 2. Clasificación de la gravedad del asma en niños al diagnóstico | ||||
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Episódica ocasional | Episódica frecuente | Persistente moderada | Persistente grave | |
Episodios |
De pocas horas o días de duración <1 cada 10-12 semanas Máximo 4-5 crisis/año |
<1/5-6 semanas Máximo 6-8 crisis/año |
>1/4-5 semanas | Frecuentes |
Síntomas intercrisis | Asintomático con buena tolerancia al ejercicio | Asintomático con mala tolerancia al ejercicio | Leves | Frecuentes |
Sibilancias | Con esfuerzos intensos | Con esfuerzos moderados | Con esfuerzos mínimos | |
Síntomas nocturnos | ≤2 noches/semana | >2 noches/semana | ||
Medicación de alivio (SABA) | ≤3 días/semana | >3 días/semana | ||
Función pulmonar FEV1 Variabilidad PEF |
>80% <20% |
>80% <20% |
>70%-<80% >20%-<30% |
<70% >30% |
En la actualidad, las Guías de Práctica Clínica1,2 aconsejan clasificar la gravedad en función de la necesidad de tratamiento para el buen control de los síntomas. Así, el paciente que requiera un escalón 5-6 de tratamiento tendrá un asma grave, el que precise un escalón 3-4 un asma moderada y el que requiera un escalón 1-2, un asma leve (Tabla 3).
Tabla 3. Clasificación de la gravedad del asma controlada con tratamiento | ||||
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Gravedad | Intermitente | Persistente | ||
Leve | Moderada | Grave | ||
Necesidades mínimas de tratamiento para mantener control | Escalón 1 | Escalón 2 | Escalón 3 o escalón 4 | Escalón 5 o escalón 6 |
La gravedad del asma no es una característica constante, puede variar a lo largo del tiempo. Por ello, el grado de control debe ser evaluado de manera continua y ajustar el tratamiento necesario para alcanzar y mantener el control. Así, el tratamiento de fondo del asma es un proceso dinámico que requiere de un seguimiento y evaluación continua, decidiendo en cada revisión el nivel de tratamiento que precisa nuestro paciente.
Para tipificar correctamente el asma es necesario especificar, además de la gravedad, los factores de riesgo desencadenantes en el paciente y el grado de control (nivel de evidencia D).
El control del asma se define como la medida en que la terapia reduce o elimina las manifestaciones del asma (nivel de evidencia C). Incluye la evaluación y control de aquellos factores que puedan suponer riesgo de exacerbaciones futuras (Tabla 4), así como el posible efecto secundario de los medicamentos. Una vez iniciado el tratamiento, el manejo clínico y terapéutico debe estar dirigido a lograr y mantener el control del asma, que determinará los ajustes de tratamiento. Tradicionalmente se ha organizado en pasos o escalones, que se pueden subir o bajar en función de las necesidades terapéuticas para el control de los síntomas, optando siempre por mantener la cantidad mínima de medicación con la que se consigue el buen control. Antes de considerar un asma mal controlada y subir el escalón de tratamiento es preciso comprobar la adhesión al tratamiento, que la técnica de inhalación sea adecuada, así como descartar comorbilidades, que puedan empeorar el asma, como: rinitis alérgica, obesidad, alergia a alimentos o dermatitis atópica.
Tabla 4. Factores de riesgo para sufrir exacerbaciones asmáticas en los niños (GEMA 5.0) |
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Al menos una exacerbación en el año previo |
Ingreso previo en UCI o necesidad de intubación |
Uso excesivo de SABA |
Síntomas persistentes o no controlados |
Falta de adhesión al tratamiento o técnica inhalatoria inadecuada |
FEV1 bajo. Prueba broncodilatadora positiva |
Exposición a alergenos en caso de alergia o atopia |
Exposición al humo de tabaco |
Comorbilidades: obesidad, rinitis alérgica, alergia alimentaria |
Problemas psicológicos o socioeconómicos importantes |
Otros: eosinofilia en sangre o esputo; elevación de FeNO en revisiones rutinarias |
La herramienta fundamental para evaluar el control es la visita médica continuada (nivel de evidencia D).
En la Tabla 5 se muestra la clasificación del grado de control del asma5. Con el fin de facilitar y estandarizar su evaluación se dispone de cuestionarios validados sencillos y fáciles de cumplimentar.
Tabla 5. Clasificación del control del asma en niños. GEMA5 | |||||
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Nivel de control | |||||
Componentes | Completo | Bueno | Parcial | Malo | |
Discapacidad |
Síntomas diurnos Síntomas nocturnos Medicación de alivio Limitación actividades Función pulmonar: FEV1, PEF |
Ninguno Ninguno Ninguna Ninguna >80% |
≤2/semana ≤1/mes ≤2/semana Ninguna >80% |
>2/semana >1/mes >2/semana Algunas 60-80% |
Continuos Semanal Uso diario Importantes <60% |
Riesgo |
Reagudizaciones por año Efectos secundarios de la medicación |
0 Ninguno |
1 Variable |
2 Variable |
>2 Variable |
En la Tabla 6 se documentan los síntomas clínicos que definen cada estadio y el escalón de tratamiento aconsejado para cada uno de ellos, en función de las últimas actualizaciones de las guías GEMA y GINA1,2.
Tabla 6. Síntomas clínicos que definen cada estadio y escalón de tratamiento aconsejado para cada uno de ellos | |||||||
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- GRADO DE CONTROL + | Tratamiento escalonado | Síntomas | <4 años | 4-12 años | >12 años | ||
Evaluación de la adhesión y de la técnica inhalatoria | 1 |
Síntomas infrecuentes (2 v/mes) sin FR para exacerbación |
No medicación de control |
No medicación de control SABA a demanda según necesidades >6 años GCI dosis bajas cada vez que tome SABA |
GCI-LABA dosis bajas a demanda SABA a demanda GCI a dosis bajas cada vez que toma SABA |
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Considerar inmunoterapia | 2 |
Síntomas infrecuentes (2 v/mes) FR para exacerbación |
GCI dosis bajas a diario LTRA diario o GCI intermitente al inicio de la enfermedad respiratoria |
GCI dosis bajas a diario LTRA a diario >6 años GCI dosis bajas cada vez que tome SABA |
GCI dosis bajas a diario GCI-LABA dosis bajas a demanda LTRA a diario GCI a dosis bajas cada vez que tome SABA |
||
Control ambiental | 3 | Síntomas de asma o necesidad de tratamiento de rescate 2 v/semana pero no a diario | GCI dosis medias o GCI dosis bajas + LTRA |
GCI dosis medias a diario GCI-LABA dosis bajas a diario GCI dosis bajas + LTRA |
GCI-LABA a dosis bajas a diario GCI-LABA a dosis bajas en terapia MART GCI a dosis medias a diario GCI a dosis bajas + LTRA a diario |
||
4 | Síntomas la mayoría de los días o asma con el ejercicio 1 vez a la semana o más |
GCI dosis medias + LTRA Añadir LTRA o aumentar frecuencia GCI o GCI intermitente |
GCI-LABA dosis medias a diario GCI dosis medias + LTRA Derivar al especialista |
GCI-LABA a dosis media GCI-LABA a dosis medias en estrategia MART GCI a dosis medias + LTRA GCI a dosis altas + LTRA/tiotropio a diario |
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Evaluar comorbilidades | 5 | Síntomas la mayoría de los días o asma con el ejercicio 1 vez semana o más y alteración de la función pulmonar |
Control en el hospital GCI dosis altas + LTRA Si no control, considerar LABA, macrólidos, tiotropio, GC oral |
GCI-LABA dosis altas a diario Si mal control, añadir LTRA, tiotropio, teofilina |
GCI-LABA a dosis altas a diario Si mal control + LTRA, tiotropio, teofilinas, azitromicina |
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6 | Persistencia de síntomas a pesar del tratamiento |
GCI dosis altas + LTRA Si no control considerar LABA, macrólidos, tiotropio, GC oral |
GCI-LABA dosis altas a diario Considerar omalizumab, mepolizumab, corticoides orales |
GCI-LABA dosis altas a diario Considerar omalizumab, mepolizumab, corticoides orales |
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Medicación de rescate | SABA según necesidades | SABA según necesidades |
SABA según necesidades GCI-LABA a dosis bajas a demanda |
La recomendación actual, según GEMA, es la utilización de agonistas beta-2 inhalados de acción corta (SABA) según necesidades (a demanda), sin medicación continua de control.
Por razones de seguridad a partir del 20194, GINA recomienda que todos los mayores de seis años con asma reciban un tratamiento controlador que lleve glucocorticoides inhalados (GCI). El uso regular de SABA aumenta las respuestas alérgicas y la inflamación de las vías aéreas. El uso excesivo de SABA (>12 envases en un año) se asocia a un aumento en el riesgo de muerte relacionado con asma. Esta recomendación evita establecer un patrón de confianza temprano del paciente en el SABA, al ser este muy eficaz en el control de los síntomas agudos, y proporciona mensajes más coherentes sobre los objetivos del tratamiento, incluida la prevención de exacerbaciones.
Para obviar problemas de adherencia al tratamiento, en vez de administrar GCI de forma continua, una opción es la administración de dosis bajas de GCI cada vez que el paciente toma SABA.
En mayores de 12 años se puede optar por una combinación de GCI a dosis bajas y agonistas beta-2 de larga duración (LABA) a demanda (GCI-LABA a dosis bajas) (nivel de evidencia B) o GCI a dosis bajas cada vez que precisa SABA (nivel de evidencia B) o SABA a demanda.
La utilización de la combinación GCI-LABA a demanda no se contempla en la ficha técnica.
Los episodios de sibilancias en los niños pequeños deben tratarse inicialmente con SABA, independientemente de que se haya establecido o no el diagnóstico de asma2.
Debe realizarse un ensayo del tratamiento de control, si el patrón de los síntomas sugiere que el asma y los síntomas respiratorios no están controlados o si los episodios de sibilancias son frecuentes o graves.
Se ha de revisar la respuesta al tratamiento y, si a los tres meses no responde, considerar otros diagnósticos alternativos. Se recomienda revisar con frecuencia la necesidad de tratamiento, puesto que los síntomas pueden remitir en muchos niños pequeños.
El dispositivo de inhalación debe adaptarse a la edad y las capacidades del niño. En menores de cuatro años es de elección el aerosol presurizado con cámara de inhalación pediátrica y mascarilla. Debe mantenerse la mascarilla hasta que el niño realice la inhalación directamente de la boquilla de la cámara espaciadora de forma correcta.
A todos los niños con episodios de sibilancias se les debe indicar un SABA inhalado para el alivio de los síntomas, aunque a veces no resulte efectivo en estas edades (nivel de evidencia D).
No se recomienda usar beta-2 adrenérgico oral debido a su inicio de acción más lento y la mayor tasa de efectos secundarios, en comparación con un SABA inhalado (nivel de evidencia D).
Para este nivel, la recomendación de GEMA y GINA es la utilización de GCI a dosis bajas de manera continua (nivel de evidencia A). La alternativa sería el empleo de antagonistas del receptor de leucotrienos (LTRA) diarios, indicados especialmente en los pacientes que no pueden o no quieren tomar GCI o que presentan dificultades con la técnica de inhalación o rinitis alérgica concomitante (nivel de evidencia A).
La GINA en los mayores de seis años recomienda como alternativa la administración de GCI a dosis bajas cada vez que se utiliza un SABA (nivel de evidencia B).
En los mayores de 12 años se puede iniciar el tratamiento o bien con GCI a dosis bajas de manera continua (nivel de evidencia A) o con la combinación GCI-LABA a dosis bajas a demanda (budesonida-formoterol o beclometasona-formoterol) (nivel de evidencia B). Como alternativas posibles: LTRA a diario (nivel de evidencia A) o GCI a dosis bajas cada vez que toma SABA a demanda (nivel de evidencia B).
GINA recomienda iniciar el tratamiento controlador con dosis bajas de GCI más SABA a demanda (nivel de evidencia A). Se dará dicho tratamiento al menos durante tres meses para establecer su efectividad en el control del asma.
Alternativas: según GINA, en niños con asma persistente el tratamiento continuo con LTRA reduce modestamente los síntomas y la necesidad de tratamiento con corticoide oral comparado con placebo. Una revisión reciente en niños pequeños con sibilancias recurrentes inducidas por virus concluye que ni el uso continuo ni intermitente de LTRA reduce el uso de corticoides orales en las exacerbaciones (nivel de evidencia A)2. Otra revisión sistemática en preescolares con asma o sibilancias recurrentes demostró que la dosis GCI diaria era más efectiva en mejorar el control de los síntomas y en reducir las exacerbaciones que LRTA en monoterapia.
Según la GEMA 5.0 se recomienda el empleo de GCI como primera línea de tratamiento para el control del asma persistente del niño de cualquier edad.
Las recomendaciones para este nivel son:
Alternativas:
En los pacientes mayores de 12 años con más de una exacerbación en el último año, el tratamiento de mantenimiento y rescate con GCI-LABA a dosis bajas es el más eficaz para reducir las exacerbaciones graves2.
En la GEMA 5.0 los LABA son un tratamiento que se puede considerar en niños mayores de cuatro años, siempre que se asocien a GCI. Nunca deben administrarse como monoterapia.
Según la GINA, si en los tres meses con dosis bajas de GCI no se alcanza el control, o si continúan las exacerbaciones, se confirmará y revisará que los síntomas son debidos a un asma bronquial. Previamente se debe revisar si la técnica de inhalación es correcta, comprobar que la adherencia a la medicación es adecuada, abordar el control de los factores ambientales y reconsiderar el diagnóstico de asma. A continuación se valorará el tratamiento:
Tratamiento de elección: GCI-LABA a dosis medias a diario para cualquier edad.
A partir de este escalón hay que considerar la derivación al especialista para todos los casos, así como la inmunoterapia sublingual en pacientes seleccionados.
Se derivará al paciente a una unidad especializada y se realizarán pruebas diagnósticas adicionales (nivel de evidencia D)2. Previamente se debe: revisar si la técnica de inhalación es correcta, comprobar que la adherencia a la medicación es adecuada, abordar el control de los factores ambientales y reconsiderar el diagnóstico de asma.
No se ha establecido cuál es el mejor tratamiento para esta población. Las opciones que hay que considerar con consejo del especialista son:
La GEMA 5.0 recomienda dosis medias de GCI más LABA y derivar al especialista.
Tratamiento de elección: GCI-LABA a dosis altas a diario en cualquier grupo de edad. Si persiste el mal control, se asociará LTRA, tiotropio, teofilinas de acción retardada o azitromicina en mayores de 12 años.
Se recomienda control por especialista hospitalario.
En la GINA en menores de cinco años no hay escalón 5 ni 6, por lo que a continuación nos referiremos a las indicaciones de la GEMA 5.0 en menores de cinco años.
Si hay mal control, considerar añadir omalizumab, mepolizumab o corticoides orales.
Se recomienda control por especialista hospitalario.
En mayores de 3-4 años:
En menores de 3-4 años:
En todos los niveles se considera que el tratamiento de rescate se debe hacer con SABA según necesidades, pudiendo utilizarse la combinación GCI-LABA a dosis bajas en los mayores de 12 años en terapia MART.
Los pacientes deben ser reevaluados cada 2-3 meses. Antes de intensificar el tratamiento en caso de mal control, hay que asegurarse de la adherencia al esquema terapéutico propuesto y de que la técnica de inhalación es adecuada. Si el paciente sufre una exacerbación, es aconsejable programar una visita de seguimiento en el plazo de una semana, valorando de nuevo sus posibles factores de riesgo3.
Habitualmente, la bajada de escalón se hace en el sentido inverso al de subida. En el caso de los GCI se recomienda una reducción gradual del 25-50% de la dosis cada tres meses, si durante ese tiempo se ha mantenido un buen control del asma.
En escolares con asma moderada-grave bien controlada con GCI y LABA no existe evidencia sobre cómo disminuir el escalón terapéutico. En base a estudios realizados en adultos se sugiere reducir la dosis de GCI como primer paso en la disminución de escalón terapéutico y no la retirada del LABA.
Se puede retirar el tratamiento de fondo cuando el asma está controlada con la mínima dosis posible de medicación durante al menos 6-12 meses y no hay factores de riesgo de crisis. Antes de la retirada se debe valorar la intensidad de las crisis previas: si ha presentado crisis graves se recomienda mantener el tratamiento con GCI a dosis bajas. Siempre que se baje de escalón se debe proporcionar un plan escrito para el asma y mantener una vigilancia estricta.
Las autoras declaran no presentar conflicto de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
ACQ: Cuestionario del Control del Asma · CAN: Control del Asma en el Niño · GCI: glucocorticoides inhalados · GEMA: Guía Española para el Manejo del Asma · GINA: Global Initiative for Asthma · LABA: agonistas beta-2 de larga duración · LTRA: antagonistas del receptor de leucotrienos · SABA: agonistas beta-2 inhalados de acción corta.
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