Vol. 22 - Num. 88
Notas clínicas
Vicente Olaya Alamara, Andrea Nos Coloma, Anna Parra Llorcab, Carolina González Miñoc
aMIR-Pediatría. Hospital General de Castellón. Castellón. España.
bUnidad de Neonatología. Servicio de Pediatría. Hospital General Universitario de Castellón. Castellón. España.
cServicio de Pediatría. Hospital General Universitario Castellón de la Plana. Castellón. España.
Correspondencia: V Olaya . Correo electrónico: vioa922@gmail.com
Cómo citar este artículo: Olaya Alamar V, Nos Colom A, Parra Llorca A, González Miño C. Masa genital en un neonato; orientación diagnóstica. Rev Pediatr Aten Primaria. 2020;22:395-7.
Publicado en Internet: 03-12-2020 - Número de visitas: 8317
Resumen
El quiste parauretral de Skene es una tumoración quística benigna dependiente de las glándulas de Skene y adyacente al meato uretral, que puede drenar contenido mucoide blanquecino al introito vaginal. El examen físico establece el diagnóstico, quedando el estudio ecográfico para aquellos casos dudosos y que se presentasen con obstrucción urinaria. El manejo debe ser conservador y una correcta aproximación diagnóstica es fundamental para descartar otros procesos que sí precisarían un tratamiento quirúrgico como, por ejemplo, himen imperforado, prolapso de uretra, prolapso de ureterocele, etc. A continuación, describimos el caso de una recién nacida a término en la que la exploración física de las primeras 24 horas de vida reveló una masa genital interlabial.
Palabras clave
● Masa genital interlabial ● Quiste parauretral de SkeneEl quiste parauretral de Skene1-3 es una masa interlabial que se presenta sobre todo en el periodo neonatal. Su incidencia varía (una de cada 2000-7000 recién nacidas), pasando su diagnóstico desapercibido en muchas ocasiones. Su patogénesis es dudosa, siendo la teoría de la estimulación hormonal materna, la hipótesis más aceptada.
Se presenta como una masa interlabial quística de color amarillento que desplaza el meato uretral, sin dificultad de vaciado ni malformaciones asociadas. El introito vaginal, de aspecto normal, se encuentra desplazado caudalmente. En algunos casos, se puede observar el drenaje del quiste a través del meato uretral.
El examen físico determina el diagnóstico, dejando los estudios radiológicos (ecografía abdomino-pélvica) para aquellos casos dudosos o que presenten obstrucción urinaria. El manejo conservador es la norma ya que involucionan en su mayoría de forma espontánea.
Recién nacida a término. Embarazo controlado por el servicio de Ginecología de un hospital terciario. Parto eutócico sin complicaciones. Ningún antecedente familiar de interés.
En la exploración al nacimiento se observa una tumoración genital referida en laFig. 1.
Se plantea el diagnóstico diferencial entre entidades que pueden producir cuadros similares, entre las que se encuentra el quiste parauretral de Skene, el himen imperforado o el ureterocele.
Se solicita valoración por Cirugía Pediátrica y ecografía abdomino-pélvica. La valoración por Cirugía Pediátrica orienta hacia el quiste parauretral de Skene. La ecografía abdomino-pélvica descarta malformaciones de vía urinaria, así como presencia de hidrometrocolpos que pudiera asociarse a un himen imperforado.
El tratamiento propuesto, fue el manejo conservador con revisiones periódicas. Se produjo un drenaje espontáneo del quiste a los tres días de vida, sin presentar recurrencias posteriores.
En la aproximación diagnóstica de una tumoración interlabial genital es prioritario descartar aquellos procesos que precisen intervención quirúrgica a corto plazo, así como la existencia de malformaciones genitourinarias asociadas.
El quiste parauretral de Skene es una patología relativamente frecuente y benigna. Tiende a la resolución espontánea y no asocia malformaciones genitourinarias. La ecografía no es siempre necesaria para el diagnóstico. No obstante, al ser una prueba inocua, ante la mínima duda es recomendable solicitarla para evitar errores diagnósticos.
El diagnóstico diferencial de una tumoración vaginal incluye:
Es importante realizar una exploración física completa y detectar, precozmente aquellas anomalías que precisen intervención quirúrgica, evitando complicaciones graves asociadas a un diagnóstico tardío. En nuestro caso, no hubo ninguna incidencia y la resolución fue espontánea.
El quiste parauretral de Skene, junto al himen imperforado, son las patologías más frecuentes que nos encontraremos y es fundamental pensar en ellas en nuestro diagnóstico diferencial, sin olvidarnos de las patologías menos frecuentes como las citadas previamente. El diagnóstico suele ser clínico, aunque suele apoyarse en exploraciones de imagen, como la ecografía principalmente para descartar malformaciones asociadas.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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