Vol. 22 - Num. 87
Pediatría Basada en la Evidencia
M.ª Jesús Esparza Olcinaa, Sergio Flores Villarb
aPediatra. Madrid. España.
bÁrea de Hospitalización Pediátrica. Hospital Universitario Fundación Mútua Terrassa. Barcelona. España.
Correspondencia: MJ Esparza. Correo electrónico: mjesparza8@gmail.com
Cómo citar este artículo: Esparza Olcina MJ, Flores Villar S. A mayor pobreza infantil, peor salud física y mental. Rev Pediatr Aten Primaria. 2020;22:323-5.
Publicado en Internet: 16-09-2020 - Número de visitas: 7193
Resumen
Conclusiones de los autores del estudio: la situación de pobreza crónica en la infancia afecta a 1 de cada 5 niños del Reino Unido. La exposición a la pobreza en edades tempranas se relaciona con una peor situación de salud física y mental.
Comentario de los autores de la revisión: en una cohorte de 10 652 niños de menos de 14 años de Reino Unido denominado Millenium Cohort Study (MCS) reclutados entre los años 2000 y 2002 los niños expuestos a pobreza mostraban un mayor riesgo de problemas de salud mental, obesidad y enfermedades crónicas.
Palabras clave
● Obesidad Infantil ● Parámetros de salud infantil ● Pobreza infantil ● Salud mental infantilNota:
Este artículo se publica simultáneamente con la revista electrónica Evidencias en Pediatría (www.evidenciasenpediatria.es).
Lai ETC, Wickham S, Law C, Whitehead M, Barr B, Taylor-Robinson D. Poverty dynamics and health in late childhood in the UK: evidence from the Millennium Cohort Study. Arch Dis Child. 2019;104:1049-55.
Objetivo: determinar si la edad y el tiempo de la exposición a la pobreza están asociados a mayores problemas de salud mental, física o ambas.
Diseño: estudio de cohortes, observacional prospectivo.
Emplazamiento: población general del Reino Unido.
Población de estudio: del UK Millenium Cohort Study (UKMCS)1 se tomaron los niños de 14 años (n = 15 415), de los cuales finalmente fueron incluidos en el estudio aquellos cuya madre biológica contestó la encuesta (n = 10 652). Esta cohorte es representativa de la población británica. Se encuentran intencionadamente sobrerrepresentados niños de zonas de bajos ingresos, de minorías étnicas y de las regiones británicas menos pobladas, para poder realizar subgrupos con suficientes elementos.
Medición del resultado: se les aplicaba a las familias el cuestionario de debilidades y fortalezas (SDQ) a los 9 meses, 3 años, 5, 7, 11 y 14 años para medir problemas socioemocionales, y a la vez, se recogían parámetros de obesidad mediante el índice de masa corporal (IMC) (kg/m2), clasificando la obesidad según los puntos de corte del International Obesity Task Force y la existencia de enfermedad persistente física o mental, preguntando a la madre. Se utilizó como grupo de referencia el grupo que nunca había sufrido pobreza, y se comparó con tres trayectorias de pobreza.
Resultados principales: de las 15 415 familias elegibles, finalmente 10 652 se incluyeron en el estudio (-30%). Se caracterizaron 4 grupos de observación de pobreza (se define pobreza como ingresos <60% de los ingresos medios): 1) nunca en la pobreza (grupo de referencia); 2) pobreza en la primera infancia (de 9 meses a 7 años) 13,4%; 3) pobreza en la infancia tardía o adolescencia (edad 7-14 años) 5%, y 4) pobreza persistente (en toda la franja etaria de estudio) 19,2%, y se ajustaron los resultados a otras variables como etnia, sexo y grado de educación de la madre.
Se aplicó a los resultados obtenidos una regresión logística multivariante donde se observaron los siguientes resultados: el grupo de pobreza persistente, en comparación con aquellos que nunca estuvieron en situación de pobreza, se asoció con un mayor riesgo de problemas de salud mental (odds ratio ajustada [ORa]: 3,17; intervalo de confianza del 95% [IC 95]: 1,55 a 4,19), ser obeso (ORa: 1,57; IC 95: 1,20 a 2,04) y con enfermedades crónicas (ORa: 1,98; IC 95: 1,55 a 2,52). La exposición a la pobreza en la infancia tardía tuvo una asociación mayor con problemas de salud mental y enfermedades crónicas que la pobreza en la primera infancia, mientras que para la obesidad se observó lo contrario. También se encontró que dichas asociaciones no variaron según el sexo (p >0,05).
Conclusión: la exposición a la pobreza en la infancia está asociada a mayor riesgo de problemas de salud mental, obesidad y enfermedades crónicas.
Conflicto de intereses: no existen.
Fuente de financiación: Becas oficiales del MRC, del Wellcome Trust Society and Ethics Fellowship y del Instituto Farr.
Justificación: entre los determinantes de la salud, la pobreza es un factor de riesgo de deterioro de los indicadores de morbimortalidad de un país. En España, 1 de cada 5 menores está en riesgo de pobreza persistente2,3. Este estudio es pertinente porque, en este contexto de preocupación por el futuro, aborda la cuestión de la pobreza infantil y su repercusión en la salud del adolescente, analizando distintos perfiles de pobreza.
Validez o rigor científico: la población de estudio está bien definida.
No se menciona si los evaluadores fueron cegados. Podría existir sesgo de información al evaluar la afectación socioemocional y la enfermedad a largo plazo preguntando solo a las madres.
Se controlaron como factores de confusión la educación y la raza materna, y si era familia monoparental.
Se realizaron análisis de sensibilidad según estuvieran o no completos todos los datos, también según pobreza subjetiva (sensación de estar peor económicamente en cada entrevista de seguimiento). También se analiza la relación dosis-respuesta a la pobreza.
Los datos procedentes de la encuesta a los padres están sujetos a posible sesgo de memoria y de subjetividad.
Importancia clínica: comparado con el grupo de ausencia de pobreza, la pobreza persistente, tras ajustar por factores de confusión, multiplica por 3 el riesgo de problemas socioemocionales a los 14 años (ORa: 3,17; IC 95: 2,40 a 4,19), número de impacto en expuestos (NIE)*: 9, por 1,5 el de obesidad (ORa: 1,57; IC 95: 1,20 a 2,04), NIE: 36 y por 2 el riesgo de enfermedad persistente (ORa: 1,98; IC 95: 1,55 a 2,52), NIE: 10.
Tras los análisis de sensibilidad, la tendencia en las asociaciones de los resultados se ve poco afectada.
Las medidas del efecto tienen importancia clínica para el paciente y sobre el sistema sociosanitario. La validez externa del estudio es adecuada, ya que las circunstancias de estos niños son comparables a las de la población infantil española, por entorno cultural y económico.
Un estudio realizado en España, que analiza la encuesta nacional de salud de 2006 encuentra que, entre niños de 4 a 15 años de edad, los procedentes de clases más desfavorecidas (niveles IV-V) tenían peor salud mental que los de clases sociales más favorecidas, OR: 1,31 (IC 95: 1,24 a 1,38)4.
La repercusión de la pobreza sobre la salud del niño5 y del adolescente6 ha sido demostrada en múltiples ocasiones.
Aplicabilidad en la práctica clínica: los niños son individuos con derecho al pleno desarrollo físico, mental y social, según reza en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. La pobreza interfiere en este desarrollo limitando sus posibilidades futuras. El abordaje y la solución a la pobreza infantil superan con mucho la actividad clínica del pediatra de Atención Primaria. No obstante, conocer los riesgos, problemas físicos y mentales a los que están expuestos y actuar abogando por cambios a nivel institucional, son responsabilidades de todo ciudadano, mucho más de los que dedicamos nuestra actividad profesional a mejorar la salud de niños y adolescentes.
Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existen.
IC 95%: intervalo de confianza del 95% · IMC: índice de masa corporal · NIE: número de impacto en expuestos · OR: odds ratio · SDQ: cuestionario de debilidades y fortalezas.
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