Vol. 22 - Num. 85
Notas clínicas
Elena Pérez Fuertesa, Marta Carrera Polancoa, Belén Jiménez Estebana, Beatriz Argüelles Bustilloa
aPediatra. CS Silvano. Madrid. España.
Correspondencia: E Pérez. Correo electrónico: elenaperezfuertes@gmail.com
Cómo citar este artículo: Pérez Fuertes E, Carrera Polanco M, Jiménez Esteban B, Argüelles Bustillo B. Granuloma aséptico facial idiopático: ¿sabemos diagnosticarlo? Rev Pediatr Aten Primaria. 2020;22:39-41.
Publicado en Internet: 05-03-2020 - Número de visitas: 11680
Resumen
El granuloma aséptico facial idiopático es una lesión nodular e indolora exclusiva de la infancia que suele aparecer en la zona de las mejillas. Presenta un amplio diagnóstico diferencial con otras lesiones nodulares. Se ha relacionado con el espectro de la rosácea por lo que, debido a las posibles implicaciones oculares de esta, se recomienda el seguimiento oftalmológico de los pacientes. Debido a su carácter benigno y autorresolutivo, como demuestra el caso clínico presentado, se recomienda un tratamiento conservador.
Palabras clave
● Granuloma aséptico ● Nódulo facial ● RosáceaEl granuloma aséptico facial idiopático es una entidad poco conocida, exclusiva de la edad pediátrica. Se trata de un nódulo rojizo-violáceo, asintomático, y que se localiza generalmente en la región malar. Su curso es lento y en la mayoría de las ocasiones desaparece de manera espontánea. Su etiopatogenia no está del todo clara, pero sí parece tener una relación con la rosácea1,2. Describimos el caso con el fin de conocer dicha entidad y aumentar las probabilidades diagnósticas.
Varón de tres años que consulta por una lesión indolora consistente en una mácula rojiza con pápula violácea central de ocho meses de evolución (Fig. 1). No refieren antecedente traumático o picaduras previas. Cinco meses después, la pápula desaparece, persistiendo la mácula eritematosa, aunque esta reaparece poco después. Desaparición completa tres meses después, sin lesión residual.
El granuloma aséptico facial idiopático es una lesión nodular exclusiva de la infancia, que suele aparecer en la zona de la mejilla. Su coloración es rojo violácea y la consistencia elástica. A veces se confunde con una lesión de origen infeccioso tipo absceso, pero son fríos al tacto, lo que puede ayudar a distinguirlos. Los principales cuadros con los que habría que hacer diagnóstico diferencial serían: nevus de Spitz, pilomatricomas, granulomas piógenos, xantogranulomas1 (Tabla 1).
Tabla 1. Diagnóstico diferencial del granuloma aséptico facial | |||||
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Granuloma aséptico | Granuloma piogénico | Nevus Spitz-Reed | Pilomatricoma | Xantogranuloma | |
Epidemiologia | Exclusivo infancia | Niños y adultos jóvenes | Niños y adultos jóvenes | Niños y adolescentes | Entre los 6 meses-2 años |
Aspecto y localización |
Nódulo rojizo violáceo; frío y elástico al tacto; indoloro En cara (mejillas) |
Lesión sésil o pedunculada Color rojo; consistencia blanda al tacto; puede ulcerarse y sangrar Manos, labios, parte superior del tronco |
Nódulo redondeado rojo-marrón que muestra focos de pigmentación melánica; indoloro En cara y miembros inferiores |
Nódulo subcutáneo de consistencia dura/pétrea; indoloro En cara, miembros superiores |
Nódulo de tamaño variables (de mm a varios cm); color rosado que evoluciona a amarillento con el tiempo; indoloro En polo cefálico |
Evolución | Resolución espontánea al cabo de un año | Crecimiento rápido | Crecimiento rápido, 3-6 meses | Crecimiento lento | |
Actuación | Expectante | Extirpación si complicación | Escisión tras pubertad, actitud expectante antes | Actitud conservadora o quirúrgica si se desea extirpar | Actitud conservadora o quirúrgica si se desea extirpar |
La ecografía revela una lesión sólida, hipoecoica y sin restos de calcio en su interior (a diferencia pilomatricoma)2. A nivel anatomopatológico aparece un infiltrado inflamatorio granulomatoso en la dermis superficial y profunda3.
En cuanto a su etiología, no se han encontrado agentes microbiológicos implicados, aunque curiosamente se han descrito casos con buena respuesta tras tratamiento con metronidazol y doxicilina2. Existen diversas hipótesis, una de ellas es una posible reacción granulomatosa a restos embrionarios de la dermis, y otra más reciente sugiere que perteneciera al espectro de la rosácea2. En un estudio realizado por Prey et al. observaron que el 42,1% de los pacientes acababan desarrollando al menos dos signos clínicos de rosácea3.
La rosácea se presenta generalmente a partir de la tercera década de vida, aunque se han descrito casos en la edad pediátrica. Esta se caracteriza por la recurrencia de brotes que provocan lesiones polimorfas a nivel centrofacial: eritema, pápulas y pústulas (sin comedones, a diferencia del acné), teleangiectasias y posterior desarrollo de fibrosis. Los episodios de rubor o flushing también son característicos. Pueden presentar además manifestaciones oculares, como queratitis e infiltrados corneales, que pueden preceder a las manifestaciones cutáneas4,5. Algunas lesiones oftalmológicas pueden dejar secuelas5, por lo que, sabiendo la posible asociación entre el granuloma aséptico facial y la rosácea, así como las posibles complicaciones oculares que pueden preceder a esta, sería importante no solo el diagnóstico precoz sino el seguimiento ulterior de estos pacientes.
Respecto al tratamiento, se trata de una lesión benigna y de curso autorresolutivo (generalmente desaparece en menos de un año)3 por lo que la recomendación actual orienta hacia una actitud conservadora, evitando las intervenciones quirúrgicas y sus secuelas estéticas. Como comentado, se han descrito casos con buena respuesta a doxicilina (solo aceptado el uso de tetraciclinas a partir de los diez años de edad) y metronidazol, lo cual apoya también su relación con la rosácea ya que ambos son medicamentos ampliamente recomendados en la rosácea.
Las autoras declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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