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Vol. 22 - Num. 28

Dermatología

El menor @-conectado

Gracia M.ª García Laraa, Francisco García Iglesiasb

aPediatra. CS Albayda La Cruz. Granada. España.
bPediatra. CS Albaycín. Granada. España.

Cómo citar este artículo: García Lara GM, García Iglesias F. El menor @-conectado. Rev Pediatr Aten Primaria. Supl. 2020;(28):98-9.

Publicado en Internet: 14-02-2020 - Número de visitas: 3237

INTRODUCCIÓN

En nuestras consultas podemos encontrar lesiones que no encajan con el relato facilitado por nuestro paciente o sus padres… La inocencia e ignorancia presentes en la preadolescencia los hace manipulables, dejándose llevar por corrientes adictivas que incitan a practicar conductas arriesgadas.

En el siglo XXI, las nuevas tecnologías forman parte de la vida y realidad social de nuestros jóvenes. Las redes sociales son herramienta potente de comunicación y un gran peligro a su vez si no enseñamos a nuestros jóvenes a usarla con prudencia, ya que es imposible frenar la necesidad de estos a estar “conectados”.

CASO CLÍNICO

Paciente de 11 años de edad que acude a consulta por dos lesiones dérmicas profundas, ovaladas, de unos 3 × 4 cm de diámetro en la cara anterior del tercio medio de ambas piernas, con sangrado activo en sabana, no infectadas, de cinco días de evolución (Fig. 1). El chico cuenta una caída en bicicleta. Dudamos del origen y decidimos entrevistarlo a solas. Descubrimos que se había autolesionado con la ayuda del primo, con desodorante y un mechero, para obtener una marca en la piel. Relatan que este hecho forma parte de un juego de desafío: el reto de la ballena azul. Consiste en superar pruebas distribuidas en un listado mediante redes sociales y cuyo fundamento es la autoagresión. La prueba final es el suicidio. Un año después queda cicatriz atrófica (Fig. 2).

Figura 1. Lesión por el reto de la ballena azul
Figura 1. Lesión por el reto de la ballena azul

Figura 2. Cicatriz un año después
Figura 2. Cicatriz un año después

Año y medio más tarde presenta un episodio de hiperglucemia mantenida. Se trataba de nuevo de una ingesta voluntaria de azúcar con el objetivo de provocar poliuria y disminución del peso corporal, información extraída de nuevo a través de internet.

Cursa en la actualidad con anorexia nerviosa, tratada en Salud Mental Infantil.

CONCLUSIÓN

Padres, educadores y pediatras deben estar al día en cuanto a redes sociales para poder proteger a los menores y reconocer un mal uso de estas. El pediatra debería incorporar en su entrevista al menor la pregunta sobre el uso de internet en dispositivos electrónicos.

Ante la sospecha de que el menor puede ser víctima de algún delito en redes sociales, los progenitores tienen el deber de defender, velar y educar a sus hijos, prevaleciendo el bien del menor sobre el derecho a la intimidad.

El manejo en Atención Primaria de un paciente “adicto” a redes sociales ha de ser multidisciplinar, con la intervención obligada adicional de Trabajo Social y Salud Mental Infantil.

CONFLICTO DE INTERESES

Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.

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