Vol. 21 - Num. 84
Casos clínicos en Digestivo
M.ª Clara Jijón Andradea, Iván Carabaño Aguadob, Raquel Núñez Ramosc, Enrique Salcedo Lobatob, Enrique Medina Benítezb
aServicio de Pediatría. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid. España.
bSección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica. Servicio de Pediatría. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. España.
cSección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Infantil. Servicio de Pediatría. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. España.
Correspondencia: MC Jijón. Correo electrónico: mariaclarajijon@hotmail.com
Cómo citar este artículo: Jijón Andrade MC, Carabaño Aguado I, Núñez Ramos R, Salcedo Lobato E, Medina Benítez E. ¿La patata es culpable? Rev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:411-4.
Publicado en Internet: 26-11-2019 - Número de visitas: 15824
Resumen
El síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias (FPIES o food protein-induced enterocolytis syndrome) es una patología alérgica no mediada por IgE inducida por proteínas alimentarias. Cursa con vómitos de repetición asociados a diarrea, palidez, letargia o hipotensión 1-4 horas tras la ingesta del alimento desencadenante. Los desencadenantes más habituales son la leche de vaca y la soja; sin embargo, también se han descrito asociada a alimentos sólidos, como la patata.
Palabras clave
● Alimentos ● Enterocolitis ● FPIES ● Proteínas ● VómitosEl síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias (FPIES o food protein-induced enterocolytis syndrome) es una patología alérgica no mediada por IgE, inducida por proteínas alimentarias, que se presenta especialmente en niños pequeños. Se estima que la incidencia de FPIES es de 0,15-0,7 por cada 1000 niños, con ligero predominio del género masculino (52-60%). Sus desencadenantes más frecuentes son la leche de vaca y la soja. Más raramente, se ha descrito su asociación con otros alimentos1-5. Se trata de un cuadro clínico marcado por la gravedad potencial. De hecho, la tasa de pacientes que requieren visitar el servicio de urgencias por esta patología es de hasta el 50%. Entre el 24-60% requiere ingreso hospitalario3. Hasta un 20% de los pacientes con FPIES presenta deshidratación o shock1.
A continuación, se describe un caso de FPIES inducido por patata.
Lactante que a los seis meses toma por primera vez patata en forma de puré y a las dos horas presenta vómitos incoercibles, apatía y letargia. No presenta diarrea ni hipotensión, pero sí leve taquicardia. Se intenta la ingesta de patata en dos ocasiones posteriores, a los ocho y nueve meses de edad, pero presenta la misma sintomatología, con intensidad creciente. En la tercera exposición requiere acudir al servicio de urgencias para recibir fluidoterapia.
Como parte de la alimentación complementaria, ha introducido varias frutas y verduras y toma leche de continuación, sin presentar clínica similar con ningún otro alimento. El lactante tiene una adecuada ganancia ponderoestatural. La exploración física en la visita a consultas de gastroenterología pediátrica es rigurosamente normal. Se realizan pruebas cutáneas de alergia (prick test) que resultan negativas. Se diagnostica de FPIES por patatas y se recomienda dieta exenta de patata y tubérculos similares.
Este síndrome se describió por primera vez en 1967 por Rubin y Gryboski, pero no se definió como FPIES con criterios diagnósticos específicos hasta 1986, en un artículo publicado por G. Powell6. El FPIES se ha convertido en una patología cada vez más descrita, a pesar de que todavía no se conoce del todo su patogenia. Actualmente se considera que se debe a una reacción de hipersensibilidad celular mediada por células T1. Diversos estudios sugieren que las proteínas alimentarias inducen la producción de factor de necrosis tumoral alfa por parte de las células T. Este hecho a su vez activa la síntesis de diversas citoquinas proinflamatorias. De forma paralela, hay una disminución en la expresión de factor de crecimiento transformador beta, que tiene actividad antiinflamatoria2. La inflamación intestinal produce un aumento en la permeabilidad intestinal.
Clínicamente, este síndrome se caracteriza por la aparición de vómitos de repetición asociados a diarrea, palidez, letargia o hipotensión 1-4 horas tras la ingesta de la proteína alimentaria desencadenante. Los episodios de vómito tienden a repetirse tras la reexposición al alimento desencadenante y se resuelven tras la retirada de este de la dieta. Además, los episodios se pueden acompañar de cianosis, deshidratación e incluso shock hipovolémico. Los pacientes con FPIES suelen ser de origen caucásico (90%), suelen tener antecedentes familiares de atopia (65%) y antecedentes personales de dermatitis atópica (45-60%)3.
Los desencadenantes más habituales son la leche de vaca (50-60%) y la soja (30-50%)3. Con menor frecuencia se han descrito alimentos sólidos como desencadenantes (29% de los pacientes con FPIES). Ente los desencadenantes sólidos más comunes están el arroz, la avena, el trigo, el gluten, las legumbres y el pollo. En pacientes con FPIES por desencadenante sólido la frecuencia de sensibilidad a múltiples alimentos es mucho más alta, alcanzando hasta un 80%. Además, los pacientes sensibles a desencadenantes sólidos tienen una mayor asociación a dermatitis atópica (57%) que los pacientes con sensibilidad a la leche o a la soja (23-37%)1. La presentación de FPIES por alimentos sólidos suele ser más tardía, pero tiende a resolverse en torno a los 24 meses, aproximadamente cuatro meses antes que la media de los pacientes sensibles a la leche o a la soja1.
La patata es un alimento que rara vez se considera conflictivo. Sin embargo, se han descrito reacciones alérgicas a la patata, tanto mediadas como no mediadas por IgE1,3,7. La patata y sus derivados se han descrito como desencadenantes de FPIES en varias series de pacientes. En una serie de 74 pacientes pediátricos valorados por FPIES en el Texas Children’s Hospital, seis pacientes (8%) tenían sensibilidad a la patata y 16 pacientes (22%) tenían sensibilidad al boniato3. En otra serie de 44 pacientes pediátricos con FPIES en dos hospitales de Nueva York, uno de los pacientes (7%) era sensible a boniato1.
A nivel microscópico, las biopsias de pacientes con FPIES se caracterizan por presentar abscesos crípticos, infiltrado inflamatorio difuso con predominio de células plasmáticas en colon y edema con lesiones vellositarias leves en intestino delgado1.
La mediana de edad de presentación del primer episodio de FIPES está en los 4-6 meses, sin embargo, el diagnóstico suele retrasarse varios meses (mediana de seis meses)3. El diagnóstico es clínico y tiende a hacerse cuando el niño y ha presentado 3-4 episodios con un mismo desencadenante (Tabla 1). Aunque el diagnóstico es clínico, puede apoyarse en la realización de una prueba de tolerancia oral en el hospital (Tabla 2). Los valores predictivos positivo y negativos de la PTO se desconocen por lo que el valor de esta es limitado y relativo.
Tabla 1. Criterios diagnósticos de FPIES. Se requiere que se cumpla el criterio mayor y ≥3 criterios menores4 |
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Criterio mayor |
Vómitos 1-4 horas tras la ingesta del alimento sospechado en ausencia de clínica cutánea y respiratoria clásica de alergias mediadas por IgE |
Criterios menores (≥3) |
Segundo (o >) episodio de vómitos de repetición tras la ingesta del alimento sospechado |
Vómitos de repetición 1-4 horas tras la ingesta de otro alimento |
Letargia extrema con cualquier reacción sospechada |
Marcada palidez con cualquier reacción sospechada |
Necesidad de visita al servicio de urgencias con cualquier reacción sospechada |
Necesidad de soporte con fluidoterapia intravenosa con cualquier reacción sospechada |
Diarrea en 24 horas (usualmente 5-10 h) |
Hipotensión |
Hipotermia |
Tabla 2. Criterios para considerar la prueba de tolerancia oral positiva en FPIES. Se requiere que se cumpla el criterio mayor y ≥2 criterios menores4 |
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Criterio mayor |
Vómitos 1-4 horas tras la ingesta del alimento sospechado en ausencia de clínica cutánea y respiratoria clásica de alergias mediadas por IgE |
Criterios menores (≥2) |
Letargia |
Palidez |
Diarrea en 24 horas (usualmente 5-10 h) |
Hipotensión |
Hipotermia |
Aumento en la neutrofilia de >1500 en relación con el valor basal |
Las pruebas de IgE específica en sangre por medio de CAP y el prick test cutáneo para el alimento desencadenante suelen ser negativas. La positividad de estas pruebas implicaría un FPIES de presentación atípica (5%)3. La analítica sanguínea tampoco muestra alteraciones significativas, pero pueden presentar discreta elevación de leucocitos a expensas de polimorfonucleares3.
El tratamiento inmediato del FPIES consiste en la administración de ondansetrón y rehidratación intravenosa, con vigilancia estrecha del niño1-7. Pasado el momento agudo, el manejo clínico se basa en evitar el alimento desencadenante y en el consejo nutricional para evitar déficits nutricionales como consecuencia de la privación de los alimentos específicos retirados. Con el paso del tiempo, la maduración intestinal y del sistema inmune permite a la mayoría de los niños superar el problema. Se recomienda una prueba de tolerancia oral hospitalizado pasados 12-18 meses tras la última reacción. En niños con FPIES por leche de vaca o arroz se recomienda esperar hasta los dos años para la prueba de tolerancia oral y hasta los cinco años en niños con FPIES por pescado o huevo8.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
FPIES: síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias.
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