Júlia Morata Albaa, Laia Morata Albab
aServicio de Pediatría. Hospital Lluís Alcanyís. Játiva. Valencia. España.
bMédico de Familia. CS Enguera. Departamento Xàtiva-Ontinyent. Valencia. España.
Correspondencia: J Morata. Correo electrónico: juliamorataalba@gmail.com
Cómo citar este artículo: Morata Alba J, Morata Alba L. Salud bucodental en los niños: ¿debemos mejorar su educación? Rev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:e173-e178.
Publicado en Internet: 07-11-2019 - Número de visitas: 13386
Resumen
La caries dental es una enfermedad infecciosa caracterizada por la destrucción de los tejidos duros dentarios. Es la enfermedad infantil crónica más común, pero es prevenible y curable. La salud bucodental se define como la ausencia de dolor orofacial, llagas bucales, infecciones, caries y enfermedades periodontales. Disponer de una buena salud bucodental es fundamental para gozar de una buena salud y buena calidad de vida. Se realiza un estudio descriptivo de la higiene y salud bucodental de una población pediátrica.
Palabras clave
● Caries dental ● Fluoruro de sodio ● Higiene bucalLa salud bucodental se define como la ausencia de dolor orofacial, llagas bucales, infecciones, caries y enfermedades periodontales. Disponer de una buena salud bucodental es fundamental para gozar de una buena salud y calidad de vida y a veces puede llegar a ser olvidada.
La caries dental es la enfermedad infantil crónica más común, pero es prevenible y curable. Según la última Encuesta Nacional sobre Salud Oral de 2015, la prevalencia de caries en niños de 5-6 años en dentición temporal es del 25% y en dentición permanente del 1,8%; en niños de 12 años es del 14,6% y en niños de 15 años del 18,6%1.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Pan American Health Organization (PAHO) la prevalencia de caries en la región de América se ha reducido del 85% en 2006 al 40% en 20172, gracias a las medidas adoptadas.
Las dolencias bucodentales, tanto en niños como en adultos, tienden a ser más frecuentes entre los grupos pobres y desfavorecidos. Son factores de riesgo para las enfermedades bucodentales la mala alimentación, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de higiene bucodental y ciertos determinantes sociales.
El objetivo principal del estudio fue analizar datos sobre la salud y hábitos de higiene bucodental de la población infantil estudiada.
Es un estudio observacional, descriptivo y transversal, realizado mediante encuestas escritas rellenadas por niños y niñas (con ayuda de sus padres, en los casos necesarios) del departamento de salud Xàtiva-Ontinyent (Valencia, España).
Se realizaron un total de 266 encuestas. La edad de los niños y niñas estudiados fue entre 5 y 17 años, con una media de 8 años. El 53,4% (n = 142) eran de sexo masculino.
La gran mayoría, el 98,5% (n = 262) se cepillaban los dientes. Lo hacían tres veces al día el 24,4% (n = 65), dos veces al día el 47,4 % (n = 126) y una vez al día el 26,7 % (n = 71).
Con ayuda de sus padres el 5,6% (n = 15) y sin ayuda el 93,6 % (n = 249); solo dos (0,75%) refirieron, a veces, requerir ayuda de los padres.
El 42,5% (n = 113) se lavaban los dientes inmediatamente tras las comidas, el 35,5% (n = 94) esperaban 30 minutos, el 9,8% (n = 26) tardaban una hora y el 12,4% (n = 33) lo hacían más de una hora tras las comidas.
En el momento del estudio el 64,3% (n = 171) usaban cepillo de dientes manual, el 35% (n = 93) cepillo eléctrico y solo dos (0,75%) combinaban manual y eléctrico.
Hacían uso de pasta dentífrica la gran mayoría: 263 (98,9%). Un porcentaje elevado de los casos (54,9%, n = 146) no contestaron a la pregunta de si conocían la cantidad de flúor que contenía su pasta dentífrica. El 39,8% (n = 106) contestaron usar una pasta dentífrica con una cantidad no adecuada de flúor para su edad, en todos los casos inferior a la recomendada. Solo un 5,3% (n = 14) de los casos contestaron estar utilizando una cantidad adecuada, para su edad, de flúor en su pasta dentífrica.
El 66,5% (n = 177) no usaban colutorios de flúor, frente al 33,5% que sí lo hacía (ocasional el 35,9 %, n = 32; semanal el 26,9%, n = 24; diaria el 37%, n = 33). Usaban seda dental solo 24 de los niños encuestados (9%).
El 61,6% (n = 164) de los niños desconocía qué eran los selladores de fisuras dentales. Solo cinco (1,9%) referían haberlos usado. El 62,8% (n = 167) de los niños desconocían qué eran los reveladores de placa dental. Solo cinco (1,9%) referían haberlos usado.
El 86,5% (n = 230) habían visitado al odontólogo alguna vez en su vida. Cada año (32,7%, n = 87); más de una vez al año (56,4%, n = 150); menos de una vez al año (7,1%, n = 19) y una vez única (3,7%, n = 10). En cuanto al tiempo que había transcurrido desde la última visita al odontólogo, con el mismo porcentaje (46,6%, n = 124) lo habían visitado hacía menos de 6 meses y más de 12 meses. 18 niños (6,8%) habían acudido hacía más de seis meses pero menos de un año.
Solo 33 de los encuestados (12,4%) llevaban ortodoncia. No tenían caries dentales el 70,3% (n = 187) y lo desconocían cuatro casos (1,5%). El 28,2% que sí tenían caries dentales, las tenían desde la edad media de 7 años (rango de 2 a 15 años de edad).
Respecto a la ingesta de alimentos ricos en carbohidratos, el 83,8% (n = 223) consumían bebidas azucaradas (refrescos, zumos). De los que consumían bebidas azucaradas, refirieron consumo ocasional el 46,2% (n = 103); semanal el 26% (n = 58) y diario el 27,8% (n = 62). El 72,2% (n = 192) consumían chucherías: con frecuencia ocasional el 67,7% (n = 130); semanal el 27% (n = 52) y diario 5,2% (n = 10). El 74,8% (n = 199) consumían dulces y pasteles: con frecuencia ocasional el 51,1% (n = 136); semanal el 16,9% (n = 45) y diario el 6,8% (n = 18).
Las enfermedades bucodentales más frecuentes son la caries dental, las afecciones periodontales (de las encías), las infecciones bucodentales, las lesiones tumorales, traumáticas y congénitas.
Las actividades del Programa Mundial de Salud Bucodental de la OMS están integradas dentro de las actividades de este organismo dirigidas a la prevención de enfermedades crónicas y promoción de la salud3. Las caries dentales se pueden prevenir manteniendo una baja concentración de fluoruros en la cavidad bucal. Ello se puede conseguir mediante la fluoración de las aguas, la sal, la leche, los colutorios o la pasta dentífrica o mediante la aplicación de fluoruros por profesionales.
Por todo ello, es necesario educar y concienciar a la población, desde las edades más tempranas, en una correcta higiene bucal.
Es fundamental conocer y hacer saber a los más pequeños por qué debemos cepillarnos los dientes. Se ha de transmitir la información de que cepillar los dientes sirve para limpiarlos de la placa bacteriana, que es una capa pegajosa de bacterias que se forma sobre los dientes y las encías. La placa produce ácidos que atacan el esmalte de los dientes y que pueden dar lugar a la caries y también irritar las encías (lo que llamamos gingivitis). La gingivitis, a la larga, produce una enfermedad (enfermedad periodontal) que es la principal causa de pérdida de dientes en adultos 4.
La mejor manera de eliminar la placa es cepillando los dientes y limpiando entre los dientes cada día. Durante los primeros seis años de vida los niños deben ser ayudados por sus padres. Para ayudar correctamente a los hijos, primero han de aprender los adultos. El Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de España recomienda5:
La limpieza interdental es el complemento perfecto del cepillado. Elimina los restos de alimentos que quedan entre los dientes. Se debe realizar una vez por día.
Los cepillos eléctricos pueden ser tan eficaces eliminando la placa bacteriana como un cepillo manual, siempre que se sea meticuloso en su uso6. No está claramente demostrado cuál sistema limpia mejor. Hay odontólogos partidarios y detractores del cepillo eléctrico.
¿Cuánto dentífrico y cuál? Según las recomendaciones actuales de 20185, de 0 a 3 años de edad pasta dental con 1000 partes por millón (ppm) de flúor (cantidad como un grano de arroz). A partir de los 3 años de edad, pasta dental conteniendo entre 1000 a 1450 ppm (cantidad como un guisante o anchura del cabezal del cepillo dental) y a partir de los 6 años de edad 1450 ppm (cantidad como un guisante o, para unificar mejor el criterio, anchura del cabezal del cepillo dental).
Estudios recientes4,5 indican que solo los dentífricos con concentraciones de 1000 ppm de flúor o más han probado ser eficaces en la reducción de caries.
Los niños de riesgo de caries dentales y, por tanto, con indicación de flúor en tratamiento por odontólogo o vía oral son7-9:
Los demás niños, no de riesgo, aplicarán flúor en el dentífrico y, si son mayorcitos, también pueden hacer enjuagues diarios o semanales.
La prevención de la caries implica la actuación a varios niveles10:
En nuestros resultados, la gran mayoría de niños encuestados se cepillaban los dientes diariamente, aunque solo el 24,4% lo hacían tres veces al día. Cerca de la mitad (42,5%) lo hacían inmediatamente tras las comidas y un bajo porcentaje, pero no despreciable (12,4%), lo hacían más de una hora tras las comidas. Un poco más de la mitad (64,3%) usaban cepillo de dientes manual. Hacían uso de pasta dentífrica la gran mayoría n = 263 (98,9%).
Un porcentaje elevado de niños estudiados desconocían la cantidad adecuada de flúor que debe contener su pasta dentífrica. Un 39,8% contestaron que usaban una pasta dentífrica con menor cantidad de flúor de la recomendada para su edad.
Usaban colutorios con flúor solo un tercio de los niños.
Muy pocos hacían uso de seda dental, así como de reveladores de placa dental o selladores de fisuras dentales. Se destaca que la gran mayoría desconocían qué eran estos dos últimos apartados.
La gran mayoría había visitado al odontólogo alguna vez en su vida, siendo un poco más de la mitad de los casos los que visitaban al odontólogo más de una vez al año, y no solo los que eran portadores de ortodoncia.
En su estudio, Finlayson et al.12 describen que especialmente los niños más pequeños, de 2 a 5 años de edad, no tuvieron una visita al dentista en el último año pues el coste era una barrera. El coste económico es sin duda, en ocasiones, uno de los factores que dificulta la visita al odontólogo, también en nuestro medio.
El 29,7% de los niños encuestados tenían caries dentales. Estos resultados indicaron que en la población estudiada se puede mejorar la educación sobre higiene bucodental. Es importante destacar que se deben mejorar los conocimientos sobre la cantidad de flúor necesaria para un correcto cepillado de dientes según la edad.
Según Al-Mazyad M et al. en 201713, los niños de Reino Unido están expuestos a una proporción particularmente alta de anuncios de alimentos que son potencialmente perjudiciales para su salud dental durante sus horas de mayor audiencia y en torno a los programas que más ven.
En los niños de nuestro estudio un elevado porcentaje (83,8%) consumían bebidas azucaradas, la mayoría de ellos ocasionalmente; así como chucherías (72,2%) y dulces o pasteles (74,8%). Estos datos indicaron que también se debe seguir educando e insistir en disminuir la ingesta de alimentos azucarados para mejorar la higiene bucal, tal como recomienda la bibliografía4,5.
Existen pocos artículos similares al nuestro publicados en España en los últimos años. Destacamos el de Almerich-Silla JM et al. en 201414, que concluyen que tanto los índices de caries (a los 6 años y a los 12 y 15 años) como la prevalencia de caries han mejorado respecto a años previos, ya que los valores obtenidos fueron inferiores a los de 2004. El índice de atención siguió siendo bajo a los 6 años de edad, pero a los 12 y 15 años se encontraron valores más altos que en 2004. La clase social siguió influyendo en los indicadores de caries infantil.
Las autoras declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
OMS: Organización Mundial de la Salud.
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