Vol. 21 - Num. 81
Colaboraciones especiales
aBibliotecaria. Alter Biblio. Fundación Jiménez Díaz. Madrid. España.
Correspondencia: M García-Puente. Correo electrónico: maria@bibliovirtual.es
Cómo citar este artículo: García-Puente M. La epidemia de las revistas depredadoras. Rev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:81-5.
Publicado en Internet: 13-03-2019 - Número de visitas: 15614
Resumen
La proliferación de las llamadas revistas depredadoras y su desconocimiento por parte de los investigadores son un peligro para la integridad científica. Es una necesidad y deber de los autores conocer y saber detectar este tipo de revistas para no publicar en ellas, pero también para no basar sus investigaciones en los trabajos que publican, y que no han pasado un proceso crítico de calidad apoyado en la revisión por pares. Se introduce el concepto de revista depredadora, algunos de sus elementos diferenciadores y los peligros que entrañan para la ciencia en general y los investigadores en particular.
Palabras clave
● Acceso abierto ● Integridad científica ● Publicación científica ● Revistas depredadorasLa publicación científica es el medio y requisito indispensable para difundir los nuevos hallazgos en Medicina, pero también se ha convertido en una presión para los propios investigadores debido al famoso publish or perish (publicar o morir) y a la necesidad de alimentar un currículo con el que serán evaluados de cara a conseguir sexenios, premios o pasar las evaluaciones de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación.
Una vez que se hace patente la necesidad de publicar, llega el siguiente punto: dónde publicar. Se puede decir, simplificando mucho, que hay dos grandes grupos. Por un lado, están las revistas tradicionales, que seleccionan los trabajos tras un proceso de revisión por pares y cuyo acceso posterior requiere el pago de una licencia o suscripción. Por otro lado, están las revistas que siguen un modelo de acceso abierto. Hay diferentes modelos de acceso abierto, por un lado el modelo sustentado por la publicidad y las aportaciones de asociaciones profesionales que facilitan tanto la publicación tras la revisión por pares como la lectura gratuita de los artículos, por otro los denominados ruta verde y ruta dorada. La ruta verde permite al autor depositar una copia de su manuscrito en un repositorio. Además, dependiendo de la licencia de la revista, podrá depositar el manuscrito en cuanto haya sido aceptado (preprint) o una vez publicado. En la la ruta o vía dorada es el autor, o su institución, quien financia el proceso de edición para que salga publicado el artículo y esté disponible gratuitamente para los lectores.
Las revistas depredadoras, predatory journals como se las conoce en inglés, es un modelo de negocio (fraudulento) que ha tenido un gran auge en los últimos años. En el año 2012, el bibliotecario Jeffrey Beall publicó en Nature el artículo titulado “Predatory publishers are corrupting open access”1. Los modelos open access abogan por ofrecer los resultados de las investigaciones de manera gratuita a los lectores. Aunque la ruta verde puede ser la más rápida (el autor deposita su trabajo en un repositorio sin necesidad de sufragar gastos, aunque tiene que tener en cuenta las condiciones legales en las que el trabajo ha sido publicado), algunos editores han adaptado, que no adoptado, la vía o ruta dorada. En la ruta dorada, en las revistas con article processing charge son los propios autores quienes corren con los gastos de edición. Las revistas que siguen la ruta dorada también proporcionan una revisión por pares de los manuscritos, con lo que no todo lo que les llega se publica. La adaptación es que las revistas depredadoras no realizan esta revisión por pares. Es decir, desaparece el papel tradicional de las revistas que, además de difundir el conocimiento, hacen una evaluación previa para difundir solo trabajos de calidad. Por este motivo las revistas depredadoras también suelen llamarse pseudorrevistas.
Para atraer a posibles autores, los editores de estas revistas depredadoras envían correos aduladores donde citan trabajos previos del autor y le instan a publicar con ellos. Últimamente empiezan a contactar también vía LinkedIn en un intento de parecer más profesionales. Estas revistas suelen tener títulos muy parecidos a los de las revistas tradicionales, con nombres que quedarían muy bien en un currículo. Suelen prometer la publicación en tiempo récord (con muy pocas semanas desde el envío de un trabajo hasta su publicación). A veces indican que el autor deberá pagar una cantidad por la publicación, pero otras veces este detalle no lo revelan hasta que el autor ha enviado el trabajo.
¿Pero a qué precio? El precio real, el relativo al dinero que han de aportar los autores, suele ser menor que el del precio de mercado, lo que muchas veces anima a publicar en estas revistas. Pero el precio que pagan no se queda aquí. Existen unos gastos éticos que normalmente no se tienen en cuenta hasta que es demasiado tarde. La carencia de una revisión por pares reduce la calidad de los trabajos, que se publican sin correcciones y sin tener en cuenta ni el contenido ni la estructura. Tampoco se comprueba si el artículo ha sido previamente publicado y, por tanto, se trata de un plagio. A nivel personal, aunque el autor publique por error en una de estas revistas, su imagen como investigador queda desacreditada y puede dañarle en futuras convocatorias académicas o laborales.
Detectar una revista depredadora no siempre es fácil. El autor que quiera publicar su trabajo debería consultar primero si el nombre de la revista a la que pretende enviar su manuscrito se encuentra en el listado de revistas depredadoras o, en su defecto, si aparece el editor de la revista en el listado correspondiente2,3. También existen herramientas que ayudan al autor a discernir entre una revista depredadora y otra de confianza, como es el caso de Think, Check, Submit4, el trabajo Blobaum’s checklist for review of journal quality for submission of scholarly manuscript5 o el documento de la World Association of Medical Editors (WAME) para identificar revistas depredadoras o pseudorrevistas6. En la Fig. 1 se puede ver una adaptación del diagrama de flujo para detectar revistas depredadoras publicado por WAME. Sin embargo, no siempre es fácil distinguirlas a la primera y es necesario ser muy crítico y analizar bien la revista para detectar si es fraudulenta.
A continuación, se destacan algunos puntos sobre las revistas depredadoras que pueden ayudar a desenmascararlas:
Se ha comentado de pasada que publicar un artículo en una revista depredadora va en detrimento de la confianza como investigador de un autor frente a la comunidad científica. Se han dado casos en los que, al autor, tras enviar el artículo a una de estas revistas, se le ha pedido el pago de cierta cantidad de dinero para la publicación. Este autor, dándose cuenta del engaño, decide no publicar y no da su consentimiento. Sin embargo, al poco tiempo el artículo aparece publicado en la revista. Suele ser también práctica habitual, ya que estas revistas necesitan tener artículos publicados para ofrecer una imagen de publicación seria, y el hecho de contar con artículos de autores que ya han publicado en otras revistas es un refuerzo más de su imagen. El problema aquí es que el autor tiene secuestrado su trabajo y no podrá enviarlo a otra revista de confianza, donde probablemente le exijan trabajos originales no publicados anteriormente.
Recientemente salió a la luz el caso de un autor español que se había dedicado a plagiar artículos publicados en revistas de confianza para publicarlos tal cual, a su nombre, en revistas depredadoras13. Esta es una de las malas prácticas que se comentaban antes, ya que, al no hacer una revisión de los artículos enviados ni pasarlos por herramientas de detección de plagio, cualquier trabajo puede ser publicado, lo que también supone una amenaza a la integridad científica14.
Aunque estas revistas no están incluidas en las bases de datos que normalmente se tienen en cuenta en las evaluaciones de perfil académico, al ser publicaciones accesibles por Internet los grandes buscadores las indexan y aparecen en los resultados de las búsquedas. Esto lleva a un debate posterior: ¿de qué fuentes beben los investigadores para desarrollar su trabajo?
Es importante que la comunidad científica luche y actúe contra el fraude científico en general. En particular, es necesario que los autores sean conscientes de la existencia de este tipo de revistas, entiendan el daño y perjuicio de publicar en ellas y sean capaces de detectarlas para no enviar sus trabajos ni contribuir a la pérdida de la calidad de la ciencia. Casi todas las instituciones cuentan con especialistas en sus bibliotecas que ayudan a los autores a decidir en qué revista publicar y cuáles evitar.
A Oskia Agirre (Biblioteca de la Universidad del País Vasco), por su colaboración en la elaboración de este artículo.
La autora declara no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
WAME: World Association of Medical Editors.
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