Vol. 20 - Num. 80
Notas clínicas
Elena Resa Serranoa, Beatriz Serrano Montalbánb, Alicia González Jimenoc, Juan Carlos Pinzón Rincónd
aMIR-Pediatría. Hospital General La Mancha Centro. Alcázar de San Juan. Ciudad Real. España.
bMIR-Medicina de Familia y Comunitaria. Hospital General La Mancha Centro. Alcázar de San Juan. Ciudad Real. España.
cServicio de Pediatría. Hospital General La Mancha Centro. Alcázar de San Juan. Ciudad Real. España.
dServicio de Cirugía Pediátrica. Hospital General La Mancha Centro. Alcázar de San Juan. Ciudad Real. España.
Correspondencia: A González. Correo electrónico: alicia.gonzalez.jimeno@gmail.com
Cómo citar este artículo: Resa Serrano E, Serrano Montalbán B, González Jimeno A, Pinzón Rincón JC. Tumoración genital interlabial en recién nacida. Rev Pediatr Aten Primaria. 2018;20;383-5.
Publicado en Internet: 14-12-2018 - Número de visitas: 20179
Resumen
El himen imperforado es una rara malformación congénita que ocurre en el 0,1% de los recién nacidos; sin embargo, es la anomalía obstructiva más frecuente del aparato genital femenino. Suele presentarse de forma esporádica y aislada, pero en ocasiones se puede presentar asociado a otras malformaciones, principalmente genitourinarias. Hay dos picos de máxima incidencia: en el periodo neonatal y en la adolescencia. Debido a las múltiples complicaciones que puede presentar, es importante un diagnóstico precoz, preferentemente en la etapa neonatal. El tratamiento es siempre quirúrgico. Presentamos el caso de una recién nacida que en la exploración en las primeras horas de vida presenta una tumoración genital interlabial.
Palabras clave
● Himen imperforado ● Recién nacido ● Tumoración interlabialEl himen imperforado es una rara malformación congénita que ocurre en el 0,1% de las recién nacidas1. El himen es una capa mucosa de tejido conectivo epitelizado, que separa la luz vaginal de la cavidad del seno urogenital durante la etapa fetal. Cuando se produce un fallo en la rotura de esta membrana, que suele tener lugar en las etapas posteriores del desarrollo embrionario, da lugar al himen imperforado2.
Se trata de la patología obstructiva del tracto genital femenino más frecuente, presentándose normalmente en el periodo neonatal como una masa interlabial que protruye debido a la existencia de hidrocolpos (dilatación quística de la vagina)3.
Recién nacida a término, de peso adecuado para la edad gestacional. Segunda hija de madre joven, sin ningún antecedente médico destacable. El embarazo fue controlado en la Consulta de Alto Riesgo Obstétrico por una malformación fetal detectada en la ecografía de la semana 19 + 5 de la gestación. Se describió un doble sistema pielocalicial bilateral con hidronefrosis bilateral y ureterocele izquierdo. El nacimiento tuvo lugar mediante parto eutócico y, en la exploración de la recién nacida llama la atención una tumoración genital interlabial, como puede verse en la Fig. 1.
Ante la sospecha de himen imperforado, es valorada por Cirugía Pediátrica, realizando himenectomía en cruz, con salida de material retenido y manteniendo la permeabilidad himeneal.
Dada la malformación genitourinaria, se realiza una ecografía abdominopélvica donde se observa la dilatación de ambos pielones renales superiores, con diámetro anteroposterior en el lado izquierdo de unos 11,4 mm y en el derecho de unos 7 mm; asimismo, existe una ectasia ureteral izquierda e imagen compatible con ureterocele (dilatación quística del uréter terminal) en el lado izquierdo.
El himen imperforado es un trastorno de los conductos müllerianos, que constituye la anomalía obstructiva más frecuente del aparato genital femenino. Presenta dos picos de máxima incidencia: en la etapa neonatal, donde suele ser un hallazgo causal en la exploración física de la recién nacida o presentarse como masa genital4 y en la adolescencia, donde es causa de dolor abdominal recurrente y amenorrea primaria1. El diagnóstico de esta patología suele realizarse en la adolescencia, siendo mucho menos frecuentes los casos en los que se diagnostica en la etapa neonatal.
La presencia de himen imperforado suele ser un hallazgo aislado; sin embargo, se ha descrito que en el 35-90% de los casos presentan malformaciones urinarias asociadas: membrana uretral, enfermedad multiquística renal, riñón en herradura, sinus urogenitales y, como en el caso clínico presentado, duplicación ureteral4. Dadas estas asociaciones es importante que ante un caso de obstrucción del drenaje vaginal se investigue el tracto urinario. En nuestro caso clínico, siguiendo esto, se realizó una ecografía abdominopélvica donde se describe la duplicación ureteral y un ureterocele izquierdo.
En general, el himen imperforado se presenta de forma esporádica, pero se han descrito casos de familias con varias integrantes afectadas, lo que sugiere un mecanismo de transmisión que pudiera ser recesivo o, incluso, dominante. Por este motivo, resulta importante evaluar a los familiares de la paciente afectada1,2.
La base fundamental para el diagnóstico de dicha patología es la anamnesis y la exploración física completa. Es importante una cuidadosa inspección genital en la exploración neonatal, pudiéndonos ayudar de pruebas complementarias, principalmente la ecografía abdominopélvica, que además permite el diagnóstico de malformaciones o complicaciones asociadas.
En la actualidad se puede realizar el diagnóstico intraútero por medio de la ecografía, lo que ayudaría a diagnosticar malformaciones asociadas. Otras pruebas de imagen como la tomografía computadorizada y la resonancia magnética se reservan para alteraciones anatómicas complejas, donde la ecografía no ofrece información de calidad o para planificar el tratamiento quirúrgico4.
Se debe realizar diagnóstico diferencial con el prolapso uretral, ureterocele ectópico, quiste parauretral, rabdomiosarcoma u otros tumores de vagina, adherencias labiales adquiridas, septo vaginal obstructivo, quiste vaginal o de ovario voluminoso y la retención vesical2.
Es importante hacer una exploración neonatal completa y diagnosticar lo más precoz posible el himen imperforado, porque el diagnóstico tardío puede ocasionar complicaciones graves: piohematocolpos, infertilidad, hidronefrosis y el retraso en el diagnóstico de las posibles malformaciones asociadas4.
No hay que olvidar que el himen imperforado, además de congénito, también puede presentarse como una patología adquirida, generalmente en relación con abusos sexuales. Se trata de un tejido más liso, suave, pálido y con menos bandas perihimeneales. Las escotaduras y plegaduras en el arco posterior del himen indican traumatismos genitales5.
El tratamiento siempre es quirúrgico, en forma de himenectomía en cruz, para prevenir complicaciones futuras, realizando tras este un seguimiento y nueva valoración a las 1-4 semanas para inspeccionar el área y descartar signos de infección.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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