Vol. 20 - Num. 80
Revisiones
Sandra Constanza Cañón Buitragoa, Jaime Alberto Carmona Parrab
aPsicóloga. Escuela de Medicina. Universidad de Manizales. Caldas. Colombia.
bPsicólogo social. Escuela de Psicología. Universidad de Manizales. Caldas. Colombia.
Correspondencia: SC Cañón. Correo electrónico: sandraka@umanizales.edu.co
Cómo citar este artículo: Cañón Buitrago SC, Carmona Parra JA. Ideación y conductas suicidas en adolescentes y jóvenes. Rev Pediatr Aten Primaria. 2018;20:387-97.
Publicado en Internet: 14-12-2018 - Número de visitas: 29266
Resumen
Revisión en la que se analizan artículos producto de investigación sobre el problema de las ideaciones y comportamientos suicidas en jóvenes, en diferentes países del mundo. Se obtuvo información de países como Australia, Brasil, Chile, China, Colombia, Cuba, España, EE. UU., México, Portugal y Taiwán. Para la búsqueda se utilizaron palabras claves como suicidio, adolescentes, jóvenes e intento de suicidio. Se abordaron artículos de investigación en diferentes bases de datos publicados. El estudio encuentra que la ideación suicida en el mundo oscila entre el 10% y el 35% y los intentos de suicidio entre el 5% y el 15%. El riesgo en jóvenes escolarizados es menor que en los jóvenes que no se encuentran estudiando. Los factores asociados a las ideaciones y conductas suicidas se agrupan en cuatro campos en orden de importancia: 1) emociones negativas y factores estresantes; 2) interacciones familiares, conyugales e interpersonales; 3) factores biopsicosociales, y 4) problemas laborales y desigualdad social. El estudio concluye que, aunque la depresión, la ansiedad y otros trastornos mentales son factores asociados a las ideaciones y comportamientos suicidas, es fundamental considerar estos otros factores para la prevención e intervención de estas problemáticas.
Palabras clave
● Adolescentes ● Conducta ● Jóvenes ● SuicidioLa Organización de las Naciones Unidas (ONU) define la juventud como la etapa que comienza a los 15 y se prolonga hasta los 25 años de vida de todo ser humano, aunque no existen límites precisos al respecto. Según la misma entidad, aproximadamente mil millones de jóvenes viven en el mundo hoy. Lo que quiere decir que una persona de cada cinco, aproximadamente, tiene entre 15 y 24 años, o que el 18% de la de la población global son jóvenes. Es una etapa que la mayoría de los seres humanos viven con intensidad pero, a pesar de ello, existen situaciones que los llevan a desestabilizarse y querer acabar con su vida, y aparecen las conductas suicidas1.
De acuerdo con esto, el suicido es considerado un fenómeno universal, atemporal y con diversas concepciones culturales y sociopolíticas y se define como “el acto con resultado letal, deliberadamente iniciado y realizado por el sujeto”2. Según Durkheim3: “Se llama suicidio a todo caso de muerte que resulte directa o indirectamente de un acto positivo o negativo, ejecutado por la propia víctima, a sabiendas de que habría de producir este resultado”.
Todo empieza con la ideación suicida, que es un marcador de vulnerabilidad y puede desencadenar el intento de suicidio, lo que lleva a la consumación de la idea: el suicidio4.
La ideación suicida son los pensamientos acerca de la voluntad de quitarse la vida, con o sin planificación o método5. La amenaza suicida se considera la expresión verbal o no verbal, que manifiesta la posibilidad de una conducta suicida en un futuro próximo.
Según Stengel, los factores de riesgo suicida son los factores predisponentes que pueden desencadenar un acto suicida y el parasuicidio es un acto no habitual con un fin no fatal, que es iniciado y realizado por una persona suicida con un resultado no mortal, que provoca autolesiones6. El intento suicida es cualquier acto de autoperjuicio infligido con intención autodestructiva, aunque sea vaga o ambigua7,8.
Es así como, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)9, el suicidio es uno de los factores más importantes de morbilidad en jóvenes: ocupa la segunda causa de muerte en el mundo10. La expectativa de vida en esta población se ha visto disminuida por este aspecto. Se está viendo como catastrófico11 y se cree que las dificultades de afrontamiento y resolución de problemas son algunos de los factores más relevantes. Por ello, de acuerdo con los estudios que se hacen en la actualidad, en su mayoría es considerado un problema de salud pública y dicen que es prevenible si se interviene de manera oportuna y a tiempo con estrategias multisectoriales e integrales. La ideación suicida y el intento son más frecuentes en la población femenina y el suicidio consumado en la masculina.
Dado que el fenómeno es cada vez más presente en los jóvenes, los estudios se han enfocado en esta población, como es el caso de la investigación realizada en estudiantes universitarios de Australia, donde se encontró una frecuencia del 52% de intento suicida12. De igual manera, en la investigación realizada con 165 jóvenes con una edad promedio de 20,23 años de una universidad portuguesa, se determinó que la edad y la depresión se relacionaron de forma directa con el riesgo suicida13. En Taiwán, el perfil de múltiples tentativas de suicidio se dio en mujeres entre los 25 y 44 años de edad, asociándose con el contacto continuo con los servicios de Salud Mental14.
También en un estudio de caracterización del suicidio realizado en Risaralda, Colombia, se encontró que el rango de edad más elevado para suicidio fue entre los 20 y los 29 años y se identificaron múltiples factores de riesgo biopsicosocial en adultos jóvenes; algunos de ellos se añaden a situaciones adversas como la violencia intrafamiliar, abuso sexual, abandono, desempleo o consumo de sustancias psicoactivas15.
La atención integral del fenómeno suicida ha tenido cabida dentro de innumerables estudios16-20. En este sentido, los profesionales de la salud han aunado esfuerzos para comprender la fenomenología que sucede dentro de este.
El objetivo de la presente revisión es identificar las ideaciones y conductas suicidas y los factores asociados en adolescentes y jóvenes universitarios.
Estudio de revisión documental. Para realizar la revisión y ofrecer una actualización del contexto en jóvenes sobre el tema, se consultaron las bases de datos Clacso, Dialnet, Embase-Elsevier, Ebsco, Fuente académica-Ebsco, Google Académico, Medic Latina, Ovid, PubMed Central, Redalyc y Psichology and Behavioral Sciencies Colletion; para cubrir países como Australia, Brasil, Chile, China, Colombia, Cuba, España, EE. UU., México, Portugal y Taiwán. Se utilizaron palabras claves como suicidio, adolescentes, jóvenes, intento de suicidio, sin descartar otras clasificaciones que fueran surgiendo en la búsqueda como ideación suicida, intento suicida, conducta suicida, orientación al suicidio, etc. Inicialmente solo se tuvieron en cuenta artículos de investigación publicados en revistas A1 y A2 en la clasificación de Publindex y Q1, Q2, Q3 y Q4, en Scimago y del año 2011 en adelante. Únicamente se revisaron estudios que presentaban una estricta metodología científica y mejor estructura de contenido. Cuando se identificó información importante en otras clasificaciones (B) en países latinoamericanos como México, Chile, Cuba, Puerto Rico y Colombia, a través de un consenso entre los investigadores, se decidió la conveniencia de incluir el material, ampliando la búsqueda. Se seleccionaron un total de 57 estudios con base en su relevancia. De acuerdo con lo encontrado, se clasificaron las categorías con mayor frecuencia encontradas. El estudio fue aprobado por el Comité de Bioética de la Universidad de Manizales, Caldas, Colombia.
Las investigaciones en su mayoría se han dedicado al análisis de la ideación y las conductas suicidas, así como de los factores de riesgo suicida en la población adolescente y jóvenes. De acuerdo con esto, después de la búsqueda se agruparon las categorías más importantes que se encontraron en los estudios a nivel mundial y regional. A continuación se presentan algunas de las perspectivas que son más recurrentes en las investigaciones sobre el tema.
En estudio realizado en China por You et al. en el 201421, con 5989 estudiantes universitarios, hallaron que 982 (16,40%) presentaron una respuesta positiva a la ideación suicida en algún momento de su vida y 115 (1,92%) informaron de la presencia de un intento de suicidio. La prevalencia de la ideación suicida e intento de suicidio fue significativamente mayor en los estudiantes de sexo femenino que en los de sexo masculino. De igual manera, de acuerdo con Gonçalves et al. en 2016, en la exploración de la ideación suicida en una institución educativa de Portugal, encontraron 84 estudiantes (7,8%) con ideación suicida grave y potencial riesgo de suicidio. También en una investigación realizada en el sur de España con estudiantes universitarios de entre 21 y 34 años22, encontraron un 33,3% de ideación suicida, según cuestionario de Beck. En la misma línea, en el estudio realizado en tres universidades de Massachusetts (EE. UU.) los resultados mostraron que uno de cada diez estudiantes universitarios considera seriamente el suicidio y que la gravedad de la depresión contribuye a la presencia de ideación suicida23-25.
Asimismo, en Chile, en el estudio poblacional en adolescentes de 15 años en adelante, la prevalencia de pensar frecuentemente en la muerte fue del 35,3%, de los deseos de estar muerto del 20,2%, en el rango de edad de 15 a 24 años el riesgo de desarrollar conducta suicida fue del 5,2%, y en el de 25-34 años del 9,7%26. También en la investigació en adolescentes de Chile los resultados revelaron que, durante el año 2013, el 19,1% de los adolescentes estudiados había intentado suicidarse y el 34,3% había presentado ideas suicidas de riesgo27. De la misma manera, en la investigación realizada en Puerto Rico en 2012, los resultados indicaron que la ideación suicida está presente en no menos de uno de cada diez de los adolescentes del país. Un número comparable se ha intentado suicidar alguna vez en su vida. Este estudio fue realizado en 179 jóvenes, de los cuales un 17% reportó pensamientos de muerte y un 12,4% de la muestra indicó haber intentado quitarse la vida en algún momento de su existencia. Un 32,4% contestó afirmativamente a la premisa "He pensado en matarme, pero no lo haría”28.
En Brasilia, en el estudio realizado en 210 jóvenes universitarios entre los 18 y 24 años en una institución educativa, se encontró que el 6% presentó tentativa de suicidio29. De la misma manera, en la investigación realizada con estudiantes de medicina en Bucaramanga, Colombia, reportaron con respecto a la frecuencia de conductas suicidas que el 15,7% de los estudiantes informó haber tenido por lo menos un episodio de ideación suicida, en tanto que el 5% señaló haber realizado por lo menos un intento suicida30. Del mismo modo, en la realizada con estudiantes universitarios de Boyacá, Colombia, en los resultados arrojados por el inventario PANSI, el 31% de los casos se ubicó en un nivel alto de ideación suicida31.
Siguiendo con Colombia, en la investigación realizada en estudiantes universitarios de Manizales, Caldas, encontraron un 13,5% de riesgo suicida según el cuestionario de Plutchik y un 16,7% de riesgo suicida entre moderado y alto según la escala de Beck32. Resultado no muy lejano se encontró en la investigación realizada en estudiantes universitarios en Medellín, Colombia, de riesgo de suicidio del 10,3% en la población33. En Medellín, de acuerdo, con el análisis del perfil de orientación al suicidio en adolescentes escolarizados, se halló en el nivel alto una prevalencia del 11,3%, equivalente a 68 casos del total de jóvenes escolarizados (de 604 analizados). Según la investigadora, llama la atención que entre el nivel de riesgo alto y moderado se compromete el 50,3% de los adolescentes34-36.
La presencia de la ideación y el intento suicida es más frecuente en las mujeres jóvenes que en los hombres, de acuerdo con las anteriores investigaciones. En los adolescentes y jóvenes universitarios a nivel mundial el riesgo de ideación y conductas suicidas es alto y aumenta potencialmente cuando hay presencia de depresión y consumo de alcohol o sustancias psicoactivas.
Como se mencionó anteriormente, la mayoría de los estudios han estado encaminados a determinar factores de riesgo, haciendo un diagnóstico de la situación. La OMS define los factores de riesgo como cualquier rasgo, característica o exposición de un individuo que aumente su probabilidad de sufrir una enfermedad o lesión37. También se han realizado investigaciones sobre la intervención y prevención de los factores de riesgo. Entre los factores de riesgo más importantes encontrados en las diferentes investigaciones se encuentran:
En la investigación en estudiantes universitarios de España, se determinó que los más propensos a presentar ideación suicida son los menos optimistas, con menos habilidades sociales y un menor apoyo social percibido38. De igual modo, en la investigación realizada en EE. UU. y Reino Unido con 5085 adultos jóvenes estudiantes universitarios, los autores hallaron que el duelo por el suicidio de un familiar o un amigo es un factor de riesgo para el suicidio, existe una asociación específica entre el duelo por suicidio y el posterior suicidio39.
De otro lado, en México, en la investigación sobre de ideación suicida y variables relacionadas en 500 estudiantes universitarios con una edad promedio de 19,8 años, el 5,5% de los hombres y el 5,4% de las mujeres informaron presencia de ideación suicida. En los hombres se observó un mayor número de variables correlacionadas que en las mujeres. Las variables relacionadas con ideación suicida fueron un estado emocional negativo, una perspectiva de futuro negativa y reporte de abuso sexual40.
Entre otros factores que se detectaron en jóvenes universitarios en Colombia están la excesiva rumiación y valoración especial de las emociones negativas, no presentar claridad emocional y procesar la información emocional desadaptadamente hasta manifestar ideas autodestructivas. Estos jóvenes reportan dificultades en las habilidades emocionales para atender, comprender y regular las emociones, contrario a quienes no presentan ninguna idea de autolesión41.
Del mismo modo, en Colombia, en la investigación de Rendón et al., profundizaron en las vivencias y experiencias de jóvenes con ideación e intento suicida con edad promedio de 29 años, realizaron entrevistas en profundidad y encontraron como factores asociados sentimiento de soledad, pensamientos de muerte, desesperanza, pesimismo y desmotivación42.
En un estudio realizado en India, cuyo objetivo fue documentar las características de personas con ánimo suicida trasladadas a la sala de Emergencia del Hospital de West Indies (Huwi), la razón más común para el intento de suicidio fueron los conflictos interpersonales (52%); los autores ratifican que los adolescentes y los jóvenes son particularmente propensos a desarrollar tendencias suicidas e ideaciones debido al estilo de pensamiento egocéntrico asociado con ese periodo de la vida43.
En esta misma perspectiva, el estudio realizado con jóvenes en Bayamo Granma, Cuba, encontró que los factores causales más relevantes de la conducta suicida en esta población son los problemas con los padres, seguidos de los problemas con la pareja; otros fueron los problemas con los coetáneos, que representaban el 12,5%. Los investigadores encontraron que la mayoría presentan “conflictos con los padres, por la falta de comprensión y entendimiento de los progenitores de la etapa compleja del desarrollo por la que transitan sus hijos y esto genera en ellos sentimientos de culpa, de inferioridad pues no le conceden importancia a escuchar al adolescente dejando expresar sus ideas, criterios, no solo imponer los de ellos”, concluyen que las dificultades existentes entre los adolescentes y adultos de la investigación dependen más de los padres que de los hijos44.
En el mismo sentido, en la investigación realizada en México en 2015 con 65 adolescentes, los problemas familiares fueron la principal causa del intento suicida, 51 de los participantes mencionaron los problemas familiares como causa principal del intento de suicidio, en situaciones como violencia entre los padres, problemas entre hermanos o problemas entre los padres45.
También en la investigación realizada en México se encontró que en los casos de ideación suicida y tentativas suicidas en los jóvenes, los principales motivos mencionados fueron problemas familiares, desapego con el escenario familiar, sentirse enojado, sentirse triste, solo, deprimido e incomprendido por la familia, ingreso en el contexto colectivo en donde la inadecuación inicial podría estar generando emociones poco positivas con los pares, inicialmente, y con las parejas46.
Del mismo modo, en la investigación realizada en jóvenes universitarios de Medellín, Colombia, se relacionó la ideación suicida de manera significativa con no tener buena relación con el padre, no contar con una buena relación consigo mismo, tener un compañero cercano que cometió suicidio, conocer a un estudiante cercano que haya realizado un intento de suicidio, realizar actos que pongan en riesgo la vida y omitir conductas que protejan la vida47. También en Colombia se encontró que existe una relación positiva o negativa entre los estilos parentales y la ideación suicida en los jóvenes, los que se han formado en un estilo parental comunicativo afectivo regularmente tienen mejor desarrollo emocional y psicológico, mayor autoestima y menos vulnerabilidad a desarrollar depresión e ideas suicidas, contrariamente a los que se desarrollan dentro de un estilo parental más autoritario48.
Mirabal et al., en Cuba, analizaron los factores psicosociales de los adolescentes con intento suicida, encontrando que proyectaron subvaloración, marcada ansiedad y depresión49. De la misma manera, Hernández et al. estudiaron los factores de riesgo predominantes de conducta suicida en adolescentes en Cuba, dentro de los que se encontraron la ausencia de solución de sus problemas, depresión, consumo de alcohol y antecedentes patológicos familiares50.
En este sentido, en el estudio realizado en Sonora, México, en 2012 en estudiantes, se encontró que los que presentan ideas e intentos suicidas muestran mayores estados depresivos en comparación con los grupos sin estos comportamientos. La depresión aparece en el 67,3% de quienes han intentado suicidarse y en el 81,1% de quienes manifiestan ideas suicidas51.
Al respecto, en adolescentes en Chile, se encontraron como factores asociados al intento suicida interrelación de factores biológicos, psicológicos y sociales, trastornos psicopatológicos y comportamientos suicidas previos, uso de sustancias, comportamientos violentos y abuso sexual52,53.
En China, en una investigación realizada con 4291 participantes, se encontró una ideación suicida del 4,29% en el útimo año, mayor en mujeres que en hombres, y como factores importantes se hallaron las deudas, el desempleo y el pertenecer a familias con condición económica baja54.
Campo et al. correlacionaron la desigualdad y la tasa de suicidios en Colombia con el coeficiente de Gini, encontrando una asociación positiva significativa entre desigualdad económica y tasa de suicidio55. Para los autores, estos hallazgos indican que las acciones de prevención de comportamientos suicidas requieren no solo la participación de los sectores sanitarios, sino también de la participación de otros estamentos sociales y políticos que se trabaje por la reducción de las condiciones de pobreza y el acceso a las oportunidades.
Las acciones y las ideaciones suicidas siguen teniendo un carácter multifactorial y las estadísticas de suicidio van en aumento en todos los países del mundo, sobre todo en la población joven; esto afecta a todo el núcleo familiar y su contexto. Los jóvenes que cuentan con menos herramientas para afrontar y resolver los problemas y menos tolerancia a la frustración son más susceptibles a presentar el fenómeno. El suicidio tiene diferentes implicaciones socioculturales y sociopolíticas y es un proceso que inicia con la ideación suicida, y el intentarlo ya se convierte en un factor de riesgo importante para consumarlo56.
La ideación suicida y el intento suicida son más frecuentes en la población femenina y el abuso sexual es un aspecto asociado de importante relevancia. En los jóvenes en general, los estilos parentales, los vínculos y los diferentes roles que se asumen en una familia son vitales y estas relaciones pueden ser las que den sentido a sus vidas o que, por el contrario, los lleven a los actos suicidas.
Aunque muchos estudios muestran la depresión, la ansiedad y otros trastornos mentales en los jóvenes, no se puede derivar de ello que los comportamientos suicidas son exclusivos de las personas que padecen enfermedades mentales, son muchos los factores que se asocian, como por ejemplo las condiciones económicas, el rendimiento académico, las interacciones y relaciones de los jóvenes con su contexto, las relaciones de pareja, la misma condición de adolescentes, el abuso sexual, el abandono, el desempleo, la violencia, la falta de oportunidades, un menor apoyo social percibido, eventos adversos o la condición de futuro profesional, entre otros57. Pero también es importante tener en cuenta que, en los adolescentes, puede haber conductas lesivas no suicidas, ideas autolíticas, tentativas de suicidio y suicidio consumado; por ello, se recomienda explorar la intencionalidad, si hay realmente ganas de “desaparecer” o son formas de llamar la atención hacia un sufrimiento intenso sin intención real suicida58.
Los estudios sobre el fenómeno en su mayoría son de corte epidemiológico, mostrando las frecuencias de las acciones, las ideaciones suicidas y de los factores de riesgo o factores que se asocian con ellas. Se hace necesario investigar con una mirada social; aunque existen estudios desde este enfoque, es indispensable seguir trabajando, puesto que analizar la subjetividad, las interacciones, los vínculos y los roles particulares de los implicados puede dar un panorama diferente que lleve a repensar el fenómeno con miras a una intervención adecuada, que oriente a los jóvenes hacia una apuesta por la vida.
La escucha y el apoyo social en todos los niveles o redes sociales (familia, amigos, pares, profesores, etc.) son determinantes en la prevención y de la misma manera que se generen políticas de inclusión y oportunidades para ellos.
Las autoras declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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