Vol. 18 - Num. 71
Notas clínicas
Laura Moreno Galarragaa, Alejandro Fernández Monterob
aServicio de Pediatría. Complejo Hospitalario de Navarra. Servicio Navarro de Salud. Pamplona. Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA). Pamplona. España.
bÁrea de Medicina del Trabajo. Clínica Universidad de Navarra. Pamplona. Navarra. España.
Correspondencia: L Moreno. Correo electrónico: lauramoreno11@yahoo.es
Cómo citar este artículo: Moreno Galarraga L, Fernández Montero A. Lactante sano con una pluma en el cuero cabelludo; la explicación más sencilla suele ser la más probable. Rev Pediatr Aten Primaria. 2016;18:263-5.
Publicado en Internet: 18-07-2016 - Número de visitas: 10521
Resumen
Presentamos las imágenes de un lactante sano que acude a Urgencias traído por sus padres preocupados porque “le ha salido una pluma en la cabeza”.
La exploración física es normal, salvo por una pluma de aproximadamente unos 3-4 mm de longitud en región occipitotemporal derecha. No presenta inflamación local, edema ni eritema en la zona.
Tras la limpieza y desinfección, mediante pinzas se extrae entera y sin incidencias. La evolución es buena y la herida cicatriza sin complicaciones.
Es posible que pequeñas plumas de los rellenos de edredones o almohadas se fracturen y salgan al exterior, clavándose en el cuerpo del niño o pudiendo ser aspiradas. Las plumas pueden tener extremos afilados que penetran fácilmente en la piel del bebé, pudiendo además provocar infecciones.
Este sencillo caso remarca la importancia de aconsejar a los padres sobre el uso de materiales adecuados en la ropa de cama del entorno del bebé.
Palabras clave
● Accidente Doméstico ● Cuerpos extraños ● Lesión de tejidos blandos ● PlumaLactante de 36 días de vida, sin antecedentes personales de interés, que acude a Urgencias, traído por sus padres porque “tiene una pluma en la cabeza”. Refieren sus padres que, al cortarle el pelo hace un par de días han notado que tiene en la cabeza una pequeña pluma blanca. No saben si la tiene desde el nacimiento o si le ha salido después. Refieren que está perdiendo mucho pelo, pero que la pluma no se le cae.
La exploración física es normal, salvo por una pluma de aproximadamente unos 3-4 mm de longitud en la región occipitotemporal derecha. No presenta inflamación local, edema ni eritema en la zona (Fig. 1).
Tras la limpieza y desinfección, mediante pinzas se extrae la pluma entera y sin incidencias (Fig. 2). Se aprecia una pluma de 7 mm, terminada en un extremo afilado y puntiagudo, que penetraba unos 2-3 mm en la piel de niño. La evolución es buena: se recomiendan curas locales en domicilio con desinfectante tópico y la herida cicatriza sin complicaciones.
Se pregunta a los padres sobre el posible origen de la pluma (colchones o almohadas de pluma de ave). Refieren la ropa de cama del bebé no es de plumas, pero sí el edredón de la cama de los padres, donde el bebé duerme algunas noches y donde la madre lo amamanta por las noches. Tras acudir al domicilio, los padres aportan varios fragmentos de plumas que salen del edredón de su cama, con facilidad, y que son similares a la extraída de la cabeza del niño (Fig. 3).
Es conocida la relación entre el uso de almohadones de plumas naturales y patología pulmonar, relacionándose con neumonitis por hipersensibilidad, pero existe poco descrito sobre la patología secundaria a plumas como cuerpo extraño1. Existe un caso publicado sobre un absceso en el cuello de un lactante, también secundario a una pluma proveniente de un edredón2.
Es posible que pequeñas plumas de los edredones se fracturen y salgan al exterior, clavándose en el cuerpo del niño o pudiendo ser aspiradas. Las plumas pueden tener extremos afilados que penetran fácilmente en la piel del bebé, pudiendo provocar distintas infecciones bacterianas o micóticas2,3.
Este sencillo caso remarca la importancia de aconsejar a los padres sobre el uso de materiales adecuados en la ropa de cama del entorno del bebé. Hay que recordar que los rellenos de plumas pueden ser peligrosos, especialmente para lactantes, ya que existe la posibilidad de que alguna pluma o fragmento de pluma salga al exterior, pudiendo ser aspirada o pudiendo clavarse en la piel y provocando heridas y posibles infecciones. También es importante recalcar en este caso que, generalmente, en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable. Los padres venían muy preocupados por la pluma, ya que, tras consultar en Internet, pensaban en posibles síndromes o patologías de la piel. Publicar estas imágenes puede servir para que los pediatras, ante casos similares, reconozcan esta posibilidad, de que la pluma sea simplemente un cuerpo extraño adherido, recordando siempre la importancia de intentar localizar el origen de la pluma para evitar que se repita y de vigilar la posible aparición de infecciones ya que las plumas pueden actuar como agentes trasmisores de hongos y bacterias.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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