Elena Pérez Costaa, Miguel Ángel Molina Gutiérrezb, Luis Escosa Garcíac
aMIR-Pediatría. Hospital Universitario La Paz. Madrid. Madrid. España.
bServicio de Urgencias Pediátricas. Hospital Infantil Universitario La Paz. Madrid. España.
cServicio de Urgencias. Hospital Universitario La Paz. Madrid. España.
Correspondencia: E Pérez. Correo electrónico: elena.perez.211@gmail.com
Cómo citar este artículo: Pérez Costa E, Molina Gutiérrez MA, Escosa García L. Los riesgos del empleo de reptiles como animales de compañía. Rev Pediatr Aten Primaria. 2015;17:e129-e131.
Publicado en Internet: 21-04-2015 - Número de visitas: 10645
Resumen
En los últimos años se ha incrementado el número de familias que tienen animales exóticos como mascotas, que en ocasiones actúan como reservorio de subespecies poco habituales de patógenos gastrointestinales.
Se presenta el caso de un niño con gastroenteritis aguda por Salmonella arizonae, una subespecie de la Salmonella enterica cuyo reservorio es principalmente los reptiles.
Palabras clave
● Animales de compañía ● Gastroenteritis aguda ● SalmonellaPresentamos el caso de una niña de dos años con antecedente de enfermedad de Hirchsprung e intestino corto, portadora de colostomía, que acude a Urgencias por deposiciones líquidas de seis días de evolución sin productos patológicos, asociando hiporexia y vómitos en las últimas 24 horas. Al inicio del cuadro presentó fiebre de hasta 38,5 °C que se autolimitó en 48 horas. Diuresis conservada. Ausencia de ambiente epidémico entre sus contactos familiares. En la exploración física inicial se objetivaron signos clínicos de deshidratación moderada (palidez cutánea, ojos hundidos [++] y mucosas pastosas), sin repercusión hemodinámica asociada (presión arterial de 90/55 mmHg, frecuencia cardiaca de 130 lpm). Glucemia capilar de 95 mg/dl. Se estimó un grado de deshidratación del 6%.
La analítica realizada en Urgencias mostró: pH de 7,32, exceso de bases de -6,9 mmol/l, HCO3- 18,4 mmol/l, presión parcial de CO2 34,6 mmHg, Na 137,1 mmol/l, K 4,4 mmol/l, Cl 104 mmol/l. Se instauró una pauta de rehidratación intravenosa y se obtuvo una muestra de heces (tinción de Gram en Urgencias normal) que fue procesada para la posterior realización de coprocultivo. Tras permanecer en Urgencias durante 16 horas, fue dada de alta ante la mejoría del estado general y la adecuada tolerancia oral.
Pasados siete días recibimos el resultado del coprocultivo, aislándose Salmonella arizonae sensible a amoxicilina-clavulánico y cotrimoxazol. Ante este hallazgo nos pusimos en contacto con los padres, que nos revelaron eran dueños de una tortuga de cuyo cuidado se encargaba la madre.
La salmonelosis es una zoonosis cuyo principal reservorio es el tracto gastrointestinal de animales domésticos y salvajes. Salmonella es un bacilo Gram negativo, clasificado en tres especies distintas: S. enterica, S. bongori y S. subterranea. La única con interés clínico es la especie S. enterica, existiendo más de 2500 serotipos documentados. En los últimos años se ha observado un aumento de casos relacionados con reptiles, debido al aumento de familias que tienen este tipo de animales como mascotas1. En EE. UU., los últimos datos revelan que 4,4 millones de hogares poseen reptiles como animales de compañía. Esto supone una décima parte si se compara con los hogares con perros2. En España no existe un censo específico de reptiles de compañía, aunque algunos datos estiman que dos millones de hogares tienen pequeños mamíferos exóticos o reptiles como mascotas.
La Salmonella enterica subespecie Arizonae fue aislada por primera vez por Caldwell y Ryerson en 19393. Pertenece a una de las seis subespecies en las que se divide actualmente la especie Salmonella enterica (enterica, salamae, arizonae, diarizonae, houtenae e indica)4. Esta subespecie ha sido descrita en reptiles (serpientes, lagartos y tortugas), los cuales son su principal reservorio. Diversos estudios sugieren que estos reptiles actúan como portadores asintomáticos, infectándose a través del suelo, el agua o los alimentos y transmitiéndola posteriormente al ser humano a través de la contaminación de fómites o tras su ingesta5.
La forma de presentación clínica más frecuente es la gastroenteritis aguda, caracterizada por fiebre, dolor abdominal, vómitos y diarrea que puede presentar productos patológicos. Las deposiciones son explosivas y abundantes con elevado riesgo de producir deshidratación, fundamentalmente en los niños menores de cinco años. Además puede producir otros cuadros más graves (especialmente en inmunodeprimidos, ancianos y niños menores de cinco años) como bacteriemia o infecciones focales (osteomielitis, meningitis, abscesos cerebrales, etc.)6-9.
La prevalencia de este tipo de infección está probablemente subestimada dado el carácter benigno de sus síntomas y sus similitudes a infecciones producidas por otros microorganismos; sin embargo este patógeno debería incluirse en el diagnóstico diferencial de los pacientes pediátricos con gastroenteritis o sepsis que hayan tenido contacto con reptiles6.
Actualmente la Academia Americana de Pediatría recomienda la exclusión de animales exóticos de compañía en hogares donde convivan menores de cinco años de edad por el mayor riesgo potencial de esta población en caso de infección por Salmonella2,10. Es labor de todos los pediatras conocer esta recomendación y aconsejar a las familias su cumplimiento, con mayor convicción si cabe en casos como el de nuestra paciente, que por su patología de base presentó deshidratación secundaria a la gastroenteritis con necesidad de atención en Urgencias.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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