Vol. 16 - Num. 64
Notas clínicas
José Luis Unzueta-Rocha, Isabel Pizarro Pizarrob, M.ª Isabel Astiz Blancoc, M.ª Julia Hernández Delgadod
aHospital Infantil Universitario Niño Jesús. Madrid. España.
bMIR-Pediatría. Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. Madrid. España.
cPediatra. CS Ciudad San Pablo. Madrid. España.
dCS Ciudad San Pablo. Madrid. España.
Correspondencia: JL Unzueta-Roch. Correo electrónico: unzu84@hotmail.com
Cómo citar este artículo: Unzueta-Roch JL, Pizarro Pizarro I, Astiz Blanco MI, Hernández Delgado MJ. Fitofotodermatitis por Ruta graveolens. Rev Pediatr Aten Primaria. 2014;16:327-9.
Publicado en Internet: 13-11-2014 - Número de visitas: 15383
Resumen
Introducción: las lesiones por fototoxicidad son poco frecuentes en edad pediátrica y son un motivo excepcional de consulta en Atención Primaria.
Caso clínico: una paciente de 12 años nacida en España de madre nicaragüense acude a la consulta de Pediatría por aparición de lesiones marronáceas asintomáticas. Llamaba la atención la distribución lineal a lo largo de los miembros inferiores. Se solicitó una interconsulta a Dermatología, donde fue diagnosticada de reacción fototóxica.
Posteriormente, la paciente refirió haberse derramado sobre las piernas una solución alcohólica con extracto de ruda.
Conclusión: las lesiones cutáneas lineales adquiridas suelen tener una causa exógena. Es importante indagar las circunstancias que preceden la aparición de las lesiones para hacer un diagnóstico correcto.
Palabras clave
● Fitofotodermatitis ● Fototoxicidad ● Ruda ● Ruta graveolensLas lesiones por fototoxicidad son poco frecuentes en edad pediátrica y son un motivo excepcional de consulta en Atención Primaria. Algunas familias de plantas contienen sustancias fotosensibilizantes que pueden desencadenar una reacción cutánea cuando se produce exposición a la radiación ultravioleta. Este cuadro, denominado fitofotodermatitis, no está mediado por un mecanismo inmunitario, por lo que las zonas afectas son únicamente las expuestas a la luz solar. El espectro lesional incluye desde eritema, edema y tumefacción, incluso aparición de vesículas, a tensión o ampollas que puedan simular una quemadura solar. En su evolución deja hiperpigmentación residual1,2.
Presentamos el caso de una paciente de 12 años nacida en España de madre nicaragüense que acude al centro de salud por aparición de lesiones cutáneas en los miembros inferiores de 36 horas de evolución.
Inicialmente se objetivan placas lineales pigmentadas no sobreelevadas de distribución lineal desde la raíz de ambos miembros inferiores hasta los gemelos y que posteriormente habían adoptado un tono parduzco (Fig. 1). En ningún momento presenta prurito, dolor ni malestar general. Con la sospecha clínica de una quemadura, se solicita valoración por Dermatología, cuya sospecha diagnóstica principal es de reacción fototóxica. Tras reinterrogar a la paciente, la misma refirió haberse derramado una solución alcohólica con extracto de ruda, utilizada en su ámbito familiar para combatir los síntomas catarrales, y posteriormente se expuso al sol de forma prolongada. Se informa de la benignidad del cuadro y la necesidad de realizar fotoprotección adecuada.
Cabe recordar que la radiación solar es el conjunto de radiaciones electromagnéticas emitidas por el sol y que se distribuye desde el infrarrojo hasta el ultravioleta (UV). Del espectro de radiación ultravioleta que alcanza la Tierra, los rayos UVA y UVB pueden producir reacciones cutáneas. Dentro de ellos, la radiación UVB es la responsable del envejecimiento prematuro de la piel, de las quemaduras solares y de las lesiones cancerígenas, mientras que la radiación UVA es causa de reacciones cutáneas anómalas, siendo consideradas estas como verdaderas fotodermatosis1,2.
La aparición súbita de lesiones cutáneas en patrón lineal suele orientar el diagnóstico fundamentalmente hacia quemaduras (físicas, químicas, solares) y fotodermatosis. Estas pueden ser primarias (inducidas por sustancias fotosensibilizantes) o secundarias (manifestaciones de enfermedades sistémicas agravadas o exacerbadas por la luz solar).
Dentro de las fotodermatosis primarias, distinguimos entre reacciones fotoalérgicas, mediadas inmunológicamente (requieren sensibilización previa por vía tópica o sistémica y afectan principalmente a zonas fotoexpuestas), y reacciones fototóxicas, más prevalentes y sin base inmunológica1,2.
En la infancia, los agentes causales de reacciones fototóxicas más frecuentes son los psoralenos contenidos en las plantas (fitofotodermatosis). La exposición solar tras el contacto cutáneo con la sustancia fotosensibilizante causa en esa región reacciones locales en forma de enrojecimiento, edema, vesículas o ampollas, con pigmentación residual3-5.
Para su diagnóstico no se requieren pruebas complementarias, aunque se podría probar la fotoprovocación, desaconsejada por algunos autores2. El tratamiento se basa en la suspensión del agente sospechoso y en una correcta fotoprotección, aunque se ha descrito el uso de corticoides y antibióticos, en sus formas tópicas y sistémicas6-8. Es importante advertir a los pacientes de la larga duración de la hiperpigmentación, a veces incluso durante meses.
En nuestro caso, el agente implicado fue la Ruta graveolens. Es una planta de distribución mundial, cuya fitofototoxicidad se debe a furocumarinas 5 y 8-metoxipsoraleno (5 y 8-MOP) y al alcaloide de quinolona (graveolina)2-8. Sus usos abarcan desde el alivio de calambres y del reumatismo, pasando por la antibioterapia, hasta la fotoquimioterapia con 8-MOP en combinación con UVA para el linfoma cutáneo de células T4. Se le atribuyen usos populares como abortivo y ansiolítico, entre otros6,7.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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