Sonia Lacasa Maseria, Andrea Lacasa Maserib, M Gutiérrez Olidc, Juana M.ª Ledesma Albarránd, E Núñez Cuadrose, Antonio Luis Urda Cardonaf
aMIR-Pediatría. Servicio de Pediatría del Hospital Regional Universitario Carlos Haya. Málaga. España.
bMIR segundo año. MIR-Pediatría. Málaga. España.
cPediatra. CS Las Delicias. Málaga. España.
dPediatra. CS Delicias. Málaga. España.
eUnidad de Gestión Clínica de Pediatría. Hospital Materno-Infantil Carlos Haya. Málaga. España.
fUGC de Pediatría. Hospital Materno-Infantil de Málaga. Hospital Regional Universitario de Málaga. Málaga. España.
Correspondencia: S Lacasa. Correo electrónico: sonialacasa@gmail.com
Cómo citar este artículo: Lacasa Maseri S, Lacasa Maseri A, Gutiérrez Olid M, Ledesma Albarrán JM, Núñez Cuadros E, Urda Cardona AL. El lavado de manos: ¿una recomendación atendida? Rev Pediatr Aten Primaria. 2012;14:e19-e22.
Publicado en Internet: 19-09-2012 - Número de visitas: 17163
Resumen
Objetivos: determinar la incidencia del lavado de manos en los padres, como factor preventivo en la propagación de infecciones respiratorias víricas en niños menores de dos años asignados a una zona básica de salud pediátrica, afectados por síntomas catarrales durante la época otoñal y coincidiendo con la campaña de vacunación antigripal.
Material y métodos: sobre un total de 230 niños menores de dos años incluidos en la zona básica de salud pediátrica y atendidos en el Programa de Salud Infantil, 51 consultan durante la campaña de vacunación antigripal (octubre 2011) por presentar síntomas catarrales.
Resultados: se incluyeron 51 niños (23 varones y 28 mujeres). Desde el punto de vista clínico, 33 casos se encontraban afebriles, 18 presentaban fiebre, y el 100% de los casos tenía mucosidad. El diagnóstico clínico fue rinofaringitis en 44 casos; bronquitis aguda en cinco casos y bronquiolitis en dos casos; 19 casos no presentaban ningún antecedente familiar; sin embargo, hasta en 32 casos había algún familiar cursando cuadro catarral. En cuanto a la realización del lavado de manos como medida preventiva, en 34 de los casos se afirmó no cumplir con esta medida, llevándose a cabo solo en 17 casos pese a las recomendaciones.
Conclusiones: aunque se conoce la importancia del lavado de manos en la prevención de infecciones respiratorias y se incluye entre las recomendaciones ofrecidas en el Programa de Salud Infantil, solo el 33% de la población de nuestro estudio afirmó realizarla. Dicha recomendación puede también incluirse en las consultas a demanda durante la campaña antigripal, para favorecer su cumplimiento.
Palabras clave
● Control de la infección ● Infección respiratoria ● Lavado de manos ● PrevenciónDurante los meses de otoño e invierno, los padres solicitan con frecuencia remedios para evitar que sus hijos contraigan infecciones respiratorias. Puede ser un momento propicio para recordar la importancia del lavado de manos a la hora de prevenir la transmisión de los virus.
Los virus respiratorios suelen causar enfermedades leves, aunque pueden generar epidemias, dada su amplia contagiosidad1. La propagación de virus respiratorios en los niños pequeños es especialmente elevada, siendo las infecciones respiratorias la primera causa de morbilidad en el lactante en nuestro medio2. A finales de otoño y durante el invierno, los niños menores de dos años se exponen a padecer, entre otras, infecciones por el virus respiratorio sincitial, adenovirus, metapneumovirus humano, influenza o parainfluenza3,4. Los virus pueden propagarse a través de secreciones aerosolizadas desde el tracto respiratorio o a través de las manos, por contacto directo con las secreciones.
La contagiosidad, particularmente de los rinovirus, es alta, y el reservorio viral es humano; la fuente de contagio, de persona a persona, se produce a través de las secreciones respiratorias. La prevención de la propagación de las infecciones respiratorias producidas por virus se consigue, sobre todo, mediante medidas higiénicas simples, destacando el lavado de manos y la evitación del contacto con personas afectadas por cuadros catarrales5. La prevención se basa, entre otras medidas, en favorecer el lavado de manos con agua y jabón durante 30 segundos antes de manipular al lactante, impedir que las personas acatarradas se acerquen al niño, evitar el tabaquismo pasivo, así como el intercambio de tetinas o cucharillas6,7. Dichas medidas podrían reducir la transmisión de los niños a otros miembros de la familia. El empleo de barreras contra la transmisión, el aislamiento y las medidas higiénicas podrían ser eficaces para contener las epidemias de virus respiratorios, especialmente en la población pediátrica7.
El objetivo de nuestro estudio es conocer el cumplimiento del lavado de manos, y valorar el impacto de dicha medida, incluida entre las recomendaciones preventivas ofrecidas en el Programa de Salud Infantil (PSI). La eficacia del lavado de manos se corrobora con la existencia de protocolos en las instituciones sanitarias respecto a la importancia de esta técnica y su cumplimiento8.
Se estudian los datos obtenidos en una consulta de Pediatría del Distrito Sanitario Málaga.
La metodología consiste en la realización de una encuesta en una consulta a demanda para valorar las medidas de higiene en la prevención de enfermedades respiratorias, en una etapa previa a la aparición estacional de las bronquiolitis y los cuadros gripales, para comprobar si se aplican dichas medidas y para favorecer su cumplimiento.
Sobre el total de 230 niños menores de dos años del cupo pediátrico atendidos en el PSI, se incluye a 51 de ellos, que consultan durante la campaña de vacunación antigripal (octubre 2011) por presentar síntomas catarrales.
Se registran la edad, el sexo, el motivo de consulta (mucosidad, tos, congestión nasal), la existencia de fiebre, la coincidencia con ambiente familiar de padecimiento de cuadro catarral y la realización del lavado de manos por parte de convivientes y cuidadores al interactuar con el niño.
Se ha realizado un análisis estadístico descriptivo, incluyendo medidas de tendencia central y dispersión para las variables cuantitativas, y frecuencias absolutas y relativas para las cualitativas.
Se ha incluido en el estudio a 51 niños, con un rango de edad comprendido entre 1 y 24 meses y una edad media de 13 meses. Un total de 23 casos (45%) fueron varones y 28 casos mujeres (55%).
Desde el punto de vista del motivo de consulta, 33 (65%) se encontraban afebriles y solo 18 casos (35%) presentaban fiebre; el 100% de los casos presentaba rinorrea.
Tras una exploración física completa, el diagnóstico clínico fue rinofaringitis (86%) en 44 casos, bronquitis aguda (10%) en cinco casos y bronquiolitis (4%) en dos casos.
En cuanto a la presencia de antecedentes de padecimiento de algún tipo de cuadro catarral en el ámbito familiar, 19 casos (37%) no presentaban ningún antecedente familiar; sin embargo, hasta en 32 casos (63%) había algún familiar cursando un cuadro catarral coincidente. De dichos casos, un 6% se atribuyó a los abuelos; un 9%, a un hermano menor de tres años; un 31%, a un hermano mayor o igual a tres años; un 34%, a un solo progenitor (padre o madre), y hasta un 21%, a ambos progenitores (padre y madre).
Por último, en cuanto a la realización del lavado de manos por parte de los convivientes y cuidadores, como medida preventiva de la transmisión de infecciones respiratorias a la hora de interactuar con el niño, hasta en 34 casos (67%) se afirmó no cumplir con esta medida, llevándose a cabo tan solo en 17 casos (33%), pese a las recomendaciones (Fig. 1).
Como medidas de prevención en la transmisión de enfermedades respiratorias, además de los métodos barrera (mascarilla, guantes…), se incluyen intervenciones eficaces como el lavado de manos asiduo con o sin antiséptico y la instrucción y educación de los familiares. La mejora de la higiene de las manos constituye uno de los elementos más significativos para brindar una atención sanitaria segura, y proteger así a los pacientes de los efectos adversos de las infecciones evitables, suponiendo en consecuencia una prioridad para todos los profesionales sanitarios. Por ello, se han diseñado multitud de programas relacionados con la seguridad del paciente y el lavado de manos en el Servicio Andaluz de Salud y bajo las directrices de la Organización Mundial de la Salud.
Estudios recientes exponen que el mejor tratamiento de las infecciones respiratorias es su prevención, y aportan el lavado de manos como medida eficaz para eliminar los virus respiratorios9,10.
En nuestra población estudiada, a pesar de la indicación de la técnica del lavado de manos en el PSI y la reconocida importancia en la prevención de la contagiosidad de cuadros catarrales, solo el 33% de los casos afirma realizar esta medida.
La recomendación del lavado de manos como prevención del contagio de los cuadros catarrales puede incluirse en las consultas a demanda, durante la campaña antigripal, para favorecer su cumplimiento.
Como se ha podido observar, la información verbal realizada en el PSI resulta insuficiente, con un bajo impacto de cumplimiento entre los casos que consultaron por síntomas de infección respiratoria en el mes de octubre de 2011. Resultaría interesante entregar por escrito la información sobre la técnica del lavado de manos y su eficacia en la prevención de infecciones respiratorias, tanto en las consultas a demanda como en las del PSI, para así favorecer su cumplimiento.
Por otro lado, esta medida es simple, sencilla y económica, y su cumplimiento podría suponer un ahorro de recursos sanitarios. Se podrían prevenir infecciones recurrentes en lactantes. Se trataría, por tanto, de una medida fácilmente aplicable, con beneficios en el ámbito familiar, escolar y laboral. Aunque el lavado de manos es una medida sencilla, un escaso cumplimiento nos obliga a insistir en su recomendación.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
ABREVIATURAS: PSI: Programa de Salud Infantil.
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