Vol. 14 - Num. 53
Notas clínicas
M.ª Laura Casado Sáncheza, Carmen Martínez Gonzálezb
aPediatra. CS San Blas. Parla. Madrid. España.
bPediatra. CS Villablanca. Madrid. España.
Correspondencia: ML Casado. Correo electrónico: cs.mlaura@yahoo.es
Cómo citar este artículo: Casado Sánchez ML, Martínez González C. Mi hijo no crece, ¿y dice usted que esto es normal? Rev Pediatr Aten Primaria. 2012;14:31-3.
Publicado en Internet: 15-03-2012 - Número de visitas: 16409
Resumen
El genu varum es un proceso fisiológico en los dos primeros años de vida, evolucionando en ocasiones hacia genu valgum. No obstante, su diagnóstico diferencial abarca patologías importantes que deben ser descartadas para decidir el tratamiento. En los niños con genu varum se debe tranquilizar a la familia y adoptar una actitud expectante, dado que no reviste gravedad y es un proceso autolimitado. Presentamos el caso de dos hermanos con genu varum extremo, llegando incluso a producir un estacionamiento de la talla en uno de ellos. Ambos han evolucionado a la normalidad sin intervención médica.
Palabras clave
● Enfermedad de Blount ● Enfermedades de los huesos ● Genu varumEl genu varum fisiológico es una deformidad frecuente en los dos primeros años de vida, en ocasiones muy marcada. Al nacimiento podemos encontrar un genu varum fisiológico de 10° a 15°, que suele corregirse a 0° a los 12-18 meses. A partir de entonces y hasta los 3-4 años es normal un genu valgum fisiológico de 10° a 15°. Incluso existen estudios con valores de normalidad1.
A partir de los 3-5 años, el genu varum persiste solo en un 10,4% de los niños, siendo desde esa edad normal el genu valgum (32,3% en algunas series)2.
Presentamos el caso de dos hermanos varones de raza negra, sin antecedentes personales ni familiares de interés, con estacionamiento de la talla debido a genu varum muy marcado, que persiste por encima del rango de edad considerado fisiológico.
El primer paciente consulta por sensación subjetiva familiar de falta de crecimiento, coincidiendo con la revisión de los 15 meses. En la exploración física se objetiva un aplanamiento de la curva de talla, midiendo 77 cm (percentil 25) (Fig. 1).
Además, presentaba hiperlordosis lumbar, aumento de la base de sustentación, coxa vara que limitaba la abducción de ambas caderas y aumento considerable del genu varum de los miembros inferiores (MMII), muy marcado y simétrico (Fig. 2), sin otros signos clínicos de raquitismo carencial.
A los 18 meses, presentaba genu varum fisiológico, simétrico y leve, con talla de 78 cm (percentil 10). Se deriva al Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatológica (COT), que confirma el genu varum fisiológico extremo, descartando otras alteraciones óseas. En controles posteriores, a los tres años, solo presentaba un leve varo de los MMII y una mínima lordosis lumbar, siendo la alineación de los MMII completamente normal a los cinco años.
El segundo hermano, también varón, muestra una deformidad similar en el control de los 18 meses, con genu varum y estancamiento de la talla en relación a la deformidad de los MMII, por lo que se deriva a COT para valoración y descartar patología ósea asociada. Se decide seguimiento clínico exclusivo, dada la ausencia de otras enfermedades y el pronóstico favorable. Actualmente tiene tres años y todavía presenta marcada deformidad en varo.
Siendo una variante de la normalidad, el genu varum fisiológico merece un diagnóstico diferencial que descarte patologías subyacentes, como la tibia vara o la enfermedad de Blount, en la que los niños presentan arqueamiento de los MMII en el primer año, que se agrava posteriormente en lugar de corregirse hacia genu valgum3. Es un trastorno del crecimiento de la porción interna o medial de las epífisis y metáfisis proximales de la tibia, resultando una angulación medial y una rotación tibial interna. Suele ser bilateral (50-75%) y predomina en mujeres de raza negra4.
Además, las deformidades en los MMII pueden encontrarse como resultado de diversas patologías, como enfermedades metabólicas (raquitismo), endocrinas, infecciosas (osteomielitis crónica) o tumorales, fracturas antiguas, displasias esqueléticas, encondromatosis múltiple de Ollier, etc.
De todas estas enfermedades, precisamente el genu varum fisiológico es el que menos retrasa la deambulación. Sin embargo, los niños con deformidad en genu valgum fisiológico, como prematuros sanos, gemelos o niños con hermanos raquíticos, caminan más tarde5.
El diagnóstico es clínico y radiológico, midiendo los ángulos formados por los MMII. No obstante, se deben descartar las patologías indicadas para tratar la causa subyacente si existe (vitamina D y calcio en raquitismo, antibioterapia en infecciones...).
El tratamiento exclusivo de las deformidades óseas abarca desde la mera observación clínica hasta la cirugía, pasando por la colocación de ortesis, según la evolución y la angulación en los MMII.
Es destacable la gran angulación que presentaban los hermanos expuestos y la corrección experimentada sin intervención. Por este motivo, consideramos importante incidir en el conocimiento de las variantes extremas de la normalidad antes de iniciar medidas terapéuticas innecesarias, teniendo en cuenta que no afecta a la deambulación y que la talla se recupera con la alineación espontánea de los MMII en la evolución.
ABREVIATURAS: COT: Cirugía Ortopédica y Traumatológica • MMII: miembros inferiores.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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