Vol. 14 - Num. 55
Notas clínicas
Vicente José López Péreza, Marta Rius Villarrubiab, Félix Castillo Garcíaa
aTraumatólogo. Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, Hospital Dos de Mayo. Barcelona. España.
bMedicina del Deporte. Mutualidad Catalana de Futbolistas. Barcelona. España.
Correspondencia: VJ López . Correo electrónico: vxlopez@yahoo.com
Cómo citar este artículo: López Pérez VJ, Rius Villarrubia M, Castillo García F. Fractura-avulsión pélvica durante la actividad deportiva. Rev Pediatr Aten Primaria. 2012;14:235-7.
Publicado en Internet: 08-08-2012 - Número de visitas: 98997
Resumen
Las fracturas pélvicas por avulsión se producen tras contracciones musculares violentas o explosivas en pacientes con esqueleto inmaduro. Tienen lugar por un desequilibrio entre la fuerza de tracción del músculo o tendón y la resistencia del cartílago apofisario donde se insertan, siendo verdaderos autotraumatismos. Estas lesiones habitualmente tienen un buen pronóstico, mediante un tratamiento conservador.
Presentamos el caso clínico de un niño de 13 años que durante una actividad deportiva sufrió dolor e impotencia funcional en el muslo derecho, diagnosticándose de fractura-avulsión de la espina ilíaca anteroinferior derecha. Realizamos un seguimiento clínico y ecográfico; el paciente presentó una correcta evolución con reposo articular y analgesia y pudo reincorporarse a la actividad deportiva a los dos meses de la lesión.
Palabras clave
● Fracturas óseas ● Huesos pélvicos ● Íleon ● Traumatismo deportivoLas lesiones de las apófisis pélvicas tienen lugar típicamente en niños en periodo de crecimiento que practican deporte de alta energía e impacto1. Su espectro clínico es variado, siendo su presentación habitual en forma de apofisitis que pueden evolucionar a una lesión crónica por tracción muscular repetida. En casos agudos después de una súbita contracción de un músculo largo sobre el esqueleto inmaduro se puede ocasionar una fractura por avulsión. Mientras que las fracturas por avulsión de la espina ilíaca anterosuperior, la cresta ilíaca y el hueso del pubis son comunes, las lesiones de la espina ilíaca antero-inferior (EIAI) solo se encuentran en raras ocasiones. Son lesiones estables del anillo pélvico, que tienen un buen pronóstico con tratamiento conservador mediante analgésicos y reposo durante tres o cuatro semanas2,3.
Presentamos el caso clínico de un niño de 13 años sin antecedentes de interés, que, tras una patada contra resistencia jugando al fútbol, sufrió dolor e impotencia funcional en la ingle y el muslo derecho. El paciente presentaba buen estado general, sin fiebre, y no refería haber padecido enfermedades infecciosas en los días previos. No presentaba alteraciones rotacionales ni acortamiento de las extremidades, refería dolor que aumentaba con la palpación local de la EIAI, la cadera se encuentra libre a la movilización pasiva, pero los movimientos activos están limitados por dolor.
Se realizó una radiografía anteroposterior de la pelvis (Fig. 1) y axial de la cadera derecha, en las que se objetivó una fractura-avulsión de la EIAI.
Se indicó reposo articular, carga parcial con muletas y analgesia con ibuprofeno 400 mg cada ocho horas por vía oral. A las tres semanas se citó para control ecográfico (Fig. 2) que evidenció una correcta evolución de la lesión.
Tras la realización de fisioterapia, a los dos meses se reincorporó paulatinamente a la actividad deportiva, dándose de alta a los tres meses de la lesión inicial.
Los grandes músculos del muslo, cuya inserción proximal tiene lugar en la pelvis, pueden ser solicitados en esfuerzos violentos, instantáneos e incluso reflejos tras contracciones musculares contra una resistencia fija, una desaceleración súbita, un estiramiento brusco de los músculos implicados o como resultado de un trauma directo1.
Típicamente, se presenta en atletas en el momento de iniciar una carrera de velocidad, en el impulso del salto, la acción de patada o el chut en el caso de los futbolistas. Cuando esto ocurre, la violencia de la contractura puede desprender el segmento óseo en el cual el músculo se inserta. Así se describen las fracturas por arrancamiento de la EIAI, por contractura del músculo recto anterior del muslo, de la espina ilíaca anterosuperior, por acción del músculo sartorio y el tensor de la fascia lata, y en el isquion por acción de los flexores y adductores del muslo.
Las fracturas por avulsión de la EIAI se suelen producir en un momento de extensión de la articulación de la cadera, con la rodilla flexionada, y es frecuente en deportes que implican patadas (fútbol, artes marciales). Aunque son poco frecuentes en la práctica clínica diaria, deben considerarse como parte del diagnóstico diferencial en pacientes en periodo de crecimiento (12-14 años) con dolor intenso en la ingle que impide continuar la actividad deportiva tras un mecanismo desencadenante sugestivo.
Para el diagnóstico, es útil la sospecha clínica apoyada por estudios de imagen complementarios como la radiografía anteroposterior de pelvis y la ecografía4,5. El uso de la ecografía musculoesquelética en el ámbito de la Atención Primaria resulta de gran utilidad, ya que proporciona un diagnóstico preciso, objetivando la coexistencia de lesiones musculares acompañantes, y permite un control evolutivo directo, evitando irradiaciones innecesarias sobre un esqueleto inmaduro.
En su diagnóstico diferencial, debemos incluir los tumores óseos, ya que el aspecto radiológico puede inducir a un error de interpretación, sobre todo si al radiólogo no es informado previamente; por lo que la historia de antecedente traumático practicando deporte es fundamental.
El tratamiento de las avulsiones de la EIAI es eminentemente conservador, siendo el tratamiento quirúrgico excepcional6; presenta un buen pronóstico, obteniéndose la consolidación de la fractura y la reincorporación a la actividad deportiva en un periodo relativamente corto sin complicaciones asociadas.
Los autores declaran no presentar conflicto de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
ABREVIATURAS: EIAI: espina ilíaca anteroinferior.
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