Vol. 13 - Num. 20
Seminarios
Trinidad Álvarez de Laviada Muleroa
aPediatra. Consultorio Auxiliar Barrio de la Luz. Xirivella. Valencia. España.
Cómo citar este artículo: Álvarez de Laviada Mulero T. Evaluación y manejo del niño con retraso psicomotor. Trastornos generalizados del desarrollo. Presentación. Rev Pediatr Aten Primaria. Supl. 2011;(20):127-9.
Publicado en Internet: 18-11-2011 - Número de visitas: 11292
Solo mediante el conocimiento del desarrollo del niño normal es posible identificar alteraciones en el funcionamiento físico y la conducta. La vigilancia o supervisión del desarrollo se ha considerado una de las múltiples actividades de cribado que se deben realizar durante la infancia y ha sido descrita como “un proceso continuo y flexible, a través del cual profesionales con conocimientos y entrenamiento realizan observaciones de los niños durante las revisiones de salud”.
Se utiliza el término “desarrollo psicomotor” para representar la progresiva adquisición de habilidades del niño en las diferentes áreas del desarrollo los primeros años de vida1. La noción de “retraso psicomotor” usada como sinónimo de retraso del desarrollo implica que los logros del desarrollo de determinado niño durante sus primeros años de vida aparecen con una secuencia lenta para su edad, mientras que en el caso de los “trastornos del desarrollo” el patrón no se produce en la secuencia esperada, siendo intrínsecamente anormal para cualquier edad2.
Algunas cifras pueden ayudarnos a conocer la magnitud de este problema. En el capítulo de recomendaciones del Grupo PrevInfad3 dedicado a la atención orientada al desarrollo y supervisión del desarrollo psicomotor podemos leer: “A partir de datos procedentes de diferentes autores se puede extrapolar que el retraso mental aparece en el 3% de la población, la parálisis cerebral infantil (PCI) en el 0,3-0,5%, el síndrome de déficit de atención en el 5-7%, los trastornos de comunicación y autismo en cuatro casos de cada 10 000, la hipoacusia en el 0,1-0,2%, la deficiencia visual grave en 1-5 casos de cada 10 000 y trastornos diversos de aprendizaje en el 5-7%”.
En Estados Unidos se estima que el “retraso del desarrollo global” afecta al 1-3% de los niños y que el 5-10% de la población pediátrica sufre alguna patología que podría encuadrarse dentro de las “discapacidades del desarrollo”4.
En España disponemos de datos procedentes del Instituto Nacional de Estadística, obtenidos a través de encuestas realizadas en 1999 y en 2008. Los resultados procedentes de la “Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estados de salud” (EDDS) de 1999 informan que el 2,24% de los niños menores de seis años de edad tiene una limitación5, la “Encuesta sobre discapacidades, autonomía personal y situaciones de dependencia” (EDADh) de 20086 muestra, entre otras, las siguientes tasas de limitación, por grupo de deficiencia, para 1000 habitantes de cero a cinco años: mentales 5,02; visuales 0,52; auditivas 1,85; lenguaje, habla y voz 4,40; sistema nervioso 3,42; y detecta algún tipo de limitación en el 2,15% de los menores de seis años de edad, siendo el 71% de los mismos candidatos a recibir atención temprana.
La detección e identificación precoz de los retrasos y trastornos del desarrollo es fundamental para el bienestar del niño y sus familiares7 y son los profesionales sanitarios que se encargan de la asistencia pediátrica en la Atención Primaria, al establecer los primeros contactos con ellos, los que tienen la mejor oportunidad para valorar y detectar la presencia de alguna anomalía.
La autora declara no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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