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Vol. 13 - Num. 49

Notas clínicas

Hiperfosfatasemia benigna transitoria de la infancia: una entidad a tener en cuenta

María del Rosario García Luzardoa, N Rodríguez Calcinesa, E Colino Gilb

aServicio de Urgencias Pediátricas. Hospital Universitario Materno-Infantil de Canarias. Las Palmas de Gran Canarias. España.
bHospital Universitario Materno-Infantil de Canarias. Las Palmas de Gran Canarias. Gran Canarias. España.

Correspondencia: MR García. Correo electrónico: saragarlu@telefonica.net

Cómo citar este artículo: García Luzardo MR, Rodríguez Calcines N, Colino Gil E. Hiperfosfatasemia benigna transitoria de la infancia: una entidad a tener en cuenta. Rev Pediatr Aten Primaria. 2011;13:107-11.

Publicado en Internet: 06-04-2011 - Número de visitas: 35931

Resumen

La hiperfosfatasemia transitoria benigna infantil (HTBI) es una entidad en la que se observan marcadas elevaciones de fosfatasa alcalina sérica, sin evidencia clínica, bioquímica ni en exámenes complementarios de patología ósea, hepática, renal o endocrinometabólica.

Se presenta el caso de una paciente de ocho meses ingresada por un cuadro febril y elevación importante de fosfatasa alcalina.

La HTBI es una entidad frecuente que debe tenerse en cuenta para evitar preocupaciones y exploraciones innecesarias. Si un paciente tiene elevación de fosfatasa alcalina, con exploración física, calcio, fosfatos y perfil hepático normales, se le debe controlar clínicamente y continuar midiendo los niveles de fosfatasa alcalina hasta la normalización. Si persiste elevada tras tres meses, debería investigarse el origen de las isoenzimas y estudiar a familia.

Palabras clave

Fosfatasa alcalina Hiperfosfatasemia

Introducción

La fosfatasa alcalina (FA) es una enzima de membrana distribuida en diferentes órganos; existen diversas isoenzimas con propiedades catalíticas similares pero genéticamente distintas. En adultos, las isoenzimas hepáticas y óseas constituyen más del 90% de la fosfatasemia, siendo la relación entre ambas de 1:1; en niños, habitualmente el 85% de la FA es ósea y el 15% hepática1-3.

La elevación de FA en sangre puede deberse al consumo de fármacos o a afecciones hepatobiliares, endocrinometabólicas u óseas con recambio óseo aumentado, aunque también existen situaciones fisiológicas, como el embarazo, el crecimiento o la vejez, donde pueden producirse incrementos séricos de esta enzima1,3,4.

Caso clínico

Se presenta el caso de una paciente de ocho meses de edad ingresada por un cuadro de siete días de evolución consistente en fiebre hasta de 40 ºC, rechazo de la ingesta y vómitos. No tenía antecedentes familiares ni personales patológicos de interés, ni alergias conocidas. En la exploración física solo destacaban pequeñas adenopatías laterocervicales rodaderas e hiperemia faríngea.

En el estudio complementario solicitado, tenía un hemograma con velocidad de sedimentación globular normal; proteína C reactiva, 4,48 mg/dl; y sodio, potasio, cloro, magnesio, calcio (Ca), fósforo (P), bilirrubina, proteínas y gasometría normales. Los cultivos de sangre, orina y heces fueron negativos y en el frotis faríngeo se aisló Parainfuenzavirus 3.

Un hallazgo analítico que llamó la atención fue una cifra de FA de 5252 UI/l. Se preguntó nuevamente a los padres en busca de alguna causa de esta elevación de FA, con especial insistencia en el consumo de fármacos, antecedentes de fracturas o enfermedades previas, tanto en la paciente como en sus familiares, sin obtener nuevos datos.

Se solicitó nuevamente una determinación de FA para comprobar que no fuese un error de laboratorio, así como de GGT, vitamina D, hormona paratiroidea (PTH) e isoenzimas de FA. En esta analítica se confirmó la elevación de FA (6070 UI/l), resultando el resto de parámetros solicitados (GGT, isoenzimas de FA, vitamina D y PTH) normales.

Al séptimo día de ingreso, una vez solucionado el proceso febril, se procedió al alta con el diagnóstico de infección por Parainfuenzavirus 3 e hiperfosfatasemia en estudio. Se controló clínicamente y con determinaciones periódicas de FA en consultas externas.

En los controles posteriores presentó un descenso progresivo de FA (figura 1), permaneció asintomática y con exploración física rigurosamente normal, por lo que se procedió al alta definitiva a los seis meses, tras presentar dos determinaciones de FA dentro de los valores normales para su edad, con el diagnóstico de hiperfosfatasemia benigna transitoria de la infancia (HTBI).

Figura 1. Niveles séricos de fosfatasa alcalina en la paciente durante el seguimiento FA (UI/l).

Comentarios

La HTBI es una entidad en la que se observan marcadas elevaciones séricas de FA, sin evidencia clínica, bioquímica, ni en estudios complementarios de patología ósea, hepática, renal o endocrino-metabólica3-5.

Fue descrita inicialmente por Bach en 1954; en 1977 Posen le da el nombre de hiperfosfatasemia transitoria de la infancia y en 1985 Kraut define los criterios diagnósticos que siguen vigentes en el momento actual (tabla 1)4,6.

Tabla 1. Criterios diagnósticos de hiperfosfatasemia benigna transitoria de la infancia (Kraut, 1985)

Es la causa más frecuente de aumento de FA en la infancia, con una incidencia de aproximadamente 1/2000 pacientes/año en el ámbito hospitalario, aunque probablemente esta estimación sea menor a la real. No parecen existir diferencias entre sexos, predomina en los meses fríos y en los primeros años de vida4,5,7,8. Según los expertos, valores de la enzima superiores a seis veces el límite superior de normalidad para la edad, junto con un patrón enzimático característico, tienen un 95% de probabilidad de ser HTBI3.

El mecanismo por el cual se eleva la FA permanece sin aclarar, aunque se han sugerido diferentes teorías, las más aceptadas son la destrucción celular, el aumento de síntesis intracelular por estrés celular, la ruptura del anclaje de la enzima a la membrana celular, la disminución del aclaramiento de la enzima circulante (por sialización de la FA se genera la isoenzima liver-like típica con menor aclaramiento hepatobiliar. Es la hipótesis más aceptada) o bien la activación de la enzima circulante3,5.

Esta entidad es un proceso benigno y autolimitado, sin secuelas a largo plazo. Se ha asociado a un gran número de entidades, especialmente infecciones virales de vías aéreas y gastrointestinales, aunque también ocurre en pacientes sanos2-5,7,9-13.

Ante un paciente con elevación de FA, exploración física, Ca, P y perfil hepático normales, se aconseja controlar clínicamente y solicitar FA periódicamente; si persiste elevada tras 3-6 meses, debe estudiarse el origen de las isoenzimas y a la familia, por si fuese una hiperfosfatasemia benigna familiar1,3,4,9,10.

Para concluir, conviene recordar esta entidad en el proceso diagnóstico de los niños con elevación de FA, sin convertirla en un diagnóstico de exclusión; evitando así preocupaciones y exploraciones innecesarias.

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CONFLICTO DE INTERESES

 Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.

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