Vol. 27 - Num. 34
Casos clínicos. Gastroenterología, nutrición y obesidad
aCS Palencia Rural. Palencia. España.
Cómo citar este artículo: Bello Martínez B. Mi niño se come las paredes . Rev Pediatr Aten Primaria. Supl. 2025;(34):e136-e137.
Publicado en Internet: 26-05-2025 - Número de visitas: 3231
La pica se define como la ingesta de sustancias no nutritivas de naturaleza orgánica o inorgánica durante más de un mes. Es un trastorno de la conducta alimentaria en el que existe un deseo irresistible de comer o lamer sustancias no nutritivas y poco usuales como tierra, tiza, yeso, hielo, pintura, papel u otros materiales sin ningún valor alimenticio.
Este trastorno puede ser secundario a enfermedades neurológicas o psiquiátricas (retraso mental, autismo, trastornos de la personalidad), pero también puede ser la expresión de déficit nutricional, como la ferropenia.
Lactante sano de 26 meses que acude a Pediatría en su centro de salud. La madre refiere que desde hace unas semanas el niño hace cosas extrañas: come trozos de tiza con los que juega su hermano, o inclusos trozos de papel, un folio… Y lo más sorprendente, la madre lo encuentra habitualmente mordisqueando una esquina de la pared de su casa, que ha dejado roída; la madre me enseña fotos de esa pared (Figura 1).
Es un niño sano, con un adecuado desarrollo ponderoestatural, en percentiles altos de peso y talla, con alimentación adecuada para su edad, come sólidos desde hace tiempo y sigue con lactancia materna. Hasta ahora, el niño tiene un desarrollo psicomotor y del lenguaje adecuado para su edad, buena calidad de sueño, acude a guardería y no presenta signos de TEA. M Chat normal con 18 meses y 2 años. Tiene un hermano sano de 4 años con buena relación. En casa no atribuyen este comportamiento a ningún episodio que pueda haber aumentado la ansiedad del niño.
Pedimos una analítica sospechando un síndrome pica y comprobamos una ferropenia clara, sin anemia: ferritina de 6 mg/dl, con el resto de la analítica normal y anticuerpos de celíaca negativos.
Iniciamos ferroterapia a 6 mg/kg/día con hierro oral y en 2 semanas el niño había dejado de morder las paredes. Mantuvo el tratamiento 6 meses y nunca más volvió a suceder un episodio parecido.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
Los autores han remitido un formulario de consentimiento de los padres/tutores para publicar información de su hijo/a.