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Vol. 27 - Num. 105

Leído. Libros, revistas e Internet

La crisis de la autoridad

Carmen Martínez Gonzáleza

aPediatra. CS Villablanca. Madrid. España.

Correspondencia: C Martínez. Correo electrónico: carmendiri@gmail.com

Publicado en Internet: 06-02-2025 - Número de visitas: 178

  • Velilla N. La crisis de la autoridad. Arpa editores; 2023. ISBN 978-84-19558-24-4.

Tiene riesgos mostrar a otros los libros que a juicio personal vale la pena leer, pero sin duda existen beneficios personales. Entre otros, reseñar un libro que has disfrutado es gratificante porque permite dar otra vuelta de tuerca al texto, entenderlo mejor; aunque en este caso, un tema que podría ser mortalmente árido, esté tratado de forma atractiva, amena y fácil de leer.

Natalia Velilla es madre de tres hijos (dato que aporta antes que otros méritos), magistrada y gran divulgadora. Colabora en la fundación sin ánimo de lucro Hay Derecho, es autora del best-seller “Así funciona la Justicia” (Arpa, 2021) y muy conocida por su activismo en defensa de los valores constitucionales.

En este ensayo escrito con una narrativa de gran calidad y un contenido metabolizado para profanos, la autora desarrolla en diez capítulos y una conclusión el tema de la autoridad (¡nada menos!) y su crisis urbi et orbi.

Lo inicia con una interesante reflexión: la vuelta a la normalidad y al uso de la toga (que dejó de usarse por la pandemia) en los juicios, parece haber llevado a cierta relajación, quizá relacionada con la desaparición de las formas y los rituales. La toga (¿la bata?) importa porque recuerda el lugar que ocupan los profesionales y lo que representan, en este caso a la Justicia.

El libro gira en torno a varios conceptos: autoridad o poder legítimo actualmente desprestigiado; autoritarismo o aplicación excesiva o ilegítima de la autoridad; potestas o poder que implica mandato imperativo y celebritas o forma posmoderna de autoridad ligada a la popularidad, habitualmente fugaz, como los influencers.

Analiza, entre otros problemas actuales, el cuestionamiento de la autoridad en todos los ámbitos (político, social, sanitario, familiar) y el señalamiento del discrepante, de quien se sale de las grandes ortodoxias.

Lo cierto es que el concepto de autoridad tiene mala prensa, pero hay que reconocer su necesidad: no hay sociedad que funcione sin la autoridad derivada de las leyes ni la autoridad derivada de la ética.

En nuestro contexto, por un lado se ha hipertrofiado la autoridad derivada de las leyes (a la vez que paradójicamente la tendencia a desacatar las órdenes de las autoridades) y, por otro, se ha atrofiado la autoridad moral, que ha pasado a estar en manos de los que ostentan popularidad: las celebritas.

Esto es un riesgo real para todos, pero especialmente para niños y adolescentes, incapaces de valorar la diferencia entre ser famoso y estar en boca de todos, decía Umberto Eco. La autora aporta una clave interesantísima y necesaria para distinguir la autoridad moral de la simple celebritas: la educación.

Animo al lector que se pregunte qué pinta un título así en una revista como esta, a leer el libro y opinar después, porque el tema es más pediátrico de lo que se imagina. Y en muchos momentos de la lectura se podrá reconocer como padre, ciudadano o pediatra.

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