Vol. 26 - Num. 104
Originales
Katie Badillo Navarroa, Sara Pérez Muñoza, Eva Parra Cuadradoa, Tamara Angulo Sacristána, Ana Haro Díaza, Hemir Escobar Pirelaa, David Varillas Delgadob
aServicio de Pediatría. Hospital Universitario de Torrejón. Torrejón de Ardoz. Madrid. España.
bFacultad de Ciencias de la Salud. Universidad Francisco de Vitoria. Pozuelo de Alarcón. Madrid. España.
Correspondencia: K Badillo. Correo electrónico: katiebadillo@gmail.com
Cómo citar este artículo: Badillo Navarro K, Pérez Muñoz, Parra Cuadrado E, Angulo Sacristán T, Haro Díaz A, Escobar Pirela H, et al. Patología importada en urgencias . Rev Pediatr Aten Primaria. 2024;26:373-80. https://doi.org/10.60147/40f4d605
Publicado en Internet: 28-11-2024 - Número de visitas: 531
Resumen
Introducción: el incremento en los últimos años de los movimientos migratorios y de viajeros a países de escasos recursos ha producido un repunte en la incidencia de enfermedades infecciosas raras en nuestro medio. El objetivo del estudio fue describir las características de los pacientes con patología infecciosa importada en urgencias.
Métodos: se realizó un estudio retrospectivo entre 2012 y 2019. Se incluyeron los menores de 16 años atendidos en el Servicio de Urgencias del Hospital de Torrejón, con antecedentes de viaje internacional tres meses antes de la visita. Se recogieron datos demográficos y clínicos. Los diagnósticos se agruparon en tres categorías: infección tropical (típicamente importada de áreas tropicales), infecciones transmisibles (incluyendo infecciones de distribución global más prevalentes en áreas tropicales, como la tuberculosis) e infecciones comunes.
Resultados: se incluyeron 100 niños. La mediana de edad fue de 3 años y el 53% fueron mujeres. El 87% habían viajado desde África subsahariana. El motivo del viaje fue visitar a familiares y conocidos (43%), inmigrantes (45%), turistas (9%). Recibieron profilaxis contra la malaria un 4%. Fueron diagnosticados de malaria 24 niños, 6 sin historia de fiebre. Otras infecciones tropicales fueron dengue, chikungunya, absceso hepático. Cinco niños fueron diagnosticados de infecciones transmisibles (VIH, tuberculosis, meningitis, hepatitis A, giardiasis) y 67 niños, de infecciones comunes.
Conclusiones: la malaria fue el diagnóstico más frecuente en niños con fiebre después de un viaje a zona endémica, tras las infecciones comunes. En nuestro estudio, los síntomas iniciales de las enfermedades importadas potencialmente mortales eran indistinguibles de las infecciones banales.
Palabras clave
● Infecciones tropicales ● Inmigrantes ● Malaria ● ViajeroEl aumento en los últimos años de movimientos migratorios y el crecimiento exponencial de viajeros internacionales, desde 25 millones en 1950, hasta 1,4 billones en 20181, ha contribuido al repunte de la incidencia de enfermedades infecciosas poco frecuentes en nuestro entorno. Además, la velocidad actual de los viajes permite que sean diagnosticadas y tratadas en nuestro medio enfermedades con periodos de incubación cortos. Su conocimiento y adecuado manejo es una estrategia para la prevención de la emergencia de estas2,3.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la población inmigrante residente en España ha experimentado un aumento exponencial, pasando de 719 647 en 1998 a 6 373 463 el 1 de octubre de 2023, lo que representa el 10% de la población total en España. De estos, un millón son menores de 16 años, y la mayoría reside en grandes ciudades como Madrid4.
El grupo más común de niños viajeros lo forman aquellos que se desplazan para visitar a sus familiares en su país de origen, conocidos como visiting friends and relatives (VFR), y no suelen consultar antes del viaje para tomar medidas preventivas5. Además, suelen ser más jóvenes, realizar viajes prolongados, elegir destinos de mayor riesgo y vivir en condiciones similares a las personas autóctonas. Esto los expone a enfermedades que son raras o inexistentes en España y, al carecer de inmunidad, pueden presentar formas graves.
El objetivo de este estudio fue describir las características clínico-epidemiológicas de los niños que consultaron al Servicio de Urgencias pediátricas de nuestro centro después de un viaje internacional.
Se llevó a cabo un estudio retrospectivo desde marzo de 2012 hasta diciembre de 2019. El estudio recibió la aprobación del Comité de Ética e Investigación Regional de la Comunidad de Madrid, con el código de estudio PED-IMPORT-2019. La investigación se llevó a cabo en un hospital secundario perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, que atiende aproximadamente 29 000 episodios de urgencias pediátricas anuales. Se incluyeron en el estudio a los niños menores de 16 años que acudieron al Servicio de Urgencias y que tenían antecedentes de viaje internacional en los tres meses previos.
El hospital se encuentra ubicado en una ciudad al este de la Comunidad de Madrid y cubre un área sanitaria que incluye a una población de 136 331 habitantes, de los cuales 25 993 (19%) son inmigrantes6.
Se incluyeron datos demográficos y clínicos: edad, sexo, país de viaje, propósito del viaje (que se dividió en VFR, turismo, inmigración), duración del viaje, toma de profilaxis, vacunación específica para el viaje, síntomas, pruebas complementarías, diagnóstico, tratamiento y evolución.
La duración del viaje se dividió en corto (<30 días), medio (30-180 días) y largo (>180 días).
Los pacientes se agruparon de acuerdo con el motivo de consulta principal en: síndrome febril, síndrome gastrointestinal, otros. Y en tres categorías: infección tropical (típicamente importada de áreas tropicales como malaria), infecciones transmisibles (incluyendo infecciones de distribución global, aunque más prevalentes en áreas tropicales, como la tuberculosis o el virus de la inmunodeficiencia humana [VIH]) e infecciones comunes (distribuidas de forma similar en países tropicales y no tropicales).
Las pruebas diagnósticas fueron realizadas según el país de procedencia e incluyeron si procedía de zona endémica de malaria: test rápido de malaria (RDT), gota gruesa y reacción en cadena de polimerasa (PCR) de malaria.
Se realizaron serologías para chikungunya, dengue y zika, entre otros, de acuerdo con las alertas disponibles en el Yellow book del CDC7. En algunos pacientes, según el criterio del médico que les valoro, se incluyó también serología para sífilis, VIH, hepatitis B (VHB) y hepatitis C (VHC).
Se definió como caso de malaria la visualización directa del parásito en una gota gruesa positiva y/o RDT positivo y/o PCR de malaria positiva. Se clasificó como malaria severa de acuerdo con las recomendaciones de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP)8.
Se consideró diagnóstico de infección por VIH con un test serológico mediante ELISA positivo, confirmado con la presencia de PCR de VIH o carga viral en menores de 18 meses (dos determinaciones diferentes); o un test serológico mediante ELISA positivo, confirmado con western blot en mayores de 18 meses.
En el caso de infección por dengue, zika o chikungunya, se consideró una prueba serológica con IgM positiva, confirmado en dos muestras.
Los otros diagnósticos fueron definidos por métodos comunes, como hallazgo radiológico, hallazgo microbiológico por cultivo, serología o PCR.
El análisis estadístico fue realizado con el soporte informático del programa SPSS 15.0 para Windows. Se analizaron la mediana y el rango intercuartílico (RI) de las variables cuantitativas. Con las variables cualitativas se obtuvieron las frecuencias absolutas y los porcentajes correspondientes a cada una de las categorías que componían dichas variables. Se utilizó el test exacto de Fisher para el análisis de variables cualitativas.
Durante el periodo del estudio, se registraron 200 909 visitas de menores de 16 años al Servicio de Urgencias pediátrico. De estos, se incluyeron 100 niños que informaron un viaje internacional en los tres meses previos.
Las características generales se detallan en la Tabla 1. El 53% fueron mujeres y la mediana de edad fue de 36 meses (RI: 18,2-105,0). El tiempo transcurrido desde el regreso del viaje hasta la consulta en el Servicio de Urgencias tuvo una mediana de 8 días (RI: 5-160), con la mayoría de los casos agrupados en septiembre.
Tabla 1. Características generales de los pacientes (n = 100) | ||
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Edad | Mediana: 36 meses (RI: 18,2-105) | |
Sexo | 53/100 Mujeres | |
47/100 Hombres | ||
Motivo del viaje | VRF | 43/100 |
Inmigrante | 45/100 | |
Turismo | 9/100 | |
No registrado | 3/100 | |
Días tras la vuelta del viaje a la consulta al Servicio de Urgencias | 8 días (RI 5-160) | |
Lugar de nacimiento de los niños | África subsahariana: | 51/100 |
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42 | |
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2 | |
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1 | |
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1 | |
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1 | |
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4 | |
España | 43/100 | |
Otros: | 6/100 | |
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1 | |
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1 | |
|
4 | |
Destino del viaje | África subsahariana: | 87/100 |
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64 | |
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8 | |
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1 | |
|
1 | |
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13 | |
Otros: | 13/100 | |
|
8 | |
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2 | |
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1 | |
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1 | |
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1 | |
Duración del viaje (datos registrados de 40 pacientes) | >60 días: 28 pacientes | |
30-60 días: 5 pacientes | ||
<30 días: 7 pacientes | ||
Mediana: 60 días (RI: 30-272,5) | ||
VFR: visiting friends and relatives. |
El 51% de los niños nacieron en África subsahariana, mientras que el 43,5% nacieron en España. El destino del viaje fue, en el 87% de los casos, África subsahariana.
En cuanto a los motivos del viaje, el 43% fueron VFR y el 45% fueron inmigrantes. Cuatro niños recibieron profilaxis para el paludismo durante el viaje.
Las características clínicas se detallan en la Tabla 2. Los motivos de consulta fueron: fiebre (72%), síntomas respiratorios (6%), diarrea (5%), síntomas cutáneos (4%) y otros (13%). El 64% fueron diagnosticados con infecciones comunes, el 27% con infecciones tropicales y el 9% con infecciones transmisibles.
Tabla 2. Motivos de consulta, diagnósticos e ingresos hospitalarios (n = 100) | ||
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Motivos de consulta | Fiebre | 72/100 |
Síntomas respiratorios | 6/100 | |
Diarrea | 5/100 | |
Síntomas cutáneos | 4/100 | |
Otros | 13/100 | |
Diagnóstico tras valoración | Infecciones comunes | 67/100 |
Infecciones importadas | 27/100 (24 de malaria) | |
Infecciones transmisibles | 5/100 | |
Ingresos
|
34/100 Mediana edad: 36 meses Malaria 13/34 |
|
Ningún niño falleció o presentó secuelas |
El 34% de los niños precisó ingreso, 38% de los cuales fueron VRF. El diagnóstico más frecuente en los niños ingresados fue malaria (44%). Ningún niño falleció ni presentó secuelas a largo plazo. La evolución de todos los niños fue buena.
La Tabla 3 recoge la aproximación según la categoría infecciosa.
Tabla 3. Aproximación según categoría infecciosa (n = 100) | |
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Infecciones comunes: | 67/100 |
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48/100 |
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9/100 |
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3/100 |
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3/100 |
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2/100 |
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1/100 |
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1/100 |
Infecciones transmisibles: | 5/100 |
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1/100 |
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1/100 |
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1/100 |
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1/100 |
|
1/100 |
No se detectaron casos de VHC, VHB, ni sífilis | |
Infecciones tropicales | 28/100 |
VHB: hepatitis B; VHC: hepatitis C; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana. |
Tabla 4. Características de los pacientes diagnosticados de malaria (n = 24) | ||
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Malaria | 24/100 | |
Síntomas | Fiebre | 18/24 (75%) |
Afebril consulta por otros síntomas:
|
6/24 (5 inmigrantes/1 VRF) (25%) 2 1 1 2 |
|
Características pacientes | Inmigrantes | 15/24 (62,5%) |
VRF | 8/24 (33,5%) | |
No recogido motivo de viaje | 1/24 (4%) | |
Exploración física | Hepatomegalia | 3/24 (13%) |
Esplenomegalia | 4/24 (17%) | |
Pruebas complementarias | Hb <10 gr/dl | 3/24 (13%) |
RDT positivos:
|
23/24 (95%) 1/24 (4%) |
|
Gota gruesa positiva Mediana de parasitemia <1% |
14/24 (58%) | |
PCR de Plasmodium falciparum:
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15 1 8 |
|
Ingresos por malaria |
Precisó ingreso Mediana de edad: 6,5 años |
15/24 (63%) |
Tratamiento intravenoso:
|
5/24 (20%) 4/24 (16%) 1/24 (4%) |
|
Tratamiento intravenoso recibido:
|
5/24 (20%) 2 de los 5 anteriores |
|
Tratamiento oral:
|
12 2 1 2 |
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Sospecha bacteriemia asociada | 4/24 (16%) | |
Transfusión de hemoderivados | 2/24 (8%) | |
Ingreso en UCIP | 1/24 (4%) | |
PCR: reacción en cadena de la polimerasa; RDT: test rápido de malaria; UCIP: Unidad de Cuidados Intensivos; VFR: visiting friends and relatives. |
En los hallazgos analíticos tres niños presentaron cifras de hemoglobina por debajo de 10 g/dL. Los RDT fueron positivos en 23 pacientes para Plasmodium falciparum, en uno de ellos coinfección por Plasmodium vivax. La gota gruesa fue positiva en 14 pacientes. La mediana de parasitemia fue menor del 1% (RI <1-1%).
De estos pacientes, el 63% precisó ingreso. Cinco de ellos precisaron tratamiento intravenoso, 4 por intolerancia oral, uno por malaria con datos de severidad. Cinco recibieron quinina más clindamicina, en dos de ellos se cambió durante el ingreso por artesunato IV. El 16% (4/24) de estos pacientes recibieron antibioterapia por sospecha de bacteriemia asociada. Dos niños precisaron transfusión de hemoderivados.
Una lactante de 8 meses precisó traslado a Unidad de Cuidados Intensivos (UCIP) por hipotensión y alteración de nivel de conciencia, y recibió tratamiento de soporte y antipalúdico (artesunato) con mejoría.
Se diagnosticaron cinco pacientes: infección por VIH, tuberculosis pulmonar, meningitis por meningococo serotipo W, infección por hepatitis A e infección por Giardia. No se detectaron casos de VHC, VHB ni sífilis.
Se diagnosticaron 67 pacientes: infección respiratoria de vías altas (48), diarrea aguda (9), infecciones cutáneas (3), neumonía (3), pielonefritis (2), bacteriemia por Salmonella no tiphy (1) y neumococo (1).
La patología importada es cada vez más frecuente en nuestro entorno y las enfermedades del viajero y de los inmigrantes son comunes en la práctica médica.
Los niños inmigrantes procedentes de países con recursos limitados son un grupo particularmente vulnerable debido a las carencias nutricionales, la residencia en condiciones de hacinamiento, la falta de acceso a agua potable y la falta de vacunación completa o ausente. Esto aumenta su riesgo de infecciones como la tuberculosis, el sarampión y las hepatitis A y B9. Por otro lado, los viajeros VFR carecen de inmunidad, debido a la falta de exposición a estas enfermedades en sus países de origen y, en general, no suelen tomar medidas preventivas, lo que los expone a formas más graves de la enfermedad10,11. La gran mayoría de pacientes en nuestro estudio son inmigrantes y viajeros VFR (88%).
En nuestra cohorte, las infecciones respiratorias fueron el diagnóstico más común en niños que acudieron a urgencias después de un viaje internacional. Sin embargo, es destacable que en un tercio de los viajeros (33%) se diagnosticaron infecciones tropicales y transmisibles, las cuales pueden asociarse a una morbimortalidad elevada si no se tratan adecuadamente, requiriendo hospitalización un tercio de los viajeros.
Es relevante señalar el alto número de pacientes diagnosticados de malaria, todos debido a P. falciparum con su potencial severidad y afectación cerebral. Este elevado porcentaje de casos se explica en parte por el hecho de que el destino del viaje fue, en el 87% de los niños, África subsahariana. Según la Organización Mundial de la Salud, hasta un 20% de los casos de malaria importada afectan a niños, de los cuales hasta un 10% desarrolla formas graves de la enfermedad, lo que subraya la importancia del diagnóstico y tratamiento temprano12. Coincidiendo con lo observado en otras cohortes, la exploración física en la mayoría de los niños con malaria fue normal, y los síntomas iniciales eran similares a los de infecciones comunes13.
Los niños con malaria pueden presentar síntomas inespecíficos, como vómitos, diarrea y dolor abdominal, que pueden interpretarse como una gastroenteritis; también pueden experimentar síntomas respiratorios que sugieran una neumonía. Además, en nuestro grupo, el 25% de los pacientes infectados con malaria no tenía antecedentes de fiebre, por lo que el historial de viaje, y no solo la fiebre, debería alertar sobre la posibilidad de padecer la enfermedad.
Un niño diagnosticado con malaria había regresado de África aproximadamente tres meses atrás. Aunque el 98% de los casos de malaria se diagnostican en los primeros tres meses después del viaje, un 2% se ha identificado hasta seis meses después14.
El diagnóstico resultó sencillo gracias a las pruebas de RDT, con una sensibilidad del 99%, en comparación con la gota gruesa, que tuvo una sensibilidad del 58% en nuestra cohorte. Esta diferencia en la sensibilidad puede deberse al bajo nivel de parasitemia, ya que ninguno de los niños había recibido tratamiento en los días previos. Los RDT son una técnica sencilla, independiente del observador, que permite iniciar el tratamiento de forma temprana15,16.
El 96% de los pacientes incluidos en nuestro estudio no había tomado medidas preventivas durante el viaje. Estas oportunidades perdidas del sistema sanitario para prevenir enfermedades se describen en otros estudios similares. Las barreras más significativas incluyen la dificultad para acceder a la atención médica antes del viaje y el costo de la profilaxis. Identificar a posibles viajeros y promover el uso de profilaxis en la Atención Primaria podría tener un impacto positivo en los casos de patología importada17,18.
Nuestro estudio tiene limitaciones, como el tamaño de la muestra limitado y el sesgo de selección, ya que no se incluyeron aquellos pacientes atendidos en urgencias con patologías banales, en los que no se mencionó claramente la posibilidad de un viaje.
En nuestra cohorte, la malaria fue la enfermedad más común en niños con fiebre después de un viaje a zonas endémicas, tras las infecciones comunes. Los síntomas iniciales de enfermedades importadas potencialmente mortales fueron indistinguibles de las infecciones banales. La mayoría de los niños en nuestro estudio no tomaron medidas preventivas durante el viaje, lo que subraya las oportunidades perdidas del sistema de salud para prevenir enfermedades.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
Todos los autores han contribuido de forma equivalente en la elaboración del manuscrito publicado.
PCR: reacción en cadena de la polimerasa · RDT: test rápido de malaria · RI: rango intercuartílico · SEIP: Sociedad Española de Infectología Pediátrica · UCIP: Unidad de Cuidados Intensivos · VFR: visiting friends and relatives · VHB: hepatitis B · VHC: hepatitis C · VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.
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