Vol. 25 - Num. 32
Casos clínicos. Dermatología
María Velázquez Gonzáleza, Cristina Victoria Acero Cerroa, Samuel Bonilla Fornésa, M.ª Gadea de Peralta Alonsoa, Lidia Jiménez Tejadab
aMIR-Pediatría. Hospital Materno Infantil de Badajoz. Badajoz. España.
bPediatra. CS Jerez de los Caballeros. Badajoz. España.
Cómo citar este artículo: Velázquez González M, Acero Cerro CV, Bonilla Fornés S, de Peralta Alonso MG, Jiménez Tejada L. Lesiones cutáneas de difícil resolución . Rev Pediatr Aten Primaria. 2023;(32):e29-e30.
Publicado en Internet: 31-03-2023 - Número de visitas: 2498
Se presenta el caso de una niña de 17 meses de edad con lesiones cutáneas que aparecen a partir de varias picaduras de insecto en el tobillo. Se realiza tratamiento sintomático, con recidiva de las lesiones inicialmente y mejoría posterior.
Niña de 17 meses de edad que consulta en el centro de salud por presentar varias picaduras de insecto en el tobillo izquierdo, asociadas a prurito importante. Como único antecedente había tenido un cuadro febril diez días antes, que se resolvió de forma espontánea. En la exploración física se visualizan múltiples lesiones papuloeritematosas de menos de un centímetro de diámetro en el tobillo izquierdo con edema circundante, sin signos de sobreinfección local. Se indica tratamiento sintomático con corticoide tópico y antihistamínico oral.
La paciente vuelve a consultar una semana después por aparición de nuevas lesiones en la zona proximal de la pierna derecha, cara y antebrazo derecho (Fig. 1). Sigue presentando prurito, sobre todo nocturno. Se visualizan varias lesiones papuloeritematosas de características similares en dichas localizaciones, con lesiones costrosas en tobillo izquierdo. Mucosa oral, palmas, plantas y cuero cabelludo sin alteraciones cutáneas. Diagnóstico de posible prurigo, por lo que, dada la sintomatología importante, se realiza tratamiento con corticoide oral durante dos días, continuando con la administración del antihistamínico.
En consultas sucesivas se observa buena evolución de las lesiones inicialmente, aunque unas semanas después persiste el prurito. En el domicilio familiar no hay otras personas con sintomatología similar. Ante la visualización de lesiones en distinto estadio clínico y la ausencia de vacunación de varicela hasta el momento actual, se solicita analítica sanguínea (sin alteraciones significativas) y serología IgM e IgG de virus varicela-zoster (negativa).
Durante unas semanas la niña continúa con aparición de nuevas lesiones de características similares. Se continúa tratamiento sintomático hasta su total resolución.
Los autores declaran la ausencia de conflicto de intereses en la redacción del presente artículo.
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