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Artículo sin valoraciones

Vol. 23 - Num. 30

Casos clínicos. Miscelánea

Doctora, beber zumo me da vergüenza

Cristina Eugenia Gilarte Herreraa, Filip Camil Olteanu Olteanua, Fátima Hernández Tienzaa, Isabel Miras Aguilara, Cristina Llorente Ruiza, Esther Bernal Vañób

aMIR-Pediatría. Hospital Universitario de Guadalajara. Guadalajara. España.
bPeditra. CS Azuqueca de Henares. Guadalajara. España.

Cómo citar este artículo: Gilarte Herrera CE, Olteanu Olteanu FC, Hernández Tienza F, Miras Aguilar I, Llorente Ruiz C, Bernal Vañó E. Doctora, beber zumo me da vergüenza. Rev Pediatr Aten Primaria. Supl. 2021(30):247.

Publicado en Internet: 30-11--0001 - Número de visitas: 2611

INTRODUCCIÓN

El síndrome de Frey o del nervio auriculotemporal, entidad poco frecuente en Pediatría, se define por episodios de rubor o sudoración en el territorio de inervación auriculotemporal desencadenados por estímulos gustativos, principalmente ácidos. Estos tienen lugar minutos después de la ingesta, con una duración variable y desaparición espontánea, sin otra sintomatología acompañante. La aparición de los síntomas suele coincidir con el inicio de la alimentación complementaria a los 5-6 meses de edad. Su etiología no está bien definida, si bien se ha relacionado con la regeneración aberrante tras trauma (fórceps en el parto), infección o tumor parotídeo, o alteración congénita en el trayecto de las fibras parasimpáticas del nervio auriculotemporal. Puede confundirse con alergia alimentaria, pero una adecuada anamnesis permite diferenciarlo de esta. No requiere estudios complementarios, salvo una prueba de provocación. No precisa tratamiento ni restricciones alimentarias. Generalmente, desaparece espontáneamente en semanas o años.

CASO CLÍNICO

Niña de seis años que acude a la consulta de su pediatra de Atención Primaria porque “desde siempre” presenta eritema facial unilateral inmediatamente después de la ingesta de frutas y zumos, que se resuelve de forma espontánea al cabo de unos minutos. No asocia prurito o angioedema, síntomas respiratorios ni digestivos. Se trata de la segunda hija de padres no consanguíneos, con embarazo controlado y cesárea a las 39 semanas sin incidencias. No presenta antecedentes personales de interés ni alergias conocidas hasta el momento. A la exploración física no presenta ningún dato relevante.

Ante la clínica expuesta, con baja sospecha de reacción alérgica, se decide realizar test de provocación en la consulta. Se pide a la paciente que tome un zumo, observándose a los pocos minutos eritema facial que se extiende de forma unilateral por el territorio inervado por el nervio auriculotemporal. Se mantiene en observación durante unos minutos en los que se resuelve la clínica, sin presentar otra sintomatología salvo el rubor facial.

La prueba de provocación junto a la clínica expuesta, confirmaron las sospechas de síndrome de Frey, sin requerir ninguna prueba complementaria.

CONCLUSIONES

Ante cualquier paciente, la herramienta más poderosa en consulta es la anamnesis. En este caso, una correcta historia clínica junto a la prueba de provocación permitió confirmar la sospecha clínica de síndrome de Frey. Se trata de una entidad probablemente infradiagnosticada que se debe tener en cuenta ante cuadros de rubor facial tras la ingesta de ciertos alimentos y que no cuadren con una alergia alimentaria.

CONFLICTO DE INTERESES

Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.

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