Massiel Venegasa, Berenice Nayta Vallesa
aTrabajo Social. Universidad Adventista de Chile. Chillán. Chile.
Correspondencia: M Venegas. Correo electrónico: massielcarolinav@gmail.com
Cómo citar este artículo: Venegas M, Valles BN. Factores de riesgo que inciden en el embarazo adolescente desde la perspectiva de estudiantes embarazadas. Rev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:e109-e119.
Publicado en Internet: 31-07-2019 - Número de visitas: 60261
Resumen
Introducción: los casos estudiados vivencian abandono emocional directo e indirecto por parte de sus padres y contextos de privación social y cultural. El embarazo en la adolescencia también acarrea desventajas expresadas por las alumnas: pérdida de la libertad, asumir responsabilidades parentales, exclusión del grupo de pares, dedicándose la madre adolescente al cuidado del bebé.
Objetivo: el objetivo de este trabajo es dar a conocer los factores de riesgo que inciden sobre la ocurrencia de embarazos adolescentes desde la perspectiva de estudiantes embarazadas.
Material y métodos: cualitativo, que se basa en la perspectiva fenomenológica. Se realizaron entrevistas semiestructuradas a 6 estudiantes embarazadas entre 16 y 19 años provenientes de un sector rural de Chile.
Resultados: en la mayoría de los casos no hubo deserción del sistema escolar, pero estas adolescentes no vivencian la etapa de la adolescencia de manera similar a sus compañeras que no son madres, centrándose en su rol de madre y no de hija dependiente del cuidado de sus padres, lo que acarrea conflictos internos, generando angustia, miedo, sentimiento de culpa y frustración, cambiando drásticamente la reacción o respuestas ante los acontecimientos del diario vivir, acelerando el proceso de maduración cognitiva que a su edad correspondería, modificando su conducta, necesidades y prioridades.
Conclusión: los resultados obtenidos constituyen un llamado de alerta y un incentivo a la revisión y promoción de estrategias para prevención del embarazo adolescente.
Palabras clave
● Embarazo en la adolescencia ● Factores de riesgoLa adolescencia se considera como un periodo particular de maduración. Es una fase importante donde se inicia el proceso de individuación de forma consciente y se define la identidad, de manera que se consiga la emancipación1. Se destaca que en este periodo los límites entre identidad y narrativa son permeables, pero se irán solidificando en el camino hacia la adultez2. Se espera que al final de este periodo el adolescente asuma la independencia de su familia de origen y se dirija hacia roles y metas de acuerdo con su inteligencia, habilidades y posibilidades del entorno3. No obstante, es importante que disponga de la información necesaria para elegir y que la familia le permita interpretar los roles que escoge; es decir, que pueda ser autónomo, porque elegir sus propias reglas es también elegir sus propias opciones4.
En esta etapa de vida, el fenómeno del embarazo adolescente se presenta como un tema de interés en buena parte de los países del mundo. Esto se manifiesta tanto por sus características epidemiológicas como por las implicaciones sociales, familiares y personales a la que está vinculada.
Se observa un número creciente de madres adolescentes que sufren diversos impactos negativos para su integración social. El embarazo adolescente en el contexto latinoamericano ha creado un círculo vicioso de desigualdad que impide a las mujeres y a sus hijos salir de la pobreza5.
En Chile, nacen cada año alrededor de 40 355 recién nacidos cuyas madres tienen entre 15 y 19 años. A esta cifra, se agregan otros 1175 nacimientos en menores de 15 años. De esta forma, la incidencia del embarazo en la adolescencia es de alrededor de 16,16%6.
Desde la perspectiva sociocultural, la adolescente embarazada limita sus oportunidades de estudio y trabajo, puesto que la mayoría de ellas se ve obligada a desertar del sistema escolar, quedando la adolescente con un nivel de escolaridad muy bajo que no le permite acceder a un trabajo digno que le permita satisfacer, al menos, sus necesidades básicas. Esta situación se ve agravada por su condición de madre soltera en que la queda la mayoría de estas adolescentes, debido a que la pareja es generalmente un adolescente o joven que no asume su responsabilidad paterna, lo que provoca una situación de abandono afectivo, económico y social en la madre y el niño7.
La literatura científica sobre deserción es extensa. Algunos recuentos de esta literatura resumen los factores de riesgo de deserción, estos se pueden agrupar en factores de nivel individual, de nivel escuela, factores familiares y factores comunitarios. Los factores individuales incluyen el bajo desempeño académico, actitudes negativas frente al aprendizaje, o comportamientos problemáticos no académicos (por ejemplo, embarazo adolescente o uso de alcohol y drogas). Los factores de nivel escuela que han mostrado ser determinantes de la deserción se refieren especialmente a la calidad de los profesores. Entre los factores familiares, cobran importancia la pertenencia a un hogar uniparental y la baja escolaridad de los padres8.
Del total de estudiantes embarazadas, el 40% son adolescentes de entre 14 y 17 años. En relación con la deserción escolar como consecuencia del embarazo, se distingue como uno de los factores más recurrentes, ya que el 28,9% de las adolescentes que quedan embarazadas desertan del colegio. Es por esto por lo que en la investigación se identificó qué otros factores inciden en los cambios sociales que experimentan las adolescentes y cómo el medio que las rodea les facilita un embarazo temprano9.
Los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica 2013 muestran diferencias entre hombres y mujeres con relación a las razones para no asistir a un establecimiento educacional, la causa principal en el hombre es la dificultad económica (23,6%), en cambio, en las mujeres, es la maternidad o embarazo (28,7%)10.
En este estudio se ha usado una metodología cualitativa, basándonos en la perspectiva fenomenológica, desde en el punto de vista de las informantes, con el fin de reconstruir las formas de sentir, pensar y actuar de las estudiantes embarazadas. Los datos se obtuvieron a través de entrevistas en profundidad y observación de campo donde las investigadoras comprenden y explican el fenómeno desde una noción holística, interpretativa y, por ende, empática, que se rige por las experiencias.
Las entrevistas fueron realizadas de forma individual durante un periodo de varios días y sin presencia de terceras personas. Las entrevistas eran semiestructuradas, de manera que los sujetos podían agregar cualquier elemento de interés con el fin de hacerlas más interactivas, participativas y propias.
Para un análisis completo de los textos del discurso, se llevó a cabo un análisis descriptivo de los testimonios. Además, se crearon dimensiones y subdimensiones para permitir un análisis más detallado.
El contenido de las entrevistas fue agrupado por dimensiones, teniendo en cuenta un contenido temático similar.
Existen diversas percepciones acerca del embarazo en la adolescencia desde la perspectiva de las estudiantes, ya que, su estabilidad emocional en este proceso depende del apoyo mostrado por los principales involucrados: los padres de sus hijos y sus familias, lo que en algunos casos favoreció el cuidado hacia ellas, aunque, debido al acontecimiento vital estresante, ellas pasaron por diversas conflictos familiares e individuales.
Sin embargo, las mayores dificultades de la maternidad a temprana edad, en el caso de las estudiantes, es que continúan dependiendo económicamente de sus familias, ya que cohabitan con ellos en el 80% de los casos. Esto también tiene repercusiones en el sistema familiar, ya que un embarazo es un acontecimiento que reestructura el funcionamiento familiar e incorpora a la vida familiar nuevos roles, lo que produce diversos cambios sociales y roces en el interior del sistema familiar, como hacinamiento, conflictos interpersonales, etc.
En una primera instancia las familias de procreación reaccionaron de diversas maneras frente a este acontecimiento vital estresante que ocurrió en la vida de sus hijas.
Sin duda que cada ser humano posee una individualidad singular y esto se manifiesta en su personalidad, creencias, valores y metas personales. Sin embargo, a pesar de la singularidad de las estudiantes embarazadas, estas comparten algunas características psicosociales que se han identificado como: baja autoestima, escasa vida social con su grupo de pares, y necesidad de pertenencia; lo cual se observó implícitamente en las entrevistas en profundidad y en la historia de vida de cada una de ellas.
Con respecto a la visión que proyectan en su autoimagen, las estudiantes embarazadas en algunos de los casos se perciben a sí mismas con una imagen negativa, autocrítica, resaltando solo los aspectos negativos de su personalidad, y esto se relaciona directamente con el bajo nivel de autoestima que ellas se atribuyen a sí mismas, generalmente quienes mayormente influyen en la construcción de nuestra personalidad y aceptación son los grupos primarios a los que pertenecemos como seres humanos: la familia, los amigos y las relaciones de pareja.
Sin duda que la autoestima es un valor subjetivo que cada ser humano tiene por sí mismo, por sus virtudes y defectos, en el caso de las estudiantes embarazadas, a pesar de la baja autoestima de partida, esta se ha revertido. Actualmente se ha incrementado a través del tiempo, ya que el hecho de tener una pareja estable les otorga seguridad en sí mismas, la maternidad les ofrece además de las responsabilidades que emanan de este rol, innumerables satisfacciones que ellas perciben de su experiencia del embarazo, reflejándose la capacidad resiliente de asumir los cambios generados a partir de este acontecimiento vital. En consecuencia, la naturaleza patológica-psicológica (asociada a la vida emotiva de las estudiantes entrevistadas) determina el modo de proceder y representarse la vida.
El sentido de pertenencia es una necesidad vital para cada del humano; al parecer, en la experiencia de las estudiantes embarazadas es un factor de riesgo, ya que sus familias eran en gran medida desligadas, por lo que ellas buscaban satisfacer sus necesidades fuera del grupo familiar, donde la pareja es un soporte social de gran relevancia para la seguridad emocional experimentada en el caso de las adolescentes. No obstante, la llegada del hijo pasa a ser un ancla que las motiva y les otorga esa seguridad que necesitan, ya que desde ahora en adelante ellas poseen un hijo que les pertenece y le proyecta esa compañía que inconscientemente buscaban y actualmente les otorga el hijo.
En el periodo de la adolescencia, las figuras significativas en el desarrollo psicosocial de los jóvenes son desempeñadas por el grupo de pares, llámense amigos, compañeros del colegio, etc.; no obstante, el adolescente busca identificar o internalizar modelos de conducta.
Uno de los factores psicosociales de riesgo para las estudiantes embarazadas es la escasa vida social con su grupo de pares, ya sean grupos informales como los amigos o grupos de referencia a los que se aspira a pertenecer.
Uno de los factores que interfieren en la escasa relación con el grupo de pares es, en parte, la personalidad de las alumnas embarazadas, en algunos casos cuando poseen rasgos mayormente introvertidos, se relacionan escasamente con las personas o mantienen relaciones superficiales; no obstante, a veces las relaciones de pareja son un tipo de obstaculizador, cuando esta pareja controla excesivamente las actividades de ellas y les impiden juntarse con amigos de ambos sexos, lo cual hace que el adolescente se centre y cierre en una relación dependiente.
En esta dimensión se analizó la influencia que tiene la cultura limitada espacial, en donde se consideraron aspectos como el nivel socioeconómico y el nivel educativo además de verificar si estas dimensiones tuvieron predominio sobre el embarazo adolescente.
Según el modelo Ecológico Bronfenbrenner11, en el cuarto nivel del macrosistema señala que el desarrollo de las personas es producto de múltiples influencias que provienen de diferentes niveles contextos en el que se desempeñan. Las influencias entre el sujeto y el medio son bidireccionales. Este postulado señala al sujeto como un ente dinámico que es influido por su medio, pero que de igual forma tiene la capacidad de reestructurar el medio donde vive.
Este punto se refiere al estándar de vida que poseen las estudiantes entrevistadas, quienes pertenecen a los primeros tres quintiles del ingreso socioeconómico, el cual se manifiesta en la escasez de recursos económicos y de redes sociales, lo que dificulta su realización personal.
Según su testimonio, las estudiantes se sienten condicionadas por el medio en relación con la situación de embarazo que les ha tocado vivir, siendo, por ende, el factor socioeconómico un elemento fundamental al momento de comprender y configurar su proyecto de vida, no contemplando dentro de sus recursos personales y sociales la posibilidad de acceso a las redes sociales e institucionales como un posible apoyo frente a su condición socioeconómica adversa.
En este sentido, surgen interrogantes en relación con el impacto social real que poseen las instituciones relacionadas con la atención de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad, todo esto desde la perspectiva de la responsabilidad social que estas poseen en cuanto a mejorar y difundir la calidad de vida entre los sectores más vulnerables y los que no poseen un acceso adecuado a los beneficios sociales que otorgan las políticas sociales. Lleva a cuestionar el impacto de los programas de integración social e igualdad de oportunidades en relación con el género, el impacto de los programas de salud sexual y reproductivo y cómo estos no logran del todo un acceso fluido a la población adolescente femenina de escasos recursos.
El indicador de su dimensión socioeconómica es el ingreso socioeconómico de los padres de las estudiantes, quienes se dedican a trabajos temporales, actividad que entrega baja retribución monetaria y que alcanza los niveles límites de pobreza… (fuente: ficha personal de las estudiantes).
Esta dimensión hace referencia al nivel de conocimientos adquiridos en áreas importantes, en especial por parte de los padres, de las alumnas de población en estudio. En esta dimensión se analizó la influencia en sus generaciones y cómo la falta de ella puede ser un riesgo en las familias para el logro del desarrollo personal y la calidad de vida, ya que el conocimiento entrega seguridad y herramientas para conducir y prevenir.
El indicador de la dimensión del nivel educativo es la escolaridad incompleta de los padres de las alumnas de la población de estudio; la gran mayoría de ellos no llegó a la educación media, lo que repercute en los bajos ingresos financieros que consiguen. Además, las entrevistadas, en su gran mayoría, son adolescentes que se encuentran a mitad de proceso de su educación media (fuente: ficha personal de las estudiantes).
Se puede concluir que, en la mayoría de las alumnas entrevistadas, existen elementos comunes en lo que respecta a los factores sociales. Se destaca el desarrollo de las actividades de su familia, la pertenencia a familias de baja escolaridad y el nivel socioeconómico en general.
Por otro lado, en lo que respecta a las razones por las cuales se vieron involucradas en situaciones de embarazo, destacan básicamente los siguientes motivos:
En esta temática se presenta la estructura familiar como un factor social predominante en la proliferación del embarazo adolescente de las estudiantes, ya que, el adecuado funcionamiento de un núcleo familiar establece pautas adecuadas de crianza, para que los miembros de las familias vivencien correctamente cada una de las etapas de su desarrollo psicosocial12.
La dinámica familiar es entendida como la interacción entre un subsistema y otro al interior del grupo familiar, y es de vital importancia comprender el funcionamiento del grupo familiar en lo que respecta al cumplimiento de roles, la comunicación entre sus miembros y límites entre un subsistema y otro; cuando los límites son difusos, es mayormente factible que la familia sea disfuncional o multiproblemática.
Con respecto a la interacción que se daba entre las estudiantes embarazadas y sus familias, existen diversos factores que se involucran en estos casos, padres e hijos con problemas de comunicación que derivan en conflictos al interior del grupo familiar, por el abandono emocional que experimentan las adolescentes; a su vez existen díadas, tríadas y coaliciones entre los subsistemas familiares, ya sea, por afinidad o atención prestadas a los hijos de estas familias, ya que estas cohabitaban en algunos casos con hermanos de diferentes uniones conyugales, lo cual ocasiona que los miembros excluidos del grupo familiar satisfagan sus necesidades fuera del grupo familiar, ya sea con los grupos de pares a los cuales pertenecen y en sus relaciones de pareja.
Cabe señalar que las familias de procreación, en su amplia mayoría, son desligadas, con respecto a los límites al interior del grupo familiar, dado lo anteriormente descrito en cuanto a las díadas, tríadas y coaliciones entre los subsistemas. Respecto a lo expresado por las estudiantes, sus padres ejercían una paternidad permisiva o autoritaria que favorece las disfunciones al interior del grupo familiar, en relación con el incumplimiento de roles parentales, condicionados en parte por el nivel de instrucción de los padres.
En el ámbito de la educación sexual, esta representa un aspecto de gran importancia en la formación integral de las personas porque, más allá del conocimiento puramente biológico, implica procesos trascendentales como la construcción de la identidad de género o las relaciones afectivas, ya que, estos patrones son transmitidos desde el grupo familiar, en el cual están influidos los patrones culturales de la comunidad a la que pertenecen las estudiantes. No obstante, la afectividad tiene una connotación mayor al inicio de las relaciones sexuales de las adolescentes, ya que, si la familia a la cual pertenecen suple las necesidades afectivas de sus hijas estás no se anticiparían a buscar intimidad sexual o seguridad emocional en su pareja tan prontamente.
En la adolescencia son frecuentes los comportamientos sexuales de riesgo al no tener una adecuada información sobre los métodos anticonceptivos y actuarán basados en las opiniones y conceptos que pueden estar plagados de mitos y criterios erróneos en la mayoría de las ocasiones. También es posible que no utilicen de forma sistemática y correcta los métodos anticonceptivos, las relaciones sexuales no son planificadas y esporádicas, y es probable que no se protejan13.
Es por ello por lo que, en esta temática, las estudiantes embarazadas declaran que utilizaban métodos anticonceptivos de manera irregular, sin embargo, claramente en este tema las estudiantes no tenían mayor aspiración profesional, sino más bien comentaron el tener relaciones sexuales porque necesitaban ese afecto, la seguridad emocional que no se les proporcionaba en sus hogares y que les aportaban sus parejas.
En relación con esta temática, el colegio no posee programas de educación sexual, ya que no posee los recursos humanos para ejecutar este tipo de programas, no cuentan con un orientador, y solo desde el presente año poseen clases de orientación dentro de su plan de estudios como una manera de potenciar el desarrollo integral de sus estudiantes; sin embargo, la educación sexual no ha sido abordada explícitamente, dado lo anteriormente expuesto.
A partir de las opiniones recogidas de nuestras entrevistadas, podemos concluir que se logra plasmar las experiencia de las estudiantes embarazadas, ya que la metodología permitió que el equipo investigador llegara a la esencia del fenómeno más allá del acontecimiento del embarazo, reflejando las percepciones individuales psicosociales de las adolescentes.
La dimensión relacionada con la autoestima se configuró como un factor que incidió en el embarazo de las seis entrevistadas: al contar con una baja autoestima las estudiantes no sienten seguridad en sí mismas y buscan una persona fuera de su hogar que les entregue amor, dedicación y afecto. Claro está que los mensajes que recibimos desde pequeños se hacen nuestros en sí mismos, ya que la autoestima se va conformando por lo que los demás piensan que soy (y que me transmiten mediante palabras y actitudes), lo que yo creo que los demás piensan que soy (que implica la elaboración subjetiva de tales mensajes) y lo que en realidad yo mismo creo que soy (se instaura aquí una perspectiva personal que está en estrecha vinculación con las anteriores).
Cabe señalar que es un factor preponderante que en el hogar la adolescente desarrolle su autoestima, lo que le da las herramientas para considerar lo importante que es el aceptarse a sí misma y la valoración en su núcleo familiar.
Con respecto a su grupo de pares, las estudiantes reconocen que desde que comenzaron sus respectivas relaciones de pareja se centraban absolutamente en su pareja, siendo ellos celosos y manifestando la negativa a que se reuniesen con sus grupos de pares, por lo que estas fueron dejando de lado cualquier relación social, apegándose al cariño, amor, atención que les entregaba sus parejas y modificando su dinámica social.
En relación con los roles ejercidos, en la mayoría de los casos de las estudiantes embarazadas, estas vivenciaban un abandono emocional directo e indirecto por parte de sus padres, ligado a las disfunciones familiares, ya que en el 50% de los casos las familias eran monoparentales, donde las madres eran quienes sustentaban económicamente el grupo familiar, por lo que los hijos pasan mayor parte del tiempo solos, lo que puede favorecer que satisfagan sus necesidades fuera del grupo familiar, siendo más vulnerables con ello a la influencia de terceros, además de no contar con el modelo paterno que otorga generalmente los límites, seguridad emocional y la seguridad en sí mismos, por lo que tienden a ser sujetos mayormente inseguros, lo cual afecta a su autoestima y a su desarrollo psicosocial.
Además el tipo de paternidad ejercida por los padres es dicotómico, ya que en algunos casos se observa una paternidad permisiva o laissez faire que carece de límites, donde el adolescente tiene todo permitido, no hay respeto de normas, y como seres humanos es una necesidad de contar con límites, el hombre como actor social de una comunidad debe adaptarse a sistemas en lo que participa, asumiendo normas de comportamiento, valores, tradiciones, etc.; y en otro extremo se encuentra la paternidad autoritaria que se caracteriza por exceso de normas, donde los adolescentes tienen escasa autonomía, lo cual permite que sean personas inseguras e influenciables y les impide tomar decisiones por sí mismas.
A nivel institucional, la educación sexual entregada por el colegio es deficiente, por no decir nula, la institución no posee orientador, ni programa de Educación Sexual y afectividad para sus estudiantes, lo cual es una desventaja que favorece la proliferación del embarazo adolescente, siendo una de las problemáticas mayormente sentidas por los actores de la comunidad estudiantil, llámense alumnos, docentes, codocentes y directivos, por lo que actualmente se ha implementado en el avance curricular de los alumnos las clases de orientación, donde los docentes han trabajado mayormente en la prevención de problemáticas sociales como embarazos no deseados, acoso escolar, prevención de tabaquismo, violencia en todo sus tipos, etc. A su vez, la falta de programa de educación sexual se suma a la escasa y escueta información entregada por los padres.
Finalmente, del testimonio de las estudiantes y desde el contexto rural en el que se desenvuelven, la institucionalidad resta importancia al tema de la educación sexual, donde permanecen los mitos y creencias asociadas a la sexualidad. Es allí donde radican las bases del desconocimiento sobre la educación sexual y es ahí en donde la política pública debería causar un mayor impacto, todo esto, esto con una mediación más vigilada, exigiendo que las Instituciones representantes del Estado en conjunto a la sociedad civil, sean responsables de su difusión masiva y específica.
Las autoras declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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