Vol. 20 - Num. 79
Notas clínicas
Paula García Sáncheza, María El Kadaoui Calvob, Blanca Sáez Gallegoc
aServicio de Urgencias. Hospital Universitario Infantil La Paz. Madrid. España.
bPediatra. CS Arroyo de la Media Legua. Madrid. España.
cMIR-Pediatría. Servicio de Pediatría. Hospital Universitario La Paz. Madrid. España.
Correspondencia: P García. Correo electrónico: paula.garsa@gmail.com
Cómo citar este artículo: García Sánchez P, El Kadaoui Calvo M, Sáez Gallego B. Crisis convulsivas y alteraciones cutáneas: presentación de un caso de esclerosis tuberosa. Rev Pediatr Aten Primaria. 2018;20:253-6.
Publicado en Internet: 05-09-2018 - Número de visitas: 10507
Resumen
La esclerosis tuberosa es un síndrome neurocutáneo caracterizado por el desarrollo de hamartomas en distintos órganos. Presenta una herencia autosómica dominante, aunque más del 60% de los casos se deben a mutaciones de novo. La presentación clínica es muy variable, incluyendo principalmente manifestaciones cutáneas, neurológicas, renales, cardiacas y oculares. El diagnóstico se establece por criterios clínicos y estudio genético. El tratamiento consiste en control de la sintomatología neurológica y de otras manifestaciones sistémicas. Presentamos el caso de una niña de cuatro años remitida a Urgencias por crisis convulsivas de corta duración durante una semana, con hallazgo en el examen físico de lesiones cutáneas típicas de esclerosis tuberosa. Las pruebas de neuroimagen revelaron los característicos tuber cerebrales. Se realiza una breve revisión de esta enfermedad.
Palabras clave
● Convulsiones ● Esclerosis tuberosa ● HamartomaNiña de cuatro años y siete meses originaria de China remitida a Urgencias por su pediatra por presentar desde hace una semana episodios de desconexión de unos diez segundos de duración, con mirada fija y movimiento de cabeceo. En una ocasión presentó movimientos tónico-clónicos de miembro superior izquierdo durante 15 segundos. Recuperación espontánea sin periodo poscrítico. Afebril, sin otra sintomatología. Antecedentes personales y familiares desconocidos (adopción hace dos meses).
En el examen físico presenta máculas acrómicas en el tronco y las extremidades, angiofibromas y colagenomas faciales, además de una característica placa de Chagrin en espalda. La exploración neurológica es normal, sin datos de focalidad. Crecimiento y desarrollo adecuados para su edad (peso en p45 y talla en p30).
En Urgencias se realizan un análisis sanguíneo y de tóxicos en orina, con resultados normales. Se solicita una tomografía computarizada (TC) craneal (Fig. 1) en la que se identifican lesiones parenquimatosas, la mayoría calcificadas, con distribución periventricular.
Ante este cuadro se decide su ingreso para completar el estudio. En la planta de hospitalización se realiza un electroencefalograma (EEG) que muestra signos leves de afectación cerebral y anomalías epileptiformes intercríticas multifocales, registrándose una crisis eléctrica originada en región centro-temporal derecha sin manifestaciones clínicas. Dada la sospecha de esclerosis tuberosa, se amplía estudio cardiológico (sin hallazgos), renal (quistes bilaterales) y oftalmológico (hipermetropía), y se solicita estudio genético.
La resonancia magnética (RM) craneal (Fig. 2)muestra una imagen nodular de 11 mm cercana al agujero de Monro derecho, correspondiente a un astrocitoma subependimario de células gigantes (SEGA).
Al ingreso se inicia tratamiento antiepiléptico con ácido valproico (30 mg/kg/día), sin repetirse las crisis durante su estancia hospitalaria. Tras dos meses de seguimiento en consulta, refiere la persistencia de 1-2 crisis semanales, consistentes principalmente en desconexión del medio durante 15 segundos, con movimientos de cabeceo y mirada fija. Se asocia al tratamiento oxcarbazepina (30 mg/kg/día), con adecuado control posterior de las crisis.
Ha continuado seguimiento en consultas de Neurología (manteniendo tratamiento con ácido valproico y oxcarbazepina sin presentar nuevas crisis desde los cinco años), Nefrología (con imagen compatible con angiomiolipoma en último control ecográfico) y Dermatología (precisando sirolimus local como tratamiento de sus angiofibromas). El estudio genético demostró mutación en el gen TSC2.
La esclerosis tuberosa es un síndrome neurocutáneao caracterizado por el desarrollo de hamartomas en distintos órganos. Presenta una herencia autosómica dominante, aunque más del 60% de los casos se deben a mutaciones de novo. Es causado por mutaciones en los genes TSC1 y TSC2, que codifican para las proteínas hamartina y tuberina, respectivamente 1. La presentación clínica es muy variable, predominando las manifestaciones cutáneas, neurológicas, renales, cardiacas y oculares2.
Anomalías dermatológicas3,4:
Anomalías neurológicas:
Anomalías renales7:
Anomalías cardiacas7: los rabdomiomas cardiacos (50%) pueden detectarse en el periodo prenatal y suelen resolverse espontáneamente, aunque a veces causan arritmias o insuficiencia cardiaca. Se localizan preferentemente en los ventrículos y el septo.
Anomalías oculares: gliomas retinianos o del nervio óptico o nódulos elevados conocidos como lesiones en mora 4.
Otras: manifestaciones óseas (quistes, neoformación ósea perióstica, esclerosis), lesiones pulmonares (quistes, linfangioleiomiomatosis)7.
La esclerosis tuberosa es una entidad infrecuente, con un amplio espectro de manifestaciones clínicas, incluyendo manifestaciones cutáneas, renales, neurológicas, cardiacas, oculares, óseas o pulmonares, dependiendo de la localización de los tumores. El diagnóstico se realiza predominantemente basándose en los hallazgos clínicos por lo que el conocimiento de esta entidad es fundamental en Atención Primaria 3. El manejo posterior requiere un abordaje multidisciplinar debido a la variabilidad clínica.
Las autoras declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
EEG: electroencefalograma • RM: resonancia magnética • SEGA: astrocitoma subependimario de células gigantes • TC: tomografía computarizada.
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