Refugiados y crisis migratoria: penosa respuesta mundial

• Refugee and migrant crisis: the deficient global response. Lancet. 2016;388:633.

Se trata de un editorial de esta prestigiosa revista, The Lancet, a propósito de la celebración, el 19 de agosto, del Día Humanitario Mundial, en el que se pretende hacer campaña a favor de un mundo más humano, que atienda a las necesidades de los más vulnerables. Es una gran oportunidad para reflexionar sobre la respuesta mundial a una de las mayores crisis humanitarias y de salud de nuestro tiempo: la de los emigrantes y refugiados forzosos. En septiembre se ha convocado una cumbre de alto nivel en la sede de la Asamblea General de Naciones Unidas (NU) para garantizar una respuesta coordinada y humana a tan grave problema. Se elaboró a principios de agosto un borrador de declaración para debatir en la mencionada cumbre. Aunque hace mención a las obligaciones emanadas de los grandes acuerdos firmados por todos los países, como la Carta de NU, la Declaración de los Derechos Humanos y la Carta del Refugiado, no es vinculante y está redactada en términos vagos, no comprometedores. Además, retrasa a 2018 el Pacto Mundial para los refugiados, lo cual resulta escandaloso ante la urgente situación carencial de gran parte de esta población.

En el apartado de salud, algunos de los puntos del mencionado borrador son prometedores, como la declaración sobre salud sexual y reproductiva. No obstante, continúa con imprecisiones poco alentadoras y de escaso compromiso.

A pesar de la debilidad del borrador de declaración, algunos han elogiado su tendencia distinta al clima de hostilidad y xenofobia que se ha extendido en muchos países, según denuncias de asociaciones pro derechos humanos. Incluso en Alemania, el país europeo con más acogidos, los refugiados encuentran serios problemas para acceder a los cuidados de salud que teóricamente tienen reconocidos.

Recientemente se han aprobado los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. Sus principales lemas son: “Que nadie se quede atrás” y “Esforzarse por poner a los más alejados a la par de los primeros”. Los refugiados deberían confiar en la comunidad internacional para recibir la ayuda que necesitan para vivir las vidas a las que tienen derecho. Desgraciadamente, en el momento actual, les está fallando.

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