Vol. 18 - Num. 69
Notas clínicas
Cristina Aranda Cazóna, Lucía Campos Muñozb, Alberto Conde Taboadab, Celia Gil Lópezc, Eduardo López Branb
aMIR-Pediatría. Servicio de Pediatría. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. España.
bServicio de Dermatología. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. España.
cServicio de Pediatría. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. España.
Correspondencia: C Aranda. Correo electrónico: aranda.cristina@hotmail.com
Cómo citar este artículo: Aranda Cazón C, Campos Muñoz L, Conde Taboada A, Gil López C, López Bran E. Curas húmedas en dermatitis atópica. Nuestra experiencia. Rev Pediatr Aten Primaria. 2016;69:55-8.
Publicado en Internet: 30-03-2016 - Número de visitas: 25754
Resumen
En ocasiones, los brotes de dermatitis atópica pueden ser graves y de difícil control, resistentes a los tratamientos habituales. En estos casos podemos recurrir al empleo de curas húmedas, un procedimiento con buenos resultados y escasos efectos secundarios. Presentamos una serie de casos de cinco pacientes con brotes moderados-graves resistentes al tratamiento convencional, tratados mediante curas húmedas con betametasona o propionato de fluticasona diluidos al 10% en la crema hidratante durante un intervalo de tiempo de entre 4-6 días. Se obtuvo la resolución completa del brote en cuatro casos, continuándose en el caso restante las curas de forma domiciliaria durante 2-3 días más, con posterior resolución completa. Ningún paciente presentó efectos adversos.
Palabras clave
● Corticosteroides ● Dermatitis atópicaLa dermatitis atópica se considera la enfermedad crónica más prevalente de la infancia y puede conllevar trastornos asociados como ansiedad o depresión. Los brotes pueden ser graves y de difícil control, resistentes a los tratamientos habituales con corticoides tópicos o sistémicos o los inhibidores de la calcineurina1. Presentamos una serie de casos de cinco pacientes con brotes moderados-graves resistentes al tratamiento convencional tratados mediante curas húmedas, con resolución rápida y casi completa de las lesiones, sin efectos secundarios.
Se trata de cinco varones con rango de edad de entre 11 meses y 13 años. Todos presentaban lesiones muy pruriginosas en brotes recurrentes de meses o incluso años de evolución, tratadas inicialmente con emolientes y corticoides tópicos (tres de los pacientes también habían recibido previamente ciclosporina) sin éxito. Se procedió al ingreso hospitalario para la administración de terapia con curas húmedas durante un intervalo de entre cuatro y seis días. El procedimiento consistió en el lavado previo de la zona con agua y jabón y la aplicación de una solución al 10% de betametasona o propionato de fluticasona en crema hidratante bajo dos capas de vendaje tubular ajustado. La venda inferior se aplicaba húmeda, cubriéndose posteriormente con la capa superior seca. Cada 2-3 horas (respetando el sueño nocturno) se retiraba la capa superior y se volvía a humedecer la capa inferior, reemplazándose diariamente los vendajes. Para la región facial se utilizó betametasona tópica. Se obtuvo resolución completa en cuatro casos (Fig. 1), continuándose en el caso con resolución incompleta las curas de forma domiciliaria durante 2-3 días más con betametasona y gentamicina tópicas y posterior resolución completa. Ningún paciente presentó efectos adversos. Transcurridos 2-3 meses tras el alta hospitalaria, tres pacientes presentaron brotes leves-moderados controlados en un caso con curas húmedas con emoliente de forma ambulatoria durante cuatro días, en otro con corticoide tópico y en el tercero con antihistamínico y corticoide tópico con evolución favorable. Actualmente todos los pacientes mantienen el seguimiento desde el alta hospitalaria en consultas externas; tres pacientes realizan tratamiento con tacrolimus al 0,1% con buen control y el resto no precisan tratamiento de mantenimiento. El resumen de los casos se observa en la Tabla 1.
La aplicación de curas húmedas constituye un procedimiento con muy buenos resultados clínicos y baja tasa de efectos adversos. Su éxito se basa en la gran hidratación de la piel, que favorece mantenerla humedecida e hidratada permanentemente2, lo cual fomenta la absorción de fármacos y evita el rascado y la agresión cutánea, la penetración de alérgenos y microorganismos patógenos y la liberación de mediadores inflamatorios que perpetúen el ciclo inflamación-rascado3.
Se realizan administrando corticoides tópicos de moderada-alta potencia (como dipropionato de beclometasona) o incluso de cuarta generación (como furoato de mometasona), que aseguran efecto local potente con baja absorción sistémica, diluidos al 5-10% en emolientes como la vaselina4, aplicados bajo dos capas de vendaje ajustado. Pueden utilizarse en cualquier parte del cuerpo, incluida la cara mediante realización de una máscara. En los últimos años se han comercializado prendas para la aplicación específica de esta técnica. Los apósitos se reemplazan diariamente tras el baño, humedeciéndose cada 2-3 horas con agua pulverizada a la que se puede añadir una solución antiséptica como la clorhexidina, manteniéndose el tiempo que precise el paciente (una media de 7-14 días)4. En casos graves se puede realizar una fase mantenimiento prolongado y disminuir la frecuencia de las aplicaciones alternando con emolientes (menor rapidez y eficacia)5.
Esta técnica también se ha utilizado para el tratamiento de psoriasis gutatta, psoriasis eritrodérmica, algunos casos de mastocitosis o ictiosis lamelar6. Debido a su baja tasa de aparición de efectos secundarios, constituye un procedimiento ideal en pacientes con alguna contraindicación al uso de medicación sistémica o reticentes a ella (como en uno de nuestros casos). Los efectos adversos son infrecuentes, fundamentalmente la sobreinfección bacteriana cutánea leve tipo foliculitis, generalmente por Staphylococcus aureus, que puede minimizarse administrando el agente activo en la dirección del crecimiento del vello para evitar ocluir el folículo piloso. La sobreinfección por Pseudomonas aeruginosa, impétigo, eccema herpético o verrugas vulgares son poco frecuentes, aunque si se producen, se recomienda detener el procedimiento e iniciar su tratamiento. En adolescentes debe tenerse especial precaución debido al riesgo de aparición de estrías cutáneas4. Se ha reportado la disminución leve y transitoria de niveles de cortisol sérico matutino en ayunas debido a la absorción sistémica transitoria de los corticosteroides tópicos4.
Por todo ello, las curas húmedas constituyen una alternativa eficaz y segura en brotes de dermatitis atópica moderada-severa resistente a los tratamientos convencionales, debido a su rapidez de acción, alta eficacia y escasos efectos secundarios.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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