Publicado en Internet: 04-09-2015 - Número de visitas: 6813
En Angola, las tasas de mortalidad en menores de cinco años persisten intolerablemente altas (160/1000) a pesar de cierta recuperación económica tras la guerra civil. Existe menos de un médico por cada 10 000 habitantes, por lo que la posibilidad de que un radiólogo infantil pueda informar una radiografía es remota. El Instituto Pediátrico Burlo Garofolo de Trieste coopera con el Hospital Divina Providencia de Luanda, que atiende a una población de un millón de habitantes y, en 2010, apoyó la instalación de una unidad de Radiología Digital.
El presente artículo informa sobre esta primera experiencia, en el África Subsahariana, de telerradiografía con obtención directa de imágenes digitales. Los objetivos son tres: evaluar la factibilidad de la técnica digital de obtención de imágenes radiográficas, la calidad de las imágenes obtenidas por los técnicos locales y la factibilidad de un sistema piloto de interconsulta remota.
La imagen es captada por una pantalla fotosensible y transformada inmediatamente en un archivo de imagen digital. El equipo escogido es altamente resistente al calor, los golpes, etc., y de fácil manejo. Es capaz de producir hasta 41 imágenes por hora. El procesamiento se realiza con un ordenador básico con sistema operativo Windows XP®. La conexión a Internet de la que disponía el hospital era suficiente para poder enviar en 2-5 minutos una imagen a través de la red segura, que fue implementada por un técnico italiano. Se procuró contar con personal local y optimizar su formación. El coste del equipo es razonable cuando se compara con los aparatos clásicos que precisan líquidos de revelado, placas, etc., y se calcula que en solo dos años se amortizará
Se realizó el adiestramiento de los técnicos locales con cursos intensivos de diez días, haciendo hincapié en la capacidad de mejorar las imágenes con el procesamiento posterior a su obtención.
El programa ha demostrado su factibilidad, al realizarse más de 20 000 radiografías digitales en dos años, unas 1700 pediátricas. Es más o menos el mismo volumen de pruebas que con la anterior tecnología.
La calidad de las imágenes obtenidas también supera a todo lo imaginable con los equipos analógicos: el 100% buenas o muy buenas con tecnología digital directa, respecto al 15% de imágenes buenas con las clásicas placas de celuloide.
La mayoría de las radiografías pediátricas se valoraron por los dos pediatras que pilotaban el proyecto en el terreno. Solo un 7,6% precisaron de informe externo a través de la red segura de comunicaciones; de ellas se calculó que dicho informe supuso una contribución importante al manejo del caso en el 38,6% de las veces, de cierto interés en el 45,7% y no contribuyeron al diagnóstico en el 15,7% de los casos.
Como consideración final, proponen que la mejor colaboración externa para la Telerradiología sea el apoyo técnico y la formación adecuada del personal local en lugar de la dependencia de una red de especialistas externa que se dedique a informar todos los casos.
E. Rodríguez-Salinas,
en nombre del Grupo de Coorperación de la AEPap
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