Publicado en Internet: 17-12-2012 - Número de visitas: 6852
En esta entrada (de X. Allué) se habla de las radiaciones ionizantes como lo que son: un riesgo real, presente y de efectos conocidos.
Hasta hace pocas décadas, los efectos deletéreos de las radiaciones ionizantes eran escasamente conocidos. En la primera mitad del siglo XX las radiaciones se identificaron como un instrumento útil para el tratamiento de enfermedades (radioterapia) y, también, para el diagnóstico (rayos X). Después vino el desarrollo de las centrales nucleares.
Pero el paso de los años nos ha ido advirtiendo de que todas esas bondades no estaban exentas de grandes y terribles riesgos.
Pero las radiaciones ionizantes no se liberan o existen únicamente en instalaciones concretas. Existe radiactividad en todas partes y los seres humanos estamos expuestos simplemente por vivir donde vivimos y comer lo que comemos. Además, tienen un efecto sumatorio. Y las radiaciones ionizantes tienen un notable poder de modificar las estructuras de la dotación genética, del ADN, y con ello favorecer una miríada de efectos sobre la salud humana. Si, además, esa carga radiactiva actúa sobre un individuo en crecimiento, como es un niño, los efectos a largo plazo van a ser determinantes en su salud.
He tomado el título de esta entrada del libro de Jordi Bigues Avui actius… o demà radiactius, un manual de divulgación muy completo sobre la realidad de la radioactividad. Recomendable.
Finalmente, el autor llama a que "nos sensibilicemos ante estos riesgos a los que los niños están sometidos e intentemos movilizar voluntades para reducirlos. No vaya a ser que nuestros nietos brillen en la oscuridad…".
Disponible en: http://pedsocial.wordpress.com/ [consultado el 14/11/2012].
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