Vol. 13 - Num. 49
Notas clínicas
Soledad Martínez Garcíaa, M.ª Laura Casado Sáncheza
aPediatra. CS San Blas. Parla. Madrid. España.
Correspondencia: MS Martínez. Correo electrónico: mmartinez.gapm10@salud.madrid.org
Cómo citar este artículo: Martínez García MS, Casado Sánchez ML. Fibrosis quística, diagnóstico desde Atención Primaria. Rev Pediatr Aten Primaria. 2011;13:83-8.
Publicado en Internet: 06-04-2011 - Número de visitas: 55538
Resumen
La fibrosis quística es una enfermedad autosómica recesiva, causada por mutaciones en el gen de la proteína reguladora de la conductancia transmembrana, en el brazo largo del cromosoma 7. Es característica la variabilidad clínica, con obstrucción e infección en las vías respiratorias, maldigestión y retraso del desarrollo, siendo diagnóstico diferencial de muchos trastornos pediátricos. La afectación pulmonar determina su morbimortalidad. Presenta multitud de mutaciones genéticas, en continua identificación, que determinan los fenotipos. El diagnóstico no es fácil, pues los criterios clínicos y de laboratorio existentes se redefinen conforme avanza la investigación. Gracias a sospechas diagnósticas precoces y a la implantación del cribado neonatal, que permiten un tratamiento precoz, la enfermedad presenta mejor pronóstico y supervivencia.
Es relevante incidir en que el diagnóstico desde Atención Primaria es posible, si se conoce la enfermedad, se sospecha, y se realiza el cribado neonatal.
Presentamos dos casos de diagnóstico desde Atención Primaria, uno con manifestaciones respiratorias y otro, digestivas.
Palabras clave
● Atención Primaria ● Diagnóstico ● Fibrosis quísticaLa fibrosis quística (FQ) es una enfermedad multisistémica autosómica recesiva con disfunción de las glándulas exocrinas y caracterizada por infección y obstrucción crónica de las vías respiratorias e insuficiencia pancreática1. La incidencia en caucásicos oscila entre 1:900 (Québec) y 1:5352 (Cataluña) recién nacidos vivos, 1:2000 en judíos mediterráneos, 1:31 000 en asiáticos y 1:17 000 en afroamericanos2,3. Existe un portador por cada 20-25 sanos en población blanca.
La proteína que se altera (de 1480 aminoácidos), codificada por un gen del brazo largo del cromosoma 7 (7q31.2), es la reguladora de la conductancia transmembrana de la FQ (CFTR) y funciona como canal iónico de cloro. Su inactividad provoca alteraciones hidroelectrolíticas en las secreciones de las vías digestiva y respiratoria, las glándulas sudoríparas, el aparato genitourinario, etc., lo que da lugar a infecciones crónicas4.
Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado mejoran la supervivencia y la calidad de vida (en los años 40, la supervivencia media era de dos años, mientras que actualmente supera los 30 años)5. De ahí el interés del diagnóstico desde Atención Primaria (AP), donde estos pacientes consultan por primera vez.
Varón de dos años y 11 meses de edad, que comenzó la asistencia a guardería a los ocho meses, con cuadros respiratorios continuos, entre los cuales los más relevantes fueron:
A los 14 meses: fiebre, tos espástica e irritativa, mocos y auscultación normal que respondió a tratamiento con broncodilatadores.
A los 16 meses: roncus diseminados y espiración alargada que también respondió a tratamiento con broncodilatadores.
A los 19 meses: fiebre, malestar general y dificultad respiratoria con roncus, sibilancias espiratorias y estertores en base pulmonar izquierda. Se realizó una radiografía torácica que objetivó infiltrados pulmonares en la língula, con atelectasia en el lóbulo medio. Precisó broncodilatador y antibioterapia. Empeoró y precisó ingreso al día siguiente, con diagnóstico de neumonía bilobar de los lóbulos medio derecho e inferior izquierdo y atelectasia del lóbulo superior derecho con antígeno de neumococo positivo en orina.
Se solicitó ionotest ante los cuadros respiratorios de repetición. Los resultados a los 21 meses (bronquitis tratada con salbutamol y antibioterapia ambulatoria) fueron un ionotest con cloro (Cl) de 70 mmol/l; y a los 22 meses (neumonía en língula y atelectasias) fue un ionotest con Cl de 83 mmol/l, y amilasa, lipasa y grasa en heces normales.
La confirmación genética se obtuvo a los 27 meses: ΔF508 y L206W.
A raíz de estos procesos, dejó la guardería a los 24 meses. Solo tuvo un episodio posterior similar, con moco nasal positivo para virus de la gripe A que se trató ambulatoriamente con oseltamivir. Actualmente permanece asintomático.
Varón de dos años y tres meses de edad que debutó con fallo de medro al mes de vida, con ingesta adecuada para la edad y el peso. En ese momento, se objetivó edema de párpados superiores, palidez cutánea, leve distrofia muscular en muslos y glúteos, e hipotonía de miembros superiores y cervicoaxial. Se realizaron urocultivo (negativo) y controles de tomas y peso, con glucemia capilar de 78 mg/dl. Durante uno de esos controles, en la consulta, realizó una deposición bien conformada, verdosa y brillante, por lo que se solicitó estudio de heces (negativo para hemoglobina, buena digestión de hidratos de carbono y fibras musculares, se observaban grasas). Se pautó hidrolizado de leche de vaca, a raíz de lo cual empezó a estar más activo, con mejor tono muscular y ganancia ponderal.
Se solicitaron dos ionotest, que resultaron de 105 mmol/l y 100 mmol/l de Cl. A los tres meses, se inició tratamiento con pancreatina y, a los cuatro meses, con vitaminas A, D, E y K. El estudio genético mostró como resultado la alteración ΔF508del/G542X.
A los ocho meses, se realizó un cultivo de moco nasal, que resultó positivo para Pseudomonas aeruginosa sin síntomas respiratorios, y fue tratado con ciprofloxacino oral.
A los 14 meses, en una ecografía abdominal se visualizó barro en la vesícula biliar y se pautó tratamiento con ácido ursodeoxicólico y normalización de su alimentación (leche no hidrolizada).
Actualmente, precisa tratamiento con vitaminas liposolubles, pancreatina, ácido ursodeoxicólico, palivizumab mensual y dornasa alfa. El niño no presenta alteraciones psicomotoras y mantiene buena ganancia ponderoestatural.
Para la realización de las pruebas de confirmación diagnóstica pertinentes, los pacientes deben ser derivados a unidades hospitalarias; no obstante, es posible realizar una aproximación diagnóstica de FQ desde AP, teniendo en cuenta que los criterios diagnósticos aceptados son4,6,7:
La FQ es una enfermedad muy incapacitante en su evolución, tanto a nivel pulmonar como digestivo, con medidas preventivas muy eficaces si se conoce.
El diagnóstico temprano mejora la calidad y la esperanza de vida. Por consiguiente, el cribado neonatal es de vital importancia.
No está implantado en toda España, por lo que la patología debe seguir teniéndose en cuenta en el diagnóstico diferencial de las patologías respiratorias y digestivas infantiles.
Como demuestra este artículo, desde AP es posible y deseable el diagnóstico de FQ, pues ofrece un tiempo precioso para el tratamiento precoz de las patologías asociadas y sus complicaciones.
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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