Vol. 11 - Num. 44
Colaboraciones especiales
Cómo citar este artículo: Fundación MAPFRE. Instituto de Seguridad Vial. Niños y seguridad vial. Rev Pediatr Aten Primaria. 2009;11:677-83.
Publicado en Internet: 31-12-2009 - Número de visitas: 10813
Resumen
Objetivo: conocer el uso de los sistemas de retención infantil (SRI) y los motivos por los que se usan, así como aquellos por los que no se emplean, además de comparar los resultados con los obtenidos en el mismo estudio realizado en 2005.
Material y métodos: encuesta a una muestra de 200 adultos de la Comunidad de Madrid que llevan habitualmente como pasajeros de sus vehículos a niños de 0 a 12 años.
Resultados: el 75% de los encuestados dispone de SRI instalados en sus vehículos; el 89% de la muestra los utiliza el 100% de las ocasiones. Los motivos para no usarlos son que el trayecto es corto (38%) y que les da pereza (20%). Han mejorado en general los resultados respecto a la encuesta de 2005.
Conclusiones: hay que seguir insistiendo en el uso de los SRI para conseguir que se empleen en el 100% de los casos.
Palabras clave
● Accidentes ● Seguridad vialNota:
Este texto es una adptación autorizada del estudio titulado "Niños y seguridad" publicado por el Instituto de Seguridad Vial de la Fundación MAPFRE.
Este texto es una adaptación autorizada del estudio titulado Niños y seguridad publicado por el Instituto de Seguridad Vial de la Fundación MAPFRE1.
Los accidentes de tráfico constituyen un problema de salud pública que ha sufrido un gran incremento en los últimos tiempos, aunque recientemente, a partir de la entrada en vigor del carné por puntos, parece que las cifras se están estabilizando e, incluso, reduciendo en algunos meses.
En España los accidentes de tráfico son la primera causa de muerte en el grupo de población de 1 a 14 años, seguidos de los accidentes domésticos como segunda causa. Además, está comprobado que, con una buena información, concienciación y con la utilización de los sistemas de retención infantil (SRI), esta cifra podría reducirse considerablemente.
Según la OMS, con respecto al índice de mortalidad infantil en España, el 48% se debe a accidentes de tráfico y el 45%, a accidentes domésticos.
Ha quedado constatada la eficacia de medidas tales como la mejora en el diseño de la seguridad de los vehículos (airbag, ABS, etc.), el uso del casco en motos o la utilización del cinturón de seguridad o de las sillitas para niños en los coches, y se supone que la implantación de estas medidas incide en la prevención de accidentes mortales en un porcentaje que varía del 40 al 60%.
Los accidentes de tráfico constituyen la causa principal de las discapacidades y minusvalías físicas: entre el 60 y el 80% de las personas parapléjicas y tetrapléjicas se encuentran en esta situación por dicha causa.
En 2007 murieron en España 108 niños menores de 14 años por accidentes de tráfico, un 6,1% menos que en 2006. Se ha producido un descenso, aunque la tasa ha bajado más en los adultos que en los niños, y la siniestralidad vial continúa siendo la primera causa de mortalidad infantil. En el tramo correspondiente a la edad de 0 a 5 años, en 2007 se produjo un aumento de los accidentes mortales con respecto a los datos de 2006. En los siguientes tramos de edad, hasta los 14 años, el índice descendió. En 2008, dos de cada diez niños viajaban sin llevar la protección adecuada, lo cual aumenta un 75% el riesgo de lesión en caso de accidente.
En los accidentes de tráfico inciden distintos factores. Uno de ellos es el humano. Dentro de este factor encontramos la prevención, la educación vial, así como el conocimiento de las consecuencias de la utilización o no de los sistemas de seguridad para adultos y para niños. Es en este último elemento donde se enmarca este estudio. El 75% de las muertes y hasta un 90% de las lesiones se podrían evitar si los padres colocaran correctamente las sillitas de sus hijos.
De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría, el incumplimiento de las normas de seguridad vial por parte de los padres es la principal causa de que en los últimos 8 años más de 1.300 niños hayan perdido la vida en accidentes de tráfico (datos de julio de 2006).
Objetivos del estudio:
La encuesta fue realizada sobre una muestra de 200 individuos elegidos al azar, que fueron encuestados en la Comunidad de Madrid y en su capital. La mitad de la muestra eran hombres y la otra mitad, mujeres.
Todas las personas encuestadas eran conductores que, con distinta frecuencia (contemplada en el cuestionario), llevaban a niños menores, de 0 a 12 años, como ocupantes de los automóviles de turismo.
En su mayoría, las personas fueron entrevistadas personalmente y se les indicó que, siempre que fuese posible, eligieran una de las alternativas presentadas: aquella que fuese más representativa para ellos.
Respuestas: todas las preguntas eran cerradas excepto dos, que presentaban la alternativa “Otros”, y en las cuales existía la posibilidad de dar una respuesta abierta.
También se realizaron algunas entrevistas vía correo electrónico. Así pues, se analizó un total de 200 cuestionarios.
Error: ± 7% para un nivel de confianza del 95%. Variables de tipificación:
En la tabla I se presentan los principales resultados obtenidos. El 100% de las personas encuestadas dispone de cinturón de seguridad trasero en sus vehículos, puesto que es obligatorio, pero las sillitas y/o alzadores los llevan solo el 75%. En la encuesta de 2005 los tenía instalados el 85%. La razón del descenso es el cambio de la norma, ya que antes se regía por la edad y ahora por la altura del niño.
Un 89% de los encuestados dice poner siempre los SRI a los niños (en 2005 era el 69%), el 10% frecuentemente y el 1% nunca.
En cuanto a conocimientos, en 2005 se les preguntó si sabían la edad obligatoria para el uso de los SRI (la conocían el 43%). En 2009, al variar la norma, lo que se ha preguntado es la estatura del niño por debajo de la cual es obligatorio el uso de SRI. Sólo el 38% contestó que sí la conocían.
Sobre su conocimiento acerca de si sus hijos recibían cursos de seguridad vial en el colegio, en 2005 el 40% respondió que sí frente al 53% de 2009. El porcentaje de encuestados que respondieron que no lo sabían disminuyó (2005: 33%; 2009: 22%).
Sin embargo, a la pregunta de si la seguridad vial es suficientemente importante como para que fuese materia escolar, la suma de “no” y “no, si incrementa el programa educativo” fue del 23% en 2009 y del 21% en 2005.
Con respecto a quiénes son los responsables de la educación de los niños en temas de seguridad vial, se sigue considerando que son los padres (83%), aunque esta respuesta ha disminuido a favor de un aumento de quienes piensan que son los profesores y los agentes de la seguridad.
Una cuestión importante es la de por qué no se utilizan los SRI en todos los casos. Tanto en 2005 como en 2009 las respuestas mayoritarias son “trayecto corto” y “pereza”.
Del 11% de personas que usaban siempre los SRI, 16 eran hombres y 5 mujeres, y el motivo por el cual se utilizan es por “seguridad”.
Respecto a si los niños advierten a los adultos respecto a las normas de tráfico como conductores y como peatones, es interesante comentar que sí lo hacen en un porcentaje considerable de casos y que éstos van en aumento.
A la vista de los resultados comparativos de este mismo estudio realizado en el año 2005 y repetido en 2009, podemos concluir que:
Aprovechando el efecto sinérgico de educación y concienciación por parte de las familias, los colegios y las instituciones, a través de los medios de comunicación y de campañas específicas, conseguiremos, entre todos, que el uso de los SRI se aplique y utilice en el 100% de los casos para el 100% de los niños, y entre todos estaremos salvando vidas.
Los niños aprenden fundamentalmente por aprendizaje vicario, esto es, por imitación de conductas. Por ello, es muy importante que los padres seamos conscientes de que nuestros hijos hacen lo que nos ven hacer a nosotros y que no vale el “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”; solamente vale “haz lo que yo digo y lo que yo hago”.
Si los niños nos ven ponernos el cinturón, ellos se lo pondrán también y admitirán, sin lugar a discusiones, la utilización de los SRI como una condición inexcusable a la hora de ir “en el coche con papá o con mamá”. Además, entenderán el motivo de su seguridad como razón principal para la utilización de la sillita, el alzador o el cinturón y serán ellos mismos quienes lo reclamen en cualquier vehículo. Así, la utilización de los SRI será una conducta implantada como hábito en el 100% de los casos.
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