Vol. 25 - Num. 97
Editorial
aHospital Universitario Rey Juan Carlos. Móstoles. Madrid. España.
Correspondencia: G Ares. Correo electrónico: gonzalo.ares.m@gmail.com
Cómo citar este artículo: Ares Mateos G. El valor de una piel cercana . Rev Pediatr Aten Primaria. 2023;25:11-2.
Publicado en Internet: 08-02-2023 - Número de visitas: 3103
En la guía española de estabilización y reanimación neonatal publicada en 20211, uno de los cambios principales se refiere al manejo del prematuro tardío. Hasta este momento, las guías recomendaban que tras el nacimiento de un menor de 37 semanas había que separarle de la madre para continuar con la evaluación y reanimación. En cambio, en las nuevas recomendaciones, aunque se mantiene la pregunta inicial de si el niño es a término, se aclara que, en el caso del prematuro tardío, si la valoración del tono y la respiración es positiva, se puede actuar de igual forma que con el recién nacido a término, esto es: cuidados de rutina, que incluyen dejarlo “piel con piel”.
Recientemente, en noviembre de 2022, la OMS ha hecho pública la recomendación del contacto inmediato de piel con piel para lograr mejorar la supervivencia de los recién nacidos prematuros2. Según estas normas, inmediatamente después del nacimiento, se debe realizar el contacto de piel con piel con la persona encargada del cuidado. Esto se conoce como el “método canguro” o como prefieren muchos llamarlo: el “cuidado canguro”, que permite que el niño se encuentre junto a su madre en un ambiente idóneo para la adaptación a la vida extrauterina.
Son numerosos los estudios que han mostrado los beneficios del “cuidado canguro”. Ha demostrado una mayor estabilidad de los signos vitales, un incremento en los niveles de glucosa los primeros días, una lactancia materna más exitosa, etc. Ha demostrado disminuir la morbilidad y la mortalidad3.
Pero existen muchos otros beneficios que se escapan a los estudios científicos y que tienen que ver con lo afectivo y lo emocional. Ha habido en la medicina un viraje del paternalismo a la autonomía del paciente. Y, en general, los deseos de los pacientes tienen que ver con lo que consideran que les hace más felices. Cuando se alinea la recomendación científica con los anhelos de los padres estamos ante un escenario más que favorable. Nuestra misión es entonces proporcionar todos los medios a nuestro alcance para que el “cuidado canguro” se realice en las mejores condiciones posibles.
En ocasiones dedicamos mucho tiempo a conocer el funcionamiento de un nuevo modo de ventilación mecánica, o a revisar todos los artículos que indagan sobre los probióticos y la prevención de la enterocolitis necrotizante en el prematuro, con dificultades para llegar a una conclusión de cuál es la mejor cepa, en qué grupo de niños… Y a veces, lo que está más cerca, lo que es más natural y humano, lo que parece tan sencillo que no merece atención, es lo que más puede beneficiar a nuestros pequeños pacientes. Es lo que ocurre con la lactancia materna y es lo que ocurre con el “cuidado canguro”. Hubo un tiempo en que aparentemente nos incomodaba la presencia de los padres en las unidades neonatales, temíamos que su presencia fuera un estorbo a nuestro trabajo. Poco a poco hemos ido aceptando su entrada. Y ahora, no es que la aceptemos, es que la necesitamos. Necesitamos que los padres estén con sus hijos, que pasen mucho tiempo piel con piel, el mayor tiempo posible. Beneficio para sus hijos, beneficios para ellos y beneficio para nosotros. Es una suerte ser testigo de este contacto y queda de manifiesto en aquel vídeo que se hizo viral4, donde, tras facilitar el contacto piel con piel del hijo prematuro con su madre, esta mira a la cámara que graba la escena (probablemente en manos de quien participa, como ella, de esta nueva aventura) y no puede esconder su emoción: llora. Llora de alegría y de esperanza, al sentir el corazón de su pequeño luchador sobre su pecho. Y nosotros sabemos que no solo es beneficioso para el alma, sino que ese acto sencillo es profundamente terapéutico.
Bien cierto es que son necesarios protocolos, formación, etc. Pero una de las herramientas más poderosas es el ejemplo: tratemos de favorecer el “cuidado canguro” y de eliminar miedos que muchas veces vienen más de la falta de formación y de experiencia que de la realidad.
En resumen, el “cuidado canguro” es una técnica de cuidado de los prematuros altamente efectiva y se recomienda su implementación en todas las maternidades y unidades de cuidados intensivos neonatales. Es importante destacar que no solo mejora la salud física del prematuro, sino que también promueve el vínculo entre este y su madre, y contribuye a la mejor evolución y pronóstico.
El autor declara no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
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