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Vol. 21 - Num. 83

A la Pediatría desde el Arte

Rafaela Flores de Alarcón (retrato). Antonio María Esquivel y Suárez de Urbina, hacia 1842

Iván Carabaño Aguadoa

aSección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica. Servicio de Pediatría. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. España.

Correspondencia: I Carabaño. Correo electrónico: carabano1975@hotmail.com

Cómo citar este artículo: Carabaño Aguado I. Rafaela Flores de Alarcón (retrato). Antonio María Esquivel y Suárez de Urbina, hacia 1842. Rev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:319-20.

Publicado en Internet: 11-09-2019 - Número de visitas: 4470

Rafaela Flores de Alarcón (retrato). Antonio María Esquivel y Suárez de Urbina, hacia 1842

Rafaela Flores de Alarcón (retrato)

Rafaela Flores de Alarcón (retrato), hacia 1842
Antonio María Esquivel y Suárez de Urbina. Óleo sobre lienzo. 138 × 105 cm. Museo del Prado. Madrid. España.

No puedo evitarlo: los loros me caen especialmente bien. Manolo Romero, actor y poeta, tiene uno en su casa que se llama Ramiro; su frase favorita –y me refiero al ave– es: “¿Qué pasa, Góngora?”. Con esta oración suele recibir a las visitas. En compañía es feliz: la soledad le altera.

Esquivel tuvo a bien retratar a una niña preadolescente con loro. El animal y la zagala están inmersos en la grisura, de atavío y plumaje, de gesto y mirada, de jaula y calcetines. Le pide a uno el cuerpo soltar un chiste ingenioso, que le alegre la vida a ambos. Por cierto, que no lo hemos dicho, qué gran pintor fue nuestro Esquivel, ¿verdad?.

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