Vol. 14 - Num. 54
Cartas al director
Ramón Ugarte Libanoa, Gonzalo Pin Arboledasb
aPediatra. CS Olaguibel. Servicio Vasco de Salud-Osakidetza. Vitoria-Gasteiz. Álava. España.
bPediatra. Unidad de Pediatría Integral Q Valencia. Unidad Valenciana del Sueño. Hospital Quirón. Valencia. España.
Correspondencia: R Ugarte. Correo electrónico: rugarte@gmail.com
Cómo citar este artículo: Ugarte Libano R, Pin Arboledas G. El colecho y el riesgo de muerte súbita. Rev Pediatr Aten Primaria. 2012;14:181-2.
Publicado en Internet: 11-07-2012 - Número de visitas: 15883
Sr. Director de la Revista Pediatría de Atención Primaria:
En relación al artículo titulado “El colecho favorece la práctica de la lactancia materna y no aumenta el riesgo de muerte súbita del lactante. Dormir con los padres” del Dr. Landa Rivera et al.1, quisiéramos efectuar la siguiente réplica:
La muerte de un bebé en la cama de su madre es un hecho terrible, conocido desde tiempos inmemoriales (Libro de los Reyes, 3:19), y que ha sido objeto de sanción por preceptos religiosos e incluso legales2. La muerte del bebé se puede producir por síndrome de muerte súbita del lactante, en el sentido más estricto del término3, por muerte inesperada del lactante (sofocación, estrés térmico, atrapamiento) o por infanticidio.
Es cierto que el colecho es una práctica extendida en muchas culturas y no por antropológicamente natural debe contemplarse como algo seguro. En nuestro medio, la mayoría de los colechos no se deben a factores culturales ni de asunción de recomendaciones médicas, sino a un colecho reactivo ocasionado por trastornos del sueño consecuencia de la falta de armonización de las necesidades del bebé y de una madre que tiene su maternidad enormemente dificultada por exigencias sociales y legales.
Nadie discute la vulnerabilidad del recién nacido, ni la relación imprescindible de este con su madre, ni la importancia de la lactancia materna. Tampoco es discutible que en muchos mamíferos, donde el “colecho” es natural e inevitable, este suponga en muchos casos un mecanismo de selección darwiniana, no superado por los cachorros menos adaptados.
En el artículo de Landa Rivera et al.1 se habla de la muerte súbita del lactante (sudden infant death syndrome [SIDS]) como una situación rara y se menciona en su definición técnica, sin hacer comentarios sobre otras causas de muerte en la cama de la madre, eso que se denomina con pertinencia sudden unexpected death syndrome (SUDS) o sudden unexplained death in infancy (SUDI). Para las familias, perder un hijo es un hecho terrible y no importa la taxonomía de la causa del fallecimiento.
Las referencias al aumento de la lactancia materna a que hace mención el artículo provienen del estudio de McKenna4, no del de Willinger, donde comparaba 20 lactantes de 3-4 meses de edad que hacían colecho con 15 lactantes pareados que dormían en cunas. Como es obvio, el estudio no concluía nada, sugería que el colecho podría producir un aumento de la lactancia materna.
En el otro estudio de McKenna5 al que hace referencia el artículo no se demuestra ninguna relación causal y sí una descripción epidemiológica con una interpretación, en nuestra opinión, sesgada. No deben interpretarse estos comentarios como que el colecho no facilite la lactancia materna, sino que el colecho sea condición sine qua non para garantizar una lactancia materna exitosa.
Los partidarios del colecho se refieren con frecuencia a un documento de UNICEF6 en el que se enseña esta práctica. Este documento está lleno de sentido común y sus recomendaciones deben aplicarse a quien decida o necesite practicarlo. No sé por qué razón se omite una información previa, a nuestro juicio muy relevante, que aparece en ese mismo folleto donde dice literalmente que “es recomendable que el bebé comparta la habitación de los padres como mínimo los seis primeros meses de vida” pero también dice expresamente que “las camas de los adultos no están diseñadas pensando en la seguridad del bebé. Los bebés pueden fallecer si quedan atrapados o aplastados si uno de los padres se coloca sobre el bebé. Por tanto, el lugar más seguro para el bebé es en su cuna, junto a la cama de sus padres”.
A finales de 2011 la Academia Americana de Pediatría, más concretamente su Task Force on Sudden Infant Death Syndrome, revisó sus planteamientos y los analizó mediante el prisma de la Medicina Basada en la Evidencia7. Entre sus conclusiones, con nivel de recomendación A, establece que se debe compartir la habitación de los padres pero no compartir la cama, es decir, no hacer colecho.
Referirse al SIDS como entidad “rarísima” no parece muy acertado por sus fatales consecuencias. Tampoco creemos que se deba plantear como un riesgo asumible, que englobe SIDS y SUDS, aunque para algunas familias pueda serlo, pero siempre debería forjarse esta decisión sobre la base de una información rigurosa, no impuesta por la “autoridad sanitaria” y elegida por la madre antes del nacimiento de su bebé.
Recomendar la lactancia materna está en el ánimo de todos los pediatras y en nuestro quehacer cotidiano procuramos que se materialice, pese a que algunos no recomendemos el colecho por las razones antes expuestas.
ABREVIATURAS: SIDS: sudden infant death syndrome (síndrome de muerte súbita del lactante) • SUDI: sudden unexplained death in infancy (muerte súbita inexplicable en la infancia) • SUDS: sudden unexpectd death syndrome (síndrome de muerte inesperada).
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