Vol. 18 - Num. 25
Talleres
José Murcia Garcíaa, M.ª Teresa Asensi Monzób
aCS San Felipe. Jaen. España.
bPediatra. CS Serrería1. Valencia. España.
Cómo citar este artículo: Murcia García J, Asensi Monzó MT. Educación en el niño y adolescente con asma (2.ª parte). Rev Pediatr Aten Primaria. Supl. 2016;(26):69-79.
Publicado en Internet: 03-06-2016 - Número de visitas: 8772
El asma representa para el paciente y su familia un reto, pues tiene que convivir con su enfermedad, en muchos casos, a lo largo de los años.
El objetivo del control del asma es reducir los síntomas y mantener un nivel de actividad normal, incluyendo la capacidad de hacer ejercicio físico y de practicar deporte. Una de las directrices para vivir de forma normalizada es que el paciente con asma y su familia consigan una autonomía para el control de su enfermedad, de manera que no sea dependiente de cuidados médicos. Esto tiene una transición desde el niño pequeño, ya que en realidad el autocontrol lo debe realizarla familia, y más adelante será el adolescente que tendrá que aprender a ser independiente con su asma, llevando una vida saludable.
El autocontrol se consigue a través de un proceso educativo que incluye adquirir conocimientos y habilidades en los cuidados de su asma, que irá adquiriendo de la mano de su pediatra y personal de enfermería.
El programa educativo debe contemplar la elaboración de Planes de Acción o Automanejo (PAE). Son un conjunto de instrucciones escritas, de forma individualizada para cada paciente, teniendo en cuenta la gravedad y control de su asma y el tratamiento habitual prescrito. El PAE se elabora conjuntamente con los pacientes, como un contrato entre iguales, en el que el paciente será el protagonista de sus autocuidados y en el que la familia y el niño/adolescente podrán hacer cambios, en función del estado de su asma y de la respuesta al tratamiento.
El manejo de un niño desde que acude por primera vez a la consulta con síntomas y/o signos sospechosos de asma, hasta que este niño y su familia son capaces de utilizar correctamente un plan de acción personalizado por escrito, es la razón del desarrollo de los programas de atención al niño/adolescente con asma que existen en varias comunidades (www.respirar.org/sanitaria/planes.htm).
En este taller abordaremos el Plan de Automanejo, que incluye todo lo que deben aprender las personas con asma en su proceso de educación. Por tanto, no es un modelo estático, sino que evolucionará en su complejidad en función de las necesidades del paciente guiado por su pediatra o educador. Emplearemos una metodología práctica, hablaremos de los contenidos del PAE mediante casos prácticos para que el alumnado se plantee cuáles son las necesidades y realizaremos el plan de acción para cada caso.
Un PAE es un conjunto de instrucciones prescritas al paciente con asma y/o su familia, en forma de un documento escrito. Debe ser personalizado según la gravedad y el grado de control del asma y las características de cada paciente, siendo pactado previamente con ellos y redactado de forma sencilla con instrucciones concretas.
El grado de control, en los que se basará el plan de acción, se puede evaluar tanto por la gravedad y frecuencia de los síntomas asmáticos, como a través del registro domiciliario diario del flujo espiratorio máximo (FEM), dependiendo de las preferencias de los pacientes o del médico.
Plan de fácil manejo: debe adecuarse a la capacidad de comprensión y al nivel de motivación de la familia, así como a la edad del niño, fomentando la toma de decisiones por parte del niño y cuidadores.
Requerimientos particulares del paciente: gravedad y control de su asma.
Al elaborar un plan de automanejo, hay que tener en cuenta a quien va dirigido:
Debe constar de dos partes básicas: el tratamiento habitual para situaciones de estabilidad clínica y la actuación en caso de aparición de síntomas. Un plan de acción debe contener los siguientes elementos:
Pueden formar parte todos los siguientes elementos o realizar un plan más sencillo según las características del paciente y su familia.
Lo primero que hay que conseguir es que la familia y el niño/adolescente reconozcan los síntomas de asma: tos, despertares nocturnos, intolerancia al ejercicio… Además, deben saber identificar los síntomas de una crisis de asma: sensación de falta de aire, aumento del ritmo de respiración, uso de musculatura intercostal, supraesternal… (Tabla 1).
Las normas de control ambiental constituyen uno de los aspectos claves del manejo del asma, que ha demostrado mayor repercusión en el ámbito familiar, lo puede dar lugar a conflictos por lo es aconsejable trabajarlo con el niño/adolescente y su familia. Se incluyen una serie de actuación es para la evitación de desencadenantes:
Deben aparecer en el PAE y, en las sucesivas visitas, preguntar al paciente si recuerda cuáles son las causas que empeoran su asma y que está haciendo para evitarlas.
Los conocimientos básicos acerca del tratamiento de mantenimiento: conocer la medicación y a qué dosis debe tomar diariamente de tratamiento preventivo. Distinguir entre el tratamiento de mantenimiento y de rescate.
Hay que tener en cuenta existen varios niveles de decisión para los planes de acción individualizados, según las características del paciente y la familia. Hay que valorar si se han producido cambios a su alrededor que justifiquen un empeoramiento: mayor nivel de desencadenantes, comprobar que la medicación no está caducada o vacía.
El punto de mayor complejidad respecto al manejo del tratamiento es enseñar al paciente a aumentar o disminuir la potencia de tratamiento preventivo en función de los síntomas. En el PAE (Fig. 1) se establecen los síntomas que indican aumentar la potencia de tratamiento. Si es necesario debe aumentarlo, anotando en el diario de síntomas tanto las condiciones que rodean su empeoramiento como el día que realiza el cambio de tratamiento. Posteriormente se deben reevaluar los síntomas tras los cambios realizados.
Se debe explicar cuándo debe acudir a su médico para control del Plan de Automanejo: en caso de aumento de síntomas que no mejoran, si tras valorar los desencadenantes y aumentar la medicación no se consigue respuesta en el plazo de dos semanas. Si ha habido buena respuesta, no será necesario que acuda hasta el próximo control con su pediatra o educador. Cuando acuda al control de su Plan de Automanejo, se anima a seguir las pautas de automanejo cuando acierte. Si algo no se realiza de forma totalmente correcta, se resalta lo que ha hecho bien y al mismo tiempo se sugiere cómo puede mejorar la actuación. Eso aumentará la motivación para conseguir el autocontrol.
Los planes de acción pueden incluir la medición del FEM para monitorizar la función pulmonar (Tablas 2 y 3). Estos PAE no se utilizan en todos los niños asmáticos, se recomiendan en asma mal controlado y casos de malos perceptores de síntomas, sobre todo adolescentes. Esto se debe a que los planes de acción basados solo en síntomas son más sencillos de realizar, lo que puede facilitar el seguimiento del registro de síntomas.
El FEM es una medida de la situación de los bronquios para permitir el paso del aire. Cuando el FEM da una puntuación baja, significa que los bronquios estan más cerrados y cuando da una puntuación más alta, es que los bronquios estan más abiertos, y por lo tanto, el asma está más controlado.
Se puede utilizar el FEM para saber cómo va el asma. Se mide a través de un dispositivo manual llamado medidor de FEM (Fig. 2). Este medidor se usa para ver si los bronquios se van abriendo con el tratamiento (la puntuación sería más alta), y si están cerrados da una puntuación más baja.
Los planes de acción basados en el FEM parecen tener mejores resultados los que utilizan el mejor FEM personal que los basados en el porcentaje del FEM teórico.
Tras conocer cuál es la medida de FEM mejor o con el porcentaje del FEM teórico del paciente, se calculan sus zonas y se trazan en su diario de FEM. Se puede utilizar el FEM medio del paciente. Esto puede ayudar a comparar en el futuro cómo evoluciona su asma mediante el sistema de semáforo con tres niveles: zona verde, amarilla y roja (Tabla 4).
Este grado de automanejo centrado en zonas de FEM no lo consiguen todos los pacientes, pues va a depender de su personalidad, nivel psicosocial y clínica previa.
El objetivo es que se actúe precozmente ante una crisis de asma con autonomía para iniciar el tratamiento, teniendo en cuenta los síntomas (Fig. 3), la situación del niño y en caso de usar pico de flujo, según los valores de este:
Es muy importante en los controles revisar en el diario de síntomas, junto con el paciente o la familia, que ha empleado los medicamentos de alivio, cuando se han presentado los síntomas, y la interrupción de los medicamentos, cuando han desaparecido.
Actitud ante el inicio de una crisis si el niño/adolescente no está con la familia. Depende de la edad del niño, esté en el colegio o en solo casa y si tiene fácil acceso a la medicación o no (Fig. 4):
En la educación del asma hay que destacar a la familia y al niño que la práctica deportiva tiene muchos efectos beneficiosos para la salud, y los asmáticos pueden y deben practicar deporte. En pacientes con asma el medio más eficaz para controlar el asma por esfuerzo es tratar al paciente con síntomas persistentes de acuerdo a su gravedad: el control de la inflamación mejora la tolerancia al ejercicio.
Para evitar el asma inducido por el ejercicio existen unas medidas preventivas que deben ser conocidas por todos los asmáticos, sus familias y cuidadores (Fig. 5):
En caso de presentar síntomas con el esfuerzo, cesar inmediatamente el ejercicio y utilizar la medicación de rescate. Si presenta síntomas a pesar de las medidas preventivas, se puede prescribir medicación preventiva para utilizarla antes del ejercicio.
El plan educativo debe evaluarse de forma periódica para comprobar los resultados obtenidos y valorar las nuevas necesidades en la progresión de conocimientos y habilidades de la familia y el niño. En la medida que el paciente y la familia van aprendiendo más sobre el asma y modo de controlarla, se produce una transmisión de responsabilidades progresiva, que será de mayor o menor rapidez, en función de los logros educativos del paciente y del momento más adecuado para el automanejo.
El PAE se revisará siempre en cada visita, programada o no programada, así como durante el ingreso hospitalario o visita en el Servicio de Urgencias. En las revisiones se debe comprobar que sabe interpretar la hoja de actuación frente a la crisis y que rellena correctamente el diario.
Entre los resultados en salud, objetivables, cuando aplicamos un plan de automanejo, tenemos los siguientes:
Para evaluar el grado de control, se puede utilizar el cuestionario de Control del Asma en Niños (CAN), una herramienta validada en población española, con dos versiones, para niños y tutores, y que se puede descargar libremente desde la página www.respirar.org/respirar/calidad-de-vida/cuestionarios-can-control-del-asma-en-ninos.
Hay que tener también en cuenta, en el seguimiento del asma, los cuestionarios de calidad de vida con los que se miden el estado funcional y el bienestar emocional, que a su vez tienen otras áreas como la función física, social, limitaciones físicas y emocionales, entre otras, del paciente o del cuidador (www.respirar.org/respirar/calidad-de-vida/cuestionarios-de-juniper).
Los autores declaran no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
ABREVIATURAS: CAN: Control del Asma en Niños · FEM: flujo espiratorio máximo · PAE: Planes de Acción o Automanejo.
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